Reproducimos, por su interés, la crónica que de la corrida de toros de ayer sábado 18 de abril, en Sevilla, dentro de las de la Feria de Abril de ese año, hace D. Juan Miguel Nuñez para la agencia EFE. Por cierto: No llenó la plaza la empresa, Molés, siempre Molés, dice que es cosa de la crisis yo digo, José Mª Martínez, que algo tendrá que ver que hoy por hoy la afición tiene medios para hacerse oir y poder movilizarse contra los despropósitos de carteles que organizan los empresarios como Pagés este año en Sevilla. ¿Habrá sorpresa en éste sentido en Madrid?, ya veremos.
AGENCIA EFE Sevilla, 18 abr (EFE).- Una oreja cortó Curro Díaz por una faena sin gran consistencia artística, sin embargo, que convenció a muchos confundidos, en tanto a Miguel Abellán se le premió sólo con una vuelta al ruedo después de hacer lo más convincente y auténtico, hoy, en Sevilla. FICHA DEL FESTEJO.- Toros de José Luis Pereda -primero, segundo y cuarto, con el hierro de "La Dehesilla", del mismo encaste y casa ganadera-, correctos de presencia y de poco juego exceptuando al segundo, y todavía éste no fue del todo claro. Curro Díaz: pinchazo y estocada (silencio); y pinchazo y estocada (una oreja). Miguel Abellán: estocada tendida y trasera, y dos descabellos (vuelta tras petición insuficiente); y estocada (ovación). César Girón: pinchazo y estocada (ovación); y dos pinbchazos, media y descabello (silencio). La plaza tuvo media entrada en tarde fría y de lluvia intermitente. -------------------- EL ARTE ES OTRA COSA La jerga taurina, de amplísima terminología, acuña muchos vocablos con significado contrapuesto a los que definen verdaderamente la importancia del toreo. Uno de ellos, "el pingüi", quiere decir más o menos el arte de lo inconsistente. Se dice de tal o cual torero que ha toreado a base de "pingüis" cuando sus expresiones artísticas han sido eso, frágiles y, en un momento determinado, hasta ridículas. Suele ocurrir mucho con los toreros con fama de artistas, de los que se dice que tienen "personalidad", por su manera de torear, distinta, a veces singular, y desde luego proverbial. Pero confunde mucho el término "artista", y lo que es peor, en ocasiones incluso cegando al espectador, que se apasiona tanto que de pronto puede entrar en éxtasis por una aparición ficticia y desde luego fugaz de lo que se entiende por arte. Mala cosa es "el pingüi" si no se sabe diferenciar bien de lo que es el arte de torear. Viene esto a cuento por la oreja que ha cortado Curro Díaz hoy en Sevilla por un trasteo que ha tenido pasajes de cierto encanto artístico, incluso el mérito de sobreponerse al dolor evidente de una espectacular voltereta. Claro que faena como tal no ha habido. Pases sueltos, sí, y muchos del "pingüi". Mejor en el primer tramo, toreando en redondo. El toro muy metido en la franela. Ahí ha tenido mérito. Pero lo demás ha sido una sucesión de muletazos aislados, algunos medios muletazos, la mayoría eléctricos, sin atornillar las zapatillas, demasiado afectada la figura. Pero se ve que en Sevilla -dicho con el mayor respeto a la mayoría de buenos aficionados que pueblan los tendidos de la Maestranza- también gustan "estas cosas". Curro Díaz, en fin, paseó una oreja después de un pinchazo previo a la estocada. Lo paradójico es que la faena más compactada de la tarde, de mucha firmeza y resolución, también de atisbos verdaderamente artísticos, a cargo de Miguel Abellán en el segundo de la tarde, se quedó sin trofeo por el doble uso del descabello. Una faena maciza y seria, de aguante y aplomo, lo mismo con el capote que con la muleta. Abellán se gustó y gustó en lo fundamental, y con oportunas y alegres "guindas" tanto al empezar como al rematar las series: cambios de mano por delante, y por detrás, trincheras y pases del desdén, hasta un ki-ki-ri-qui. Emocionante y muy bonito el toreo de Abellán. Pasó, sin embargo, que la estocada no fue lo contundente que se precisaba, y al necesitar de los dos golpes con el descabello cabello, se enfriaron los ánimos del tendido. El resto de la tarde tuvo poca historia. Ni Díaz pudo ni intentó hacer nada en el manso primero, ni Abellán pese a sus esfuerzos terminó de armar faena con el "rajado" y huido quinto. César Girón anduvo muy resuelto en su exigente primero, al que dominó hasta llegar a conseguir torearle muy despacio. Muy capaz el joven nieto del más importante torero venezolano de la historia, el gran César Girón. Sin embargo le faltó un tramo a la faena para redondear. Y el sexto fue una burra, imposible para el toreo. EFE
1 comentario:
el cronista no debe tratar de enseñar lo que es arte a un publico tan entendido como el de Sevilla.
CURRO DIAZ encandiló y despertó la plaza con un toreo de verdaderos artistas.
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