Reproducimos por su interés el siguiente artículo aparecido en el portal taurino toros.com, lo firma D. Jua Ortega y se hace difícil no estar en sintonía con lo que él expone.
Málaga.-02-04-2009 18:54 - El motor empresarial es el ánimo de lucro. Se decía, en una añeja película de coches de carreras, que el mejor piloto era aquél que, a la vista del accidente de un competidor, apretaba el acelerador mientras los demás levantaban el pie. Hoy existe el safety car, SC en las pizarras que les enseñan a los pilotos. Con la crisis que nos acompaña, el empresario campeón es el que reduce más costes mientras el SC se queda en el garaje. La crisis es tan grande que hay crisis de empresarios, de empresarios de verdad, que hay crisis de verdad y exceso de oferta en humo para vender y en vendedores de humo. Un buen empresario es el que consigue el mejor producto acabado al mejor precio para sus clientes, destinatarios finales de sus reducciones de costes, salvando un margen de beneficio: es la forma de vencer la crisis. Pero no, no teman, José Antonio Chopera y todos los infinitos Choperas que son en el mundo empresarial, entienden que deben salvar sus beneficios sin bajar el precio del producto final, la entrada de toros. ¿Dónde está la crisis entonces? La formulación es que en tiempo de crisis irá menos gente a los toros y que se deben bajar las entradas en lo posible dando espectáculos de calidad. ¿Cuál es la respuesta? Organizar la feria de San Isidro más mala del universo mundo y, revestido con el santo hábito de Sor Teresa, proclamar a los cuatro vientos que se dan oportunidades a los jóvenes, jóvenes a los que, a plaza llena, se les pagan 15.000 € por montera, un tirón que hace que los costes no sean tales. A la vez, se elimina a los que cobran más y se pacta, ay, con unos cuantos para salvar la cara. José Tomás estuvo de acuerdo en bajar sus honorarios siempre que bajasen las entradas en proporción. Por ahí no pasó el tal Chopera. El ánimo de lucro linda con la codicia, que es pecado feo. Hay que sacar a la pista el SC, si no, habrá que frenarlos. Ponce y José Tomás se han tirado en marcha. Que los timen otros, con más gracia, por lo menos.
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