domingo, 5 de abril de 2009

Garrafón a la sevillana


Reproducimos el interesantísimo artículo que escribe el Sr. Pedro Toledano en Levante-emv.com y que viene a abundar en lo ya expresado en este Blog con respecto a lo que está sucediendo con los carteles de Sevilla y Madrid. Espero que sea de interés para ustedes.


Pedro Toledano
Ha sido cerrase la renovación de abonos de Sevilla y saltar la noticia: Fuentes próximas a los maestrantes afirman que los abonos de la Feria de Abril se han reducido cerca de un 20% y que las entradas fluyen en los portales de Internet facilitadas por abonados que se resisten a perder el dinero de sus localidades. Lo hemos ido anunciando durante todo el invierno. La gente no paga garrafón a precio de malta de 25 años. Y menos si el producto se lo enlatan televisado como si de una oferta de supermercado se tratase. Cuando Eduardo Canorea anunció -alardeando de gran estratega- el mano a mano entre El Cid y Morante con toros de Victorino Martín, ya dijimos que era un pastel envenenado para la afición de Sevilla por lo que de pecaminoso encerraba y, sobre todo, una invitación a la rebelión a los empresarios que contemplaban la contratación de José Tomás. Ya entonces le dijimos a los maestrantes que deberían tomar cartas en el asunto. Que nada bueno maquinaba el astuto (¿?) empresario. No lo hicieron y dejando crecer aquellos polvos de los que han recogido estos lodos. Esperemos que a partir de ahora actúen antes de que sea demasiado tarde para evitar que les ocurra como en esta ocasión. Canorea no debería presumir de empresario taurino de postín cuando -los datos cantan- ha acabado yendo contra la naturaleza de su propio negocio dejándose fuera de la feria al triunfador de la pasada edición: véase Miguel Angel Perera; al torero que tira del carro, léase José Tomás, y al diestro nuevo que más interesa en este momento, digamos Cayetano. Siempre quedará el recurso de echarle la culpa a la crisis. Sí, pero en Valencia y Castelló sin televisión y con las figuras que reclaman los públicos presentes, los aficionados respondieron con generosidad. Así que a tomar nota.El cartel de Madrid va por la misma pendiente de mediocre posicionamiento que el de Sevilla. Sobre todo el abono de San Isidro, porque ya va siendo norma que el "otro" abono, el del Aniversario, que no deja de ser un invento para mejorar la rentabilidad del conjunto de la oferta, mejore considerablemente, algo que no es difícil de lograr si se echa un vistazo a las combinaciones. No se trata ya de enumerar las ausencias en uno y otro abono, que también, dado que faltan nombres de tanto relieve como Enrique Ponce -¿o ya no es importante?-, Cayetano o Julio Aparicio, tan del gusto de la afición de Madrid, o el rejoneador revelación de la temporada pasada, Diego Ventura, sino por no anunciar a José Tomás, triunfador absoluto del pasado año y protagonista del suceso más sobresaliente de las últimas décadas como fueron las tardes del 5-j y 15-j, no ya por el número de trofeos conseguidos, sino por la forma de expresar su particular -por comprometida con las raíces más profundas- tauromaquia.Si no hay mecanismos para lograr que los nombres que ocupan el Top Ten de la actualidad intrínsecamente taurina no falten a la cita más importante de todo su calendario, es evidente que algo está fallando estrepitosamente en el sistema que rige la fiesta de los toros. Es el momento que aquellos políticos que en tiempo pretérito justificaban que la feria de San Isidro estuviera formada esencialmente con nombres de bajo relieve arguyendo una más que discutible escasez de figuras, ahora, que sí que hay un plantel de cierta relevancia, pongan, cuanto menos, el mismo empeño que entonces emplearon para justificar ausencias, en procurar que no falte ninguna.Pero nos tememos lo peor. Sí, entre otras razones, porque hoy la fiesta de los toros no cuenta, o cuenta muy poco para los medios de comunicación de la villa y corte. Cuando alguno de ellos ha intentado buscar luz donde sólo había oscuridad -versus últimas adjudicaciones del coso venteño- desde el poder político, se le hizo callar. Y para más escarnio, la voz más "influyente" de la crítica taurina es arte y parte en el negocio de las retransmisiones televisivas origen, como saben nuestros lectores, de la estrategia de algunos empresarios para descabalgar a JT. Siendo así, cabe preguntarse: ¿Quién le pone luz a este enredo? ¿Los papanatas que se creen mejores aficionados defendiendo carteles infumables? ¿O esos otros que se pirran por ver a las figuras fuera de Madrid pero a los que les gusta gritarles cuando aparecen por la puerta de cuadrillas de Las Ventas? Tajo tienen los políticos si quieren ganar votos de la gente sensata. El primero, claro, intentar otra vez que los ausentes vuelvan a pisar la arena de la Monumental. Aunque nos tememos que esta vez sea demasiado tarde.

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