domingo, 5 de abril de 2009

Luis Bolívar: «En Madrid hay que jugarse la vida, y se acabó»



ROSARIO PÉREZ MADRID
Publicado Domingo, 05-04-09 a las 07:21
—Acabó triunfador de América y ha sumado un nuevo éxito en una feria prologal, la Magdalena.
—Es mi obligación: puntuar en los ciclos principales.—¿Alguna receta para encadenar los triunfos?
—Trabajo, trabajo y más trabajo. Es la clave para pasar de una línea a otra.
—¿Cuál es la frontera?
—A un lado está el grupo principal; al otro, el que pega bandazos. Yo trato de adentrarme y quedarme en el primero.
—En Castellón venció con los victorinos, especialidad de la casa.
—Para despegar hasta lo más alto se necesitan golpes rotundos con toros de este tipo.
—¿Y en Valencia qué ocurrió?
—No me ayudó mi lote, pero tampoco me encontré yo. Por eso arreglé las cosas.
—¿El vestido de luces se siente de distinto modo cada tarde?
—A veces te bloqueas. El torero no es un matemático.
—Le aguardan cuatro paseíllos en Madrid, y hoy el número uno. ¿Cómo se encuentra?
—Presto para apostar en una plaza que me ha dado mucho.
—Después de su sensacional tarde en 2008 con Palha y de matar hierros duros, este año se «endulza» con atanasios y domecqs. ¡Será pan comido para usted!
—Aquí nada es fácil. Nunca se tienen todas las garantías.
—¿El ingrediente secreto para una faena de cante grande?
—Aquí lo único que vale es la verdad y, después de la verdad, más verdad. Son tardes que, como decía el maestro Ordóñez, hay que jugarse la vida. Y sanseacabó. Aquí no hay mentiras que valgan.
—¿Varía el miedo de un escenario a otro?
—El miedo es el mismo, lo que cambia es el compromiso, la responsabilidad o la preocupación de no ser capaz de solventar la papeleta. Pero yo estoy tranquilo, porque sé lo que quiero.
—Este cartel de Domingo de Ramos, con un madrileño, un francés y un colombiano, refleja que la Fiesta no tiene fronteras.
—Es lo importante, que haya expansión de toreros y la Fiesta de los toros esté viva en todos sitios.
—¿Habrá rivalidad?
—Esa siempre está. Esta profesión es muy individualista y sólo se piensa en uno. Pero espero que los sueños de mis compañeros también se cumplan.
—¿Cuál es el suyo?
—Que la Puerta Grande de Madrid me impulse al grupo principal.
—Además de su clasicismo, se ha elogiado mucho su valentía. ¿Se vende en algún lado?
—Ojalá, si alguien lo averigua, que me diga dónde se compra.
—¿Algo lo puede robar?
—Hay cornadas que mentalmente frenan mucho; al fin y al cabo, uno es humano.
—¿Se recupera el valor?
—Depende de la mente. Muchas veces el hombre salva al torero, aunque la mayoría es el torero el que salva al hombre. ¿Por qué? Porque es más constante y ambicioso.
—¿Hasta dónde llegará en Las Ventas su ambición?
—Echaré la moneda al aire con el corazón. Y que sea lo que Dios quiera.
Fuente: ABC.es

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