DOS DE LAS RESES SE QUEDARON REZAGADAS
EN UN ENCIERRO URBANO QUE DURÓ 15 MINUTOS
Alrededor de 600 caballistas, más de la mitad sin acreditación, participaron en un complicado encierro por el campo debido a la gran nube de polvo que provocó un terreno demasiado seco y la numerosa participación.
A las 8.30 de la mañana daba comienzo el primero de los encierros de Cuéllar 2009.
Los cinco astados de la ganadería de Gerardo Ortega salían al campo donde les esperaban cerca de 600 caballistas que guiaron a los toros hasta el recorrido urbano.
La gran nube de polvo provocada por la sequedad del campo y la acumulación de caballistas deslució el encierro, provocando además el único incidente grave de la jornada.
Una hora más tarde el ganado hacía su entrada en el recorrido urbano en la zona conocida como ‘El Embudo’, momento en el que uno de los caballistas caía al suelo. El herido fue atendido inmediatamente por los servicios sanitarios. Por el momento su estado no es grave.
Tras pasar por la avenida Camilo José Cela y la calle La Resina, dos de los astados se quedaron rezagados embistiendo las talanqueras. Fue entonces cuando se vivieron los momentos de más tensión de la mañana, ya que el público llamaba a los astados, atreviéndose, incluso, a tocar los pitones.
A las 9.35 horas los dos primeros toros hacían su entrada en la Plaza, no siendo hasta las 9.41 cuando el resto del ganado culminó el recorrido.
A las 8.30 de la mañana daba comienzo el primero de los encierros de Cuéllar 2009.
Los cinco astados de la ganadería de Gerardo Ortega salían al campo donde les esperaban cerca de 600 caballistas que guiaron a los toros hasta el recorrido urbano.
La gran nube de polvo provocada por la sequedad del campo y la acumulación de caballistas deslució el encierro, provocando además el único incidente grave de la jornada.
Una hora más tarde el ganado hacía su entrada en el recorrido urbano en la zona conocida como ‘El Embudo’, momento en el que uno de los caballistas caía al suelo. El herido fue atendido inmediatamente por los servicios sanitarios. Por el momento su estado no es grave.
Tras pasar por la avenida Camilo José Cela y la calle La Resina, dos de los astados se quedaron rezagados embistiendo las talanqueras. Fue entonces cuando se vivieron los momentos de más tensión de la mañana, ya que el público llamaba a los astados, atreviéndose, incluso, a tocar los pitones.
A las 9.35 horas los dos primeros toros hacían su entrada en la Plaza, no siendo hasta las 9.41 cuando el resto del ganado culminó el recorrido.
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