QUERÉTARO MÉXICO, Qro. La afición a la tauromaquia en la entidad está tan extendida que en la ciudad capital conviven dos escuelas para toreros, a la que asisten al menos unos 15 muchachos y muchachas que tienen como meta desempeñarse como toreros profesionales.
En la Escuela Taurina Queretana, que inició actividades en enero de 2006, se han formado decenas de seguidores de la fiesta brava como es el caso del actual matador de toros, Luis Manuel Pérez El Canelo; los novilleros, César Aubert y Lulú de la Vega, además de Paco Caballero, Humberto Quevedo, Carmen Gama y Luisito Martínez.
Integran esta lista de egresados Brandon Campos, Paola San Román, Mari Paz Torres y Sebastián Alcocer, sólo por mencionar algunos de los alumnos de esta escuela que lleva como eslogan: “Porque el arte no tiene edad”.
Apenas el pasado domingo 14 de agosto, Brandon Campos, en su calidad de novillero, triunfó al cortar la única oreja del festejo en la plaza de Beziers, en Francia, llevándose a casa el premio Jean-Paul Deruy en disputa.
Y aún cuando no es la única escuela taurina en el país, de ella han surgido la mayor cantidad de toreros o novilleros que han logrado triunfar en las plazas mexicanas y en el extranjero.
En México, hasta agosto pasado, había 22 escuelas taurinas, cuyos alumnos conviven a lo largo del año y se “enfrentan” en tientas y corridas, así como en encuentros organizados por la Federación de Escuelas Taurinas (Femet).
Tradición ancestral
Por eso, cuando se le pregunta al empresario taurino, Juan Arturo Torreslanda García, sobre la propuesta de los diputados de Querétaro, de someter a consulta pública si se prohíben o no las corridas de toros, suelta: “No entiendo por qué quieren detener las corridas que son una tradición en el país, las tradiciones de tantos años… ahora resulta que estaban equivocados nuestros abuelos o bisabuelos”.
Explica Torreslanda García que en Europa sólo hay toros de lidia en los 3 países donde hay corridas: Francia, Portugal y España; lo que igualmente sucede en el continente americano; “esto quiere decir que si se dejara de dar toros, la fiesta se perdería y se llevaría entre las patas a los toros de lidia; es decir, se extinguirían”.
Pero además, argumenta, en países como México mucha gente depende de esta fiesta, por lo que le pide a los diputados que primero “nos digan qué vamos hacer con toda esa gente que por generaciones ha vivido del toro dignamente, porque esto no estaba prohibido”.
La tauromaquia, dice, es una cosa de generaciones. Pone el ejemplo de Rubén Bambaldín, quien toda su vida se dedicó a transportar toros y ahora su hijo lo hace; “de picadores hay 5 generaciones. Los Silvetti son 4 generaciones de toreros”.
Juan Pablo y Juan Pedro Llaguno, hijos del ex matador de toros, Juan Pablo Llaguno, aprendieron de su padre el amor por la fiesta brava.
Juan Pablo, de 15 años de edad, afirma que desde pequeños desearon torear, hasta que logró debutar, en enero del 2008, como becerrista, constituyéndose en los niños toreros más destacados del país.
De acuerdo al matador de toros en retiro, Manolo Ureña El Indultado, la primera corrida de toros de México fue el 13 de agosto de 1529, organizada para conmemorar el aniversario de la toma de la gran Tenochtitlán.
En 1702 se levantó el primer coso taurino, en Chapultepec. En la temporada entre noviembre y diciembre del mismo año, “se mataron toros con ‘rejón’ a caballo (y) actuaron los toreros profesionales: Tomás Venegas El Gachupín Toreador y Pedro Montero, ambos sevillanos”.
La ganadería de Atenco —en Tenango del Valle, Estado de México— es considerada la más antigua del mundo que sigue en activo.
De acuerdo a la ANCTL, su origen data de la conquista de México. “El mismo Hernán Cortés dio como repartimiento a su primo, el licenciado Juan Gutiérrez Altamirano el pueblo de Calimaya y otras estancias. Con estas propiedades formó la hacienda”.
Las estadísticas actuales muestran que en los 4 primeros meses del 2011, se habían realizado en el país un total de 274 festejos taurinos, en los que se lidiaron 666 toros, 183 novillos y 216 toros para rejones, haciendo un total de mil 65 toros machos lidiados en el año.
Si se parte de que el precio de un toro de lidia fluctúa entre los 15 mil y 35 mil pesos, dependiendo de la oferta y la demanda, y de las características del burel, como su peso, edad, prestigio de la ganadería que lo vende y la plaza que lo compra, en los 274 festejos realizados hasta abril de este año en México, se han invertido 6 millones 850 mil pesos.
Querétaro, segundo lugar
Tan sólo en Querétaro hay 33 ganaderías de reses bravas, siendo la segunda entidad en este rubro, solamente superada por Tlaxcala, en donde se tienen registradas 37 ganaderías, y seguido de Guanajuato (32) y Jalisco (31).
Entre las ganaderías queretanas se encuentran registradas por la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia (ANCTL), están las de Barralva, Campo Real, Cruz de Arriba, El Ciervo, Xajay, Javier Garfias, Tequisquiapan, Santa María, la de Antonio Guzmán, la de Carlos Castañeda y Las Huertas.
El martes 11 de septiembre, diputados de 4 partidos políticos de Querétaro informaron que el Congreso local abrirá a consulta pública la prohibición de las corridas de toros.
El legislador del Partido Acción Nacional (PAN), Marcos Aguilar Vega, afirmó que “independientemente de las aficiones personales que tengamos los políticos, nuestra obligación será responder al mandato de la sociedad, y lo que en su mayoría se pronuncie será lo que los diputados realicemos en esta materia”.
Paralelamente, el representante popular del PVEM, Ricardo Astudillo Suárez, sostuvo que según encuestas recientes, “70% de los mexicanos estamos en contra de esta fiesta (taurina), por lo que ahora procederá a consultarse a los queretanos si están o no de acuerdo con que continúe la llamada fiesta brava”.
El anuncio de la consulta popular fue realizado ante integrantes de organizaciones protectoras de animales, por diputados del PAN, PVEM, de Convergencia y del PRI, quienes también presentaron la iniciativa de Ley para el Bienestar Animal del Estado de Querétaro.
Para Juan Arturo Torreslanda, la idea de prohibir las corridas de toros es equivocada y para demostrarlo, recordó una anécdota que le atribuyó al escritor Mario Vargas Llosa.
“Mario invitó a comer en España a la que idealizó lo de prohibir los toros en Cataluña, quien se comió una langosta. Vargas Llosa le dijo que el toro de lidia vive 4 años en lugar de año y medio, ‘que es cuando los matas, cuando los mandas al rastro; tiene la oportunidad de regresar a los cerros, al potrero con 20 vacas y muere dignamente, y sin embargo, te acabas de comer una langosta que podía haber vivido 50 años más y la echan viva al agua hirviendo’. Le preguntó, entonces: ¿Qué diferencia hay entre la langosta y los toros?”.
Fuente:
Juan José ArreolaCorresponsal
El Universal
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