viernes, 21 de agosto de 2009

Juan A. Navarro Arias escribe sobre la corrida de toros deJosé Tomás ayer en Málaga.


En la sección de opinión del diario Málga Hoy se publica el siguiente artículo:


la puntilla
Mentiras
Juan A. Navarro Arias Actualizado 21.08.2009


JOSÉ Tomás dejó ayer al descubierto muchas mentiras de la tauromaquia postmoderna que vivimos en la actualidad. Su discurso fue incontestable y sacó a relucir la mediocridad que existe en el escalafón, lo sucio que juegan los ganaderos y lo tacaños que son los empresarios. Su verdad tiene la culpa, ese concepto venenoso y adictivo que ayer me provocó un nudo en la garganta y casi me ahoga. Quizá me dio vergüenza romper a llorar, pero sobraban los motivos. Me pregunto: si el de Galapagar, que es el que más cobra y quien menos tiene que demostrar, realiza quites cuando torea, ¿por qué no lo hacen el resto de toreros? Si José Tomás recibe toreando él solo a los toros cuando salen de los chiqueros, ¿por qué no lo hacen el resto? Si ayer por fin se vieron toros -entiéndase res brava con cuatro patas y dos pitones- en Málaga, ¿por qué no se ven todas las tardes? ¿Por qué los ganaderos crían gatos y los venden como bravos? ¿Por qué los empresarios organizan festejos sin toros? ¿Por qué las figuras no exigen dignidad y una fiesta íntegra? Ayer se demostró que un ganadero puede criar toros, un empresario comprarlos y un torero exigirlos y después darles la lidia que merecen. Quien la lleva la entiende, lo que tengo claro es que el de Galapagar pisa unos terrenos únicos, los que te llevan a la gloria o te conducen a la muerte en el albero. Por ello ayer La Malagueta rugió y yo casi me ahogo en mi propia emoción. Supongo que por momentos como los vividos ayer, siguen los aficionados acudiendo a las plazas de toros, a reencontrarse con la magia de un torero expresándose de verdad. Y mientras exista alguien capaz de jugarse la vida sin otra cosa que verdad, las mentiras de la Tauromaquia postmoderna no podrán con la fiesta.

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