Ponce, Vega y Adame se repartieron seis orejas ante un encierro muy deslucido y poco público en la plaza
El día 4, festividad de San Francisco, es una jornada de especial sabor taurino en la feria de Úbeda. Siempre los mejores carteles han sido para ese día y también este año debía haberlo sido, según se programó al principio con Enrique Ponce, El Cid y José María Manzanares, con toros de Núñez del Cubillo.
Pero de aquel cartel bordado al de ayer poco quedó. Los toros de Núñez del Cubillo causaron baja. Pidió Ponce que se lidiara una corrida del ganadero de La Carolina Apolinar Soriano. Ante ésto, dio de baja en el cartel José María Manzanares. Y al no recuperarse Manuel Jesús El Cid también su puesto quedó vacante.
Todo esto, y después de largas negociaciones que dieron como cartel el de Ponce, Salvador Vega y Adámez, provocó que el público se inhibiese. Después, en la realidad del festejo, decepción en el juego de los toros en los que se había depositado tanta ilusión hasta el extremo incluso de devolver a los corrales dos toros que, como todos los de la camada, resultaron descastados, flojos y de juego muy irregular, pese a las seis orejas otorgadas en una tónica ferial excesivamente generosa a la hora de otorgar trofeos.
Independientemente del premio a los toreros, sólo podemos decir que Enrique Ponce anduvo con la facilitad en que él es habitual con un ganado cuyo primer problema es la falta de fuerza, que fue la tónica general, pero que el de Chiva resolvió con una técnica que no vamos a descubrir ahora. Fácil y también en ese son tan elegante con el que se prodiga, pero sin los entusiasmos que provoca el toro cuando realmente sale el que emociona por la puerta de los sustos. Mató con facilidad cortándole una oreja a cada uno de sus oponentes.
Más de lo mismo
Salvador Vega tuvo una actuación muy entonada pues sus toros sirvieron un poquito más y ello lo aprovechó el torero, que como tiene buen concepto y mucho gusto realizó un buen trasteo en el primero del lote que le valieron las dos orejas, y después una del quinto con el que también el joven coleta mostró sus buenas condiciones, sobre todo artísticas, y que con facilidad desarrolló en la arena.
El mexicano
El coleta mexicano Joselito Adame le conocimos en este pasado verano en la feria de Villanueva del Arzobispo, teniendo toros que le sirvieron para mostrarse como todos los diestros sudamericanos, y en especial los mexicanos, muy variados y alegres, enormemente creativos y hasta banderilleros, aunque este no es el caso de Adame que también pareó pero con irregular fortuna. Le cortó una oreja al tercero de la tarde después de haberlo intentado con el capote, por cierto con buenas maneras, y después una faena de muleta casi toda por el pitón derecho que tuvo mucha voluntad pero también bastantes intermitencias por eso de que el toro tampoco era lo boyante que requieren los toreros aztecas. Joselito Adame acudió a Úbeda con muchas ganas pero tampoco para él hubo el juego deseado en sus oponentes.
Finalmente Ponce y Salvador Vega salieron a hombros por la puerta grande de San Nicasio.
El día 4, festividad de San Francisco, es una jornada de especial sabor taurino en la feria de Úbeda. Siempre los mejores carteles han sido para ese día y también este año debía haberlo sido, según se programó al principio con Enrique Ponce, El Cid y José María Manzanares, con toros de Núñez del Cubillo.
Pero de aquel cartel bordado al de ayer poco quedó. Los toros de Núñez del Cubillo causaron baja. Pidió Ponce que se lidiara una corrida del ganadero de La Carolina Apolinar Soriano. Ante ésto, dio de baja en el cartel José María Manzanares. Y al no recuperarse Manuel Jesús El Cid también su puesto quedó vacante.
Todo esto, y después de largas negociaciones que dieron como cartel el de Ponce, Salvador Vega y Adámez, provocó que el público se inhibiese. Después, en la realidad del festejo, decepción en el juego de los toros en los que se había depositado tanta ilusión hasta el extremo incluso de devolver a los corrales dos toros que, como todos los de la camada, resultaron descastados, flojos y de juego muy irregular, pese a las seis orejas otorgadas en una tónica ferial excesivamente generosa a la hora de otorgar trofeos.
Independientemente del premio a los toreros, sólo podemos decir que Enrique Ponce anduvo con la facilitad en que él es habitual con un ganado cuyo primer problema es la falta de fuerza, que fue la tónica general, pero que el de Chiva resolvió con una técnica que no vamos a descubrir ahora. Fácil y también en ese son tan elegante con el que se prodiga, pero sin los entusiasmos que provoca el toro cuando realmente sale el que emociona por la puerta de los sustos. Mató con facilidad cortándole una oreja a cada uno de sus oponentes.
Más de lo mismo
Salvador Vega tuvo una actuación muy entonada pues sus toros sirvieron un poquito más y ello lo aprovechó el torero, que como tiene buen concepto y mucho gusto realizó un buen trasteo en el primero del lote que le valieron las dos orejas, y después una del quinto con el que también el joven coleta mostró sus buenas condiciones, sobre todo artísticas, y que con facilidad desarrolló en la arena.
El mexicano
El coleta mexicano Joselito Adame le conocimos en este pasado verano en la feria de Villanueva del Arzobispo, teniendo toros que le sirvieron para mostrarse como todos los diestros sudamericanos, y en especial los mexicanos, muy variados y alegres, enormemente creativos y hasta banderilleros, aunque este no es el caso de Adame que también pareó pero con irregular fortuna. Le cortó una oreja al tercero de la tarde después de haberlo intentado con el capote, por cierto con buenas maneras, y después una faena de muleta casi toda por el pitón derecho que tuvo mucha voluntad pero también bastantes intermitencias por eso de que el toro tampoco era lo boyante que requieren los toreros aztecas. Joselito Adame acudió a Úbeda con muchas ganas pero tampoco para él hubo el juego deseado en sus oponentes.
Finalmente Ponce y Salvador Vega salieron a hombros por la puerta grande de San Nicasio.
El festejo, al detalle
Plaza: Se celebró el cuarto festejo de la feria de San Miguel y tercera corrida del programa. Floja entrada que con apuros llegaría a situarse en la mitad del aforo, en una tarde magnífica de temperatura. El diestro Salvador Vega sustituyó a Manuel Jesús El Cid, no recuperado de su última cogida.
Ganadería: Se lidiaron toros de Apolinar Soriano, de La Carolina. El tercero y cuarto fueron devueltos, uno por descoordinación y el otro por invalidez. En conjunto, corrida noble pero destacada y muy floja, pitada en distintos pasajes del festejo.
Enrique Ponce: Una oreja en cada uno de su lote.
Salvador Vega: Dos orejas en el segundo y una en el quinto
Joselito Adame: Una oreja en el tercero y palmas en el último de la tarde. Ponce y Vega salieron a hombros.
Plaza: Se celebró el cuarto festejo de la feria de San Miguel y tercera corrida del programa. Floja entrada que con apuros llegaría a situarse en la mitad del aforo, en una tarde magnífica de temperatura. El diestro Salvador Vega sustituyó a Manuel Jesús El Cid, no recuperado de su última cogida.
Ganadería: Se lidiaron toros de Apolinar Soriano, de La Carolina. El tercero y cuarto fueron devueltos, uno por descoordinación y el otro por invalidez. En conjunto, corrida noble pero destacada y muy floja, pitada en distintos pasajes del festejo.
Enrique Ponce: Una oreja en cada uno de su lote.
Salvador Vega: Dos orejas en el segundo y una en el quinto
Joselito Adame: Una oreja en el tercero y palmas en el último de la tarde. Ponce y Vega salieron a hombros.
Fuente: Ángel del Arco/Ideal.es
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