Finaliza la temporada taurina en España con un claro triunfador: Sebastián Castella. El torero francés -afincado en Sevilla- se ha convertido en el favorito de la crítica y la afición, especialmente en Madrid. Dos puertas grandes en 'Las Ventas' avalan la mejor temporada de su carrera.
Treinta y seis puertas grandes en el último año, se dice pronto. Especialmente sonadas las dos que ha logrado esta temporada en 'Las Ventas'. Es el único que ha salido a hombros dos veces de la plaza en San Isidro.
Sebastián Castella podría mirar desde muy alto a la mayor plaza de toros del mundo, la de Madrid, pero si ha llegado hasta aquí es precisamente porque es un torero con los pies en el suelo.
Para Castella, la catedral del toreo es una plaza que "nunca la pones a tus pies, tu estás para ella, es la afición que más miedo te hace pasar, pero la que mas te dá y la que más te entrega".
Sereno, pausado y valiente en la plaza, un torero clásico cuando viste de luces, y un joven moderno y un poco a contracorriente cuando viste de calle con su boina estampada escocesa o su chaquetilla de punto siguiendo el estilo de su país natal.
Como a cualquier chaval de 26 años, no le extraña que algunos aficionados le miren a veces como un bicho raro.
A pesar de su prudencia, este año la afición le ha dicho un sí rotundo. Ciento cinco orejas, un rabo, tres indultos, el torero que más plazas de primera ha pisado, plazas de calidad donde el esfuerzo es mayor pero la recompensa es la gloria.
Treinta y seis puertas grandes en el último año, se dice pronto. Especialmente sonadas las dos que ha logrado esta temporada en 'Las Ventas'. Es el único que ha salido a hombros dos veces de la plaza en San Isidro.
Sebastián Castella podría mirar desde muy alto a la mayor plaza de toros del mundo, la de Madrid, pero si ha llegado hasta aquí es precisamente porque es un torero con los pies en el suelo.
Para Castella, la catedral del toreo es una plaza que "nunca la pones a tus pies, tu estás para ella, es la afición que más miedo te hace pasar, pero la que mas te dá y la que más te entrega".
Sereno, pausado y valiente en la plaza, un torero clásico cuando viste de luces, y un joven moderno y un poco a contracorriente cuando viste de calle con su boina estampada escocesa o su chaquetilla de punto siguiendo el estilo de su país natal.
Como a cualquier chaval de 26 años, no le extraña que algunos aficionados le miren a veces como un bicho raro.
A pesar de su prudencia, este año la afición le ha dicho un sí rotundo. Ciento cinco orejas, un rabo, tres indultos, el torero que más plazas de primera ha pisado, plazas de calidad donde el esfuerzo es mayor pero la recompensa es la gloria.
Fuente: Antena 3
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