martes, 13 de octubre de 2009

MADRID-LAS VENTAS. Javier Cortes, triunfador del ciclo Ocho Naciones


Javier Cortés se ha alzado como triunfador del certamen "Ocho Naciones" de Las Ventas, aunque en la final no pasó absolutamente nada en lo artístico, una novillada anodina y sin interés.

FICHA DEL FESTEJO.- Novillos de Antonio San Román, bien presentados,descastados, justos de fuerzas y sin clase. El más toreable, elsegundo.Mario Aguilar: bajonazo (silencio); y media estocada (silencio).Javier Cortés, estocada trasera y tres descabellos (ovación tras aviso); y seis pinchazos y cuatro descabellos (fuerte división al saludar tras dos avisos).Miguel Hidalgo: dos pinchazos y estocada caída (silencio); y pinchazo hondo y dos descabellos (silencio tras aviso).Al término del festejo el jurado del certamen "Ocho Naciones" declaró como triunfador a Javier Cortés, no por el balance cosechado en lafinal, sino por el conjunto de sus actuaciones en el ciclo.La plaza un quinto de entrada en tarde espléndida.

NOVILLADA PARA OLVIDAR

Javier Cortés fue el que mejor sabor de boca dejó por oficio y claridad de ideas, aún sin llegar a resolver nada. A su primero,novillo que se desplazó con más temperamento que clase, a base de pundonor, acabó domeñándolo por los dos pitones en una labor que tuvo mérito aunque sin llegar a coger la altura precisa. Además anduvo desacertado al matar.

En el quinto no pasó gran cosa. El novillo, manso y flojo a más nopoder, no fue oportuno antagonista. Cortés tuvo que poner todo de su parte para intentar que aquello trascendiera. Pero no pudo ser. Faena anodina, sin ningún poso, y que además tuvo horrorosa firma con la espada, dando tiempo a que sonaran dos avisos.

Aguilar estuvo lo que se dice correctito frente al animal que rompió plaza, novillo noblote pero soso en extremo, que se movió pero sin humillar lo suficiente y rematando los viajes con la cara arriba. El mexicano le pegó pases y pases, siempre a media altura, sobre ambas manos. Dejó alguna "cosita" suelta al final, pero a todas luces insuficiente.

El cuarto tuvo más que torear, aunque tampoco fue nada del otro mundo.

Aguilar anduvo un tanto desorientado en una faena de demasiados altibajos. Dejó algún muletazo suelto de buen trazo, pero el grueso dela faena pecó de falta de templanza, ajuste y, sobre todo, hondura.

Miguel Hidalgo nada pudo hacer con el descastado tercero, un animal falto de todo, y que para colmo acabaría "rajándose" a las primeras de cambio. El granadino puso voluntad pero sin llegar a decir nada.

El sexto fue una "alhaja". Novillo con genio y "guasa", que puso en serios apuros al joven novillero granadino, que a pesar del poco oficio que atesora para hacer frente a este tipo de situaciones,anduvo en novillero, queriendo sacar petróleo de un pozo seco.

Crónica de D.Antonio Carrasco.

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