C. RODRÍGUEZ ONDA
Era el encierro más esperado, el último de la Fira d'Onda, el de Osborne, que dejó para el recuerdo una entrada rápida y peligrosa con toros que buscaban a los corredores y que dejaron cuatro heridos leves durante el recorrido, además de un astado muerto.
De los tres encierros celebrados durante la presente edición, el de ayer fue el más multitudinario. Los toros del guarismo Herederos José Luis Osborne atrajeron a miles de personas a Onda.
A pesar de las caídas y trompicones de los corredores sobre un asfalto mojado por las primeras gotas, a lo que se sumó que los toros no fueran en manada, sino desperdigados, no hubo ninguna cornada de gravedad. En total cuatro personas tuvieron que ser atendidas por los servicios sanitarios. Tres de ellas sufrieron contusiones y un cuarto corredor, V.M.O., tuvo que ser trasladado al Hospital de La Plana tras sufrir una aparatosa caída, en la que se produjo un corte en la cabeza que le provocó un traumatismo craneoencefálico. Fue dado de alta a primera hora de la tarde. Este hombre, de 62 años, salió del cadafal al ver que la manada ya había pasado y no se percató de que detrás iba un toro rezagado, que fue el que finalmente lo volteó.
Además, un toro murió en el recinto tras desnucarse al golpearse contra uno de los "cadafales" en la "U" del Raval de Sant Josep. Otro de los astados, ya en el corral, se rompió un cuerno y también tuvo que ser retirado del recinto por los responsables de la ganadería.
Fuente:levante-emv.com
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