El pronóstico es que una mayoría del Parlament apoyará la iniciativa para abolir las corridas
ANTONIO CERRILLO Barcelona 20/10/2009
Pasará a la historia José Montilla por haber sido el presidente de la Generalitat en cuyo mandato se abolieron los toros en Catalunya? Es la pregunta que se hacen muchos, aunque sería más oportuno formularla de otra manera: ¿podría, realmente, evitarlo? Lo cierto es que mientras el tripartito intenta gobernar el país pasando de puntillas y con silencionador, el debate y la votación sobre la iniciativa legislativa popular (ILP) que reclama la prohibición de los toros provocará pitos y aplausos, y más de una bronca en los tendidos de fuera de Catalunya. Mientras tanto, la ILP va cubriendo etapas, y será discutida en las próximas semanas en un pleno del Parlament. A medida que se acerca la fecha, crece la expectación para contemplar la faena de los diputados.
La historia de la iniciativa legislativa popular es fruto de una gran paradoja, pues el éxito del torero José Tomás, culpable de revitalizar la fiesta, ha sido su detonante. Los defensores de los animales estaban contra las cuerdas a consecuencia de las tardes de gloria barcelonesa del diestro de Galapagar; hasta que contraatacaron. "Al acabar la manifestación contra los toros el día 17 de junio del 2007; pensamos: "con manifestaciones no conseguiremos nada, necesitamos una estrategia política"", comenta Leonardo Alselmi Raffaeli, el portavoz de la plataforma Prou!, uno de los doce apóstoles que organizaron la recogida de 180.000 firmas.
Pasará a la historia José Montilla por haber sido el presidente de la Generalitat en cuyo mandato se abolieron los toros en Catalunya? Es la pregunta que se hacen muchos, aunque sería más oportuno formularla de otra manera: ¿podría, realmente, evitarlo? Lo cierto es que mientras el tripartito intenta gobernar el país pasando de puntillas y con silencionador, el debate y la votación sobre la iniciativa legislativa popular (ILP) que reclama la prohibición de los toros provocará pitos y aplausos, y más de una bronca en los tendidos de fuera de Catalunya. Mientras tanto, la ILP va cubriendo etapas, y será discutida en las próximas semanas en un pleno del Parlament. A medida que se acerca la fecha, crece la expectación para contemplar la faena de los diputados.
La historia de la iniciativa legislativa popular es fruto de una gran paradoja, pues el éxito del torero José Tomás, culpable de revitalizar la fiesta, ha sido su detonante. Los defensores de los animales estaban contra las cuerdas a consecuencia de las tardes de gloria barcelonesa del diestro de Galapagar; hasta que contraatacaron. "Al acabar la manifestación contra los toros el día 17 de junio del 2007; pensamos: "con manifestaciones no conseguiremos nada, necesitamos una estrategia política"", comenta Leonardo Alselmi Raffaeli, el portavoz de la plataforma Prou!, uno de los doce apóstoles que organizaron la recogida de 180.000 firmas.
No obstante, aún no hay fecha para el debate parlamentario. El 28 de este mes acaba el plazo para que los grupos parlamentarios presenten enmiendas a la totalidad (la presentan PSC y PP) es posible que luego se pida un prórroga –de un máximo de diez días–, pero a partir de ese momento, se señalará la fecha de debate y votación de la ILP. Las espadas están en alto, y, aunque a priori se da por hecho que una mayoría de diputados la apoyará (lo que dará pie a modificar la ley de protección de los animales), todo depende de los grandes grupos.
Mientras el PP se opone a dar la puntilla a los toros, PSC y CiU darán libertad de voto a sus parlamentarios, mientras que ERC e ICV la secundarán. David Pérez, diputado del PSC, afirma que entre los socialistas hay una minoría taurina y otra minoría animalista, mientras que la mayoría, aun sintiéndose próxima a estos últimos, no ve clara la abolición. En CiU, los antitaurinos son también mayoría: pero mientras un sector mayoritario coincide con los defensores de los animales un pequeño sector arguye que ésta es una fiesta impuesta por el patriotismo español. De hecho, en un reciente artículo aparecido en The New York Times se afirmaba que "los nacionalistas catalanes han extendido la noción de que el toreo era una imposición sobre Catalunya del régimen fascista de Franco, que lo promovió como un símbolo patriótico".
"Los toros son de una catalanidad incuestionable, y tienen una gran tradición en Catalunya. No tiene sentido la confrontación identitaria. Faltan a la verdad", dice Josep Rull (CiU). "Es falso ese discurso; en Catalunya, una gran mayoría de la población opina que esto no tiene sentido", dice Patrícia Gomà (ERC). "Las protestas por la crueldad contra los animales vienen de lejos", "el 76% de la población catalana está contra los toros", "cada vez va menos gente a los toros", "la UE subsidia la barbarie". Son las réplicas de la Asociación para la Defensa de los Derechos de los Animales al diario norteamericano. Dolido, Salvador Boix, el apoderado de José Tomás, ve sospechoso que la IPL sólo persiga prohibir las corridas, y no los correbous, lo que atribuye a la hipocresía política, pues "cualquier político que pretendiera eliminar los toros en las Terres de l'Ebre perdería todos los votos".
Fuente: La Vanguardia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario