sábado, 18 de abril de 2009

Novillada con picadores. Sevilla. Crónica de Carlos Crivell: "La mala lidia acaba con los de Cuadri"


Reproducimos la siguiente crónica, por su interés y aproximación a lo que realmente ocurrió ayer, 16 de abril, en la Real Maestranza de caballería de Sevilla:

Cuadri / Moral, Delgado y Tendero Novillos de Cuadri, bien presentados y de juego variado. El quinto, sobrero por otro devuelto por estar reparado de la vista. Primero, segundo y sexto, manejables. El resto, descastados, blandos y mansurrones. Pepe Moral: vuelta al ruedo (estocada muy trasera) y silencio (estocada contraria). Miguel Ángel Delgado: saludos (pinchazo y estocada) y silencio (cuatro pinchazos y dos descabellos). Miguel Tendero: silencio (tres pinchazos) y palmas (dos pinchazos y estocada). Real Maestranza de Sevilla. Casi tres cuartos de plaza. Saludó en banderillas Álvaro Núñez. Lluvia a partir del cuarto. La novillada de Cuadri era uno de los atractivos del primer festejo de la Feria. No es que fuera una novillada maravillosa, pero el aficionado pudo disfrutar de tres novillos. Otra vez la mala lidia fue decisiva para que los de Cuadri no pudieran lucir sus condiciones. Es mala lidia administrar puyazos bajos y traseros, dar capotazos destemplados y no torear en los terrenos más adecuados para las condiciones de cada astado. Fue un encierro con mala suerte. Lo mejor del encierro fue la presentación. No se pueden reunir en un lote seis astados más parejos y rematados que los que Fernando Cuadri eligió para esta novillada en la Maestranza. Eran veintiocho años sin lidiar erales en la plaza sevillana y, al menos, la parte que corresponde al criador de la presencia fue superada con creces. Lo de la mala suerte es porque algunas reses se desgraciaron en trances desafortunados que mermaron sus condiciones, aunque también es verdad que faltó raza en algunos e incluso apareció la mansedumbre en otros. El primero fue bueno y se dejó torear, aunque en este caso hay que darle a Pepe Moral todo el mérito. Su faena fue excesivamente larga, pero logró tandas muy templadas en las que el de Cuadri se afianzó y metió bien la cara. Su labor fue larga y en esta ocasión permitió que el novillo se viniera arriba para acabar con más recorrido. Bajó la mano y dominó las arrancadas para crear un clima de posible trofeo. Una estocada muy trasera acabó lo dejó todo en una vuelta. El cuarto fue distinto. Revoloteó por los aires el animal en una tremenda costalada y quedó muy mermado. De la brusquedad del comienzo pasó al paro más absoluto. Moral se lució en pases de pecho espléndidos en ambos toros. Demostró solvencia, aunque su estilo es de dominio sin muchas gotas de arte. El astigitano Miguel Ángel Delgado dejó los mejores momentos de la tarde. También fue un buen novillo el segundo, tal vez debió aprovecharlo mejor con más distancia en los cites, lo cierto es que Delgado intentó templar con gusto y fue arrollado varias veces. Valiente sin desmayo, muy seguro, el de Écija lo entregó todo en busca del éxito. También alargó su labor en su afán de triunfo, pero se valoró su entrega. El comienzo de la faena al sobrero quinto fue lo mejor de la novillada. Los pases a media altura, la trincherilla y el de pecho resultaron primorosos. Fue un derroche de gracia y buen gusto todo lo que mostró el astigitano en este principio de su labor con el sobrero. En el ambiente se masticaba que podía haber faena grande. Ese novillo fue manso y nada fácil. La voluntad de Delgado sólo sirvió para volver a sufrir algunos tropezones. Con la espada no anduvo muy sobrado. Su pabellón queda en alto. Tal vez debió sacar al de Cuadri al centro para quitarle las querencias. Delgado, matador de toros en mayo, no tuvo suerte en su despedida sevillana del escalafón. El albaceteño Miguel Tendero vio como el tercero moría en un mal tercio de varas. Los puyazos bajos en la paletilla son mortíferos. El novillo dejó un rastro de sangre por la plaza y apenas tuvo movilidad. Quedó aplomado y poco pudo hacer por sacar algún pase suelto este buen novillero manchego. Cuidó más al sexto en el caballo, casi se quedó sin picar, y realizó una meritoria labor casi toda con la mano izquierda llena de altibajos. Lo mejor fue su buen estilo muletero en una faena que desarrolló casi toda ella con la zurda, el pitón de más calidad del cuajado novillo, que exhibió bastante nobleza. Embistió bien el animal y buenos fueron algunos naturales. Exprimió todas las embestidas del de Cuadri, pero le faltó ligazón a su labor. Con la lluvia como mal invitado, más de dos horas y media en la plaza, la realidad es que los novilleros demostraron buena actitud, pero la de Cuadri se lidió mal y lo pagaron los jóvenes aspirantes. La plaza se mostró receptiva a la voluntad de la terna, fue una de esas jornadas de la Maestranza con todo el rigor en su sitio y sólo la petición de oreja para Moral en el primero fue una pequeña salida de tono sin trascendencia.

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