domingo, 24 de mayo de 2009

MORANTE EN SAN ISIDRO


Comentario de José Mª Martínez para 'TOROS CON RETRANCA':

Habrán observado ustedes que no he publicado ningún comentario ni crónica sobre la corrida de toros de San Isidro de la tarde de Morante de la Puebla, sólo la crónica de cómo eran los toros, de blandos a inválidos.

Pensaba que era yo sólo el que ve defectos en las faenas del maestro Morante; ya el año pasado titulé una crónica de una corrida de este diestro como "La Morantada" en el sentido de que el hombre no hizo nada de nada. Tengo el defecto, que no es poco, de que me gusta ver a los toreros ante toros bravos (en puntas es ya casi imposible), por eso tengo que admirar y reconocer a El Fundi y como a él a cuantos se enfrentan a las ganaderías 'difíciles', son dignos de respeto y admiración si. Morante, si acaso, con un toro que vaya y venga y no le cree problemas puede hacer una tarde de torero de salón bastante razonable y bonita (que si la barbilla hundida en el pecho, que si los pliegues del capote, que si la manera de coger la muleta ¡y esas lágrimas! por Dios que cosa más bonita); pero ya saben ustedes que con toros de verdad nada de nada, ya vimos lo que pasó con los victorinos en Sevilla (y eso que el asunto de los corrales ha traido cola) ni sabe ni puede ponerse ante un toro que le exija lo más mínimo.

Por otra parte he encontrado una crónica, antigua, publicada en el blog La Aldea de Tauro del amigo Xavier González, Aguascalientes, México; que hablando de este mismo asunto, el de Morante, publica una crónica referida a una actuación de Gitanillo de Triana en la Plaza Vieja de Madrid, escrita por D.José Alameda y publicada en Verdadera Historia de la Evolución del Toreo, (Bibliófilos Taurinos de México 1985). La crónica es la siguiente y espero que entiendan ustedes el símil:


Toreaba Gitanillo (Curro Puya) en Madrid, creo que el año treinta. Había veroniqueado a un toro de Coquilla Con una dejadez y una gracia felina, que cautivaron al público. La plaza parecía literalmente echar humo, creo que lo echaba: ese vaho que se produce cuando una multitud apresura el jadeo. En el segundo tercio, la gente hubiera querido empujar a los banderilleros para que se aligerasen y volviera Gitanillo.

Yo permanecía de pie, junto a un aficionado singular que había coincidido aquella temporada con su localidad de abono junto a nosotros, mi padre y yo. Hombre de unos cincuenta años, alto, magro, de apariencia labradora y muy discreto, que procedía de un pueblo de la provincia (¿Colmenar, Navalcarnero?) y que a cada corrida se presentaba solo a su puesto. Cuando Curro tomó la muleta, yo brincaba alborozado al compás de los olés del público, que había reanudado el alboroto del primer tercio.

Me sudaban las manos. A los pocos minutos, tuve una sensación extraña. Sentí, de pronto, que el hombre de Colmenar -así le llamaba yo-, permanecía en su asiento y Con los brazos cruzados sobre el pecho. A su vez, él sintió mi mirada. Y se inclinó un poco, para decirme:

- Ten calma, con el capote ha estado maravilloso, pero con la muleta no está a la altura del toro. (Me lo dijo confidencialmente, como para evitar cualquier petulancia frente a los mayores)...

Quedé suspenso un instante. Recogí hacia adentro todas las fuerzas de mi atención, para un juicio al que se me lanzaba de improviso: el "hombre de Colmenar" tenía razón. La faena, sin hilván, sin conducción interior, no tenía la fuerza de los lances anteriores. Pero la sugestión de aquella figura seguía actuando sobre el público, que no podía frenarse, y como el torero fue breve, alcanzamos a la estocada sin que decayera el ambiente. Salieron todos los pañuelos y le dieron al maravilloso personaje las dos orejas, por una lidia… sin faena de muleta. En realidad, por el arrebato justificadísimo que habían producido sus primeros lances……

Los efectos de la "idolatría" son infinitos e inescrutables. A veces, también peligrosos.

En fin así lo veo yo y que me disculpen los morantistas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

considero que lo que empobrece al arte es la falta de sensibilidad y la ceguera de un encorsetamiento absurdo en una técnica que se asemeja a los marcos de los cuadros vacíos. No entiendo su postura

Unknown dijo...

Cállese ande.

Morante es un género.