Reproducimos la crónica que realiza para El País D. Álvaro Suso de la corrida de ayer, sábado 1 de agosto, de la Feria de San Ignacio de Azpeitia:
Plaza de Azpeitia. 1 de agosto de 2009. Segunda de la Feria de San Inazio. Dos tercios de entrada.
La Dehesilla / Díaz, Tejela y Bolívar
Toros de La Dehesilla, bien presentados y de buen juego primero, segundo y sexto; se dejó el manso tercero y rajados cuarto y quinto.
Curro Díaz, estocada (oreja) y estocada caída (silencio); Matías Tejela, cuatro pinchazos y descabello (saludos) y estocada (silencio); Luis Bolívar, bajonazo y estocada (saludos) y estocada desprendida (oreja).
Saludaron los banderilleros Pedro Calvo en el tercero, 'El Jeringa' en el sexto y Domingo Navarro en ambos.
La Dehesilla / Díaz, Tejela y Bolívar
Toros de La Dehesilla, bien presentados y de buen juego primero, segundo y sexto; se dejó el manso tercero y rajados cuarto y quinto.
Curro Díaz, estocada (oreja) y estocada caída (silencio); Matías Tejela, cuatro pinchazos y descabello (saludos) y estocada (silencio); Luis Bolívar, bajonazo y estocada (saludos) y estocada desprendida (oreja).
Saludaron los banderilleros Pedro Calvo en el tercero, 'El Jeringa' en el sexto y Domingo Navarro en ambos.
LA CRÓNICA
Días de diversión
Toreros en dos versiones
El cartel de ayer incluía a tres toreros que viajan en el segundo vagón
Toreros en dos versiones
El cartel de ayer incluía a tres toreros que viajan en el segundo vagón
La lluvia dejó que hubiera tiempo y espacio para todo en la segunda de la feria de Azpeitia. En el cuarto toro hizo su aparición y con ella la tarde se fue apagando para mostrar dos caras muy distintas. La primera, con toros para el lucimiento y con espadas entonados que sólo ahogaron su buen trasteo en la suerte suprema; la segunda, con los astados menos colaboradores y con el viento y el agua como disculpa para no confirmar lo anterior.
Total que nos quedamos a medias; un interruptus 'constante que no impidió ni el entretenimiento ni la diversión, pero si el goce de una tarde redonda.
El cartel de ayer presentó a tres matadores que caminan en el segundo vagón, aquel que les hace estar cerca del grupo de las figuras, ese círculo que entra en las grandes ferias, pero que se pueden desenganchar con un catarro. Y se demostró el por qué. El Cid, que esta tarde actúa en La Bombonera, debió pensar desde el burladero que siguió el festejo que este grupo no les adelantará tan fácilmente. Todo estaba a favor de obra, pero acabaron pasando de puntillas por la puerta del norte, porque la seriedad de Azpeitia debería servir para abrir camino a quienes aquí den la cara.
Pero es que el toreo puede tener dos caras. Luis Bolívar lo debió aprender en su Colombia natal. Allí fue donde Manolete, hace ya más de medio siglo, le rebatió a Domingo Ortega el estilo que el maestro de Borox sostenía como el verdadero. Una mañana en el hotel, el veterano explicaba a los aficionados que las faenas hay que empezarlas con cuatro muletazos por bajo, a lo que el andaluz, con su seriedad implacable, respondió: "para cuando usted le ha dado cuatro por bajo, yo ya le he recetado cuatro naturales". Diferentes estilos para conseguir el triunfo, pero ambos con la calidad suficiente como para entrar en la categoría de figuras del toreo.
En su primero, Luis Bolívar estuvo muy entonado ante un manso en los dos primeros tercios que sirvió para la muleta. El de Cali se mostró seguro y recetó largos derechazos que fueron superados por una tanda al natural con la mano muy baja. Una estocada fea le privó de tocar pelo. Pero debió recordar que existe otro estilo y en el sexto volvió a ser el torero de otras temporadas; acompañando al toro, sin colocarse, sin vaciar, facilón y nunca mandando. La lluvia, que para entonces ya había empapado los tendidos y sus rodillazos al comienzo del trasteo fue bastante para ganarse una petición que acabó en oreja.
Curro Díaz sólo conoce el estilo del arte. El de la mano baja, el de jugar la cintura, el que pellizca cuando el toro mete la cara. Y en el primero se hartó de jugar las muñecas en naturales que sólo la sosería del de La Dehesilla amortiguaba en ocasiones. En el cuarto, nada pudo hacer ante el garbanzo negro del festejo.
Y si a medias nos dejaron la lluvia y las dos caras de Bolívar, igual de incompleto fue el paso de Matías Tejela. Brillante en su primero, con temple, ligazón y transmitiendo a los tendidos ante el mejor toro de la tarde, que desbordó calidad por ambos pitones. Si no llega a pincharlo, hoy sería el triunfador del ciclo. Sin embargo, entre el viento y la falta de claridad del quinto salió otro Tejela al ruedo, lleno de dudas.
El cartel de hoy: Toros de Gavira, de Cádiz; para El Cid, Alejandro Talavante y Daniel Luque.
El cartel de ayer presentó a tres matadores que caminan en el segundo vagón, aquel que les hace estar cerca del grupo de las figuras, ese círculo que entra en las grandes ferias, pero que se pueden desenganchar con un catarro. Y se demostró el por qué. El Cid, que esta tarde actúa en La Bombonera, debió pensar desde el burladero que siguió el festejo que este grupo no les adelantará tan fácilmente. Todo estaba a favor de obra, pero acabaron pasando de puntillas por la puerta del norte, porque la seriedad de Azpeitia debería servir para abrir camino a quienes aquí den la cara.
Pero es que el toreo puede tener dos caras. Luis Bolívar lo debió aprender en su Colombia natal. Allí fue donde Manolete, hace ya más de medio siglo, le rebatió a Domingo Ortega el estilo que el maestro de Borox sostenía como el verdadero. Una mañana en el hotel, el veterano explicaba a los aficionados que las faenas hay que empezarlas con cuatro muletazos por bajo, a lo que el andaluz, con su seriedad implacable, respondió: "para cuando usted le ha dado cuatro por bajo, yo ya le he recetado cuatro naturales". Diferentes estilos para conseguir el triunfo, pero ambos con la calidad suficiente como para entrar en la categoría de figuras del toreo.
En su primero, Luis Bolívar estuvo muy entonado ante un manso en los dos primeros tercios que sirvió para la muleta. El de Cali se mostró seguro y recetó largos derechazos que fueron superados por una tanda al natural con la mano muy baja. Una estocada fea le privó de tocar pelo. Pero debió recordar que existe otro estilo y en el sexto volvió a ser el torero de otras temporadas; acompañando al toro, sin colocarse, sin vaciar, facilón y nunca mandando. La lluvia, que para entonces ya había empapado los tendidos y sus rodillazos al comienzo del trasteo fue bastante para ganarse una petición que acabó en oreja.
Curro Díaz sólo conoce el estilo del arte. El de la mano baja, el de jugar la cintura, el que pellizca cuando el toro mete la cara. Y en el primero se hartó de jugar las muñecas en naturales que sólo la sosería del de La Dehesilla amortiguaba en ocasiones. En el cuarto, nada pudo hacer ante el garbanzo negro del festejo.
Y si a medias nos dejaron la lluvia y las dos caras de Bolívar, igual de incompleto fue el paso de Matías Tejela. Brillante en su primero, con temple, ligazón y transmitiendo a los tendidos ante el mejor toro de la tarde, que desbordó calidad por ambos pitones. Si no llega a pincharlo, hoy sería el triunfador del ciclo. Sin embargo, entre el viento y la falta de claridad del quinto salió otro Tejela al ruedo, lleno de dudas.
El cartel de hoy: Toros de Gavira, de Cádiz; para El Cid, Alejandro Talavante y Daniel Luque.
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