El diestro extremeño fue cogido ayer en Ciudad real y se cae del mano a mano con El Juli, que lidiará los seis toros ALFREDO CASAS21/08/2009 Perera carga contra los que le acusan de tener un repertorio corto, monocorde.
«Lo que vale para unos -dice-, no vale para otros». / E. C.
Torero de deslumbrante capacidad, Miguel Ángel Perera, que hoy no podrá estar en el mano a mano previsto con El Juli tras sufrir ayer una cogida en Ciudad Real, es un fuera de serie. Dentro y fuera de los ruedos. Dice sentirse libre «como un águila real», y bien que lo demuestra. Lejos de maquillar la realidad, el diestro extremeño se expresa con la misma rotundidad y contundencia con que maneja los trastos y la espada. Y eso que en 2009 sus lotes no le estén ofreciendo tan francas opciones como en su histórica campaña de 2008.
-Una grave cornada le tuvo en el dique seco más de tres meses.
-Las ganas que tenía por reaparecer me jugaron alguna mala pasada. Al principio no era consciente del alcance real de la herida y con el paso de los días llegué a desesperarme. la herida no se cerraba, las fechas vencían y no hacía más que perder contratos en América. Una vez que comencé la rehabilitación y volví a entrenar, mi ilusión fue otra.
-Reapareció en San Cristóbal el 23 de enero y el día 25 cortó un rabo en la plaza México, ¿mejor imposible?
-Los toreros siempre tenemos que apostar a ganador. Cierto es que tuve que acelerar la rehabilitación y adelantar la celebración de los tentaderos, pero no podía dejar pasar mi confirmación de alternativa en la Monumental. Por fortuna me puse a punto muy pronto, como quedó demostrado en el ruedo mexicano.
-No se cansa de estar apostando permanentemente.
-Siempre quiero más. Soy un inconformista, me gusta aspirar a grandes metas. Por el sitio que ocupo en el toreo estoy obligado a no dormirme en los laureles, a distinguirme del resto. Hay que apostar a la grande Aunque las apuestas conlleven el riesgo de ganar o perder, estoy en un gran momento de forma y confío plenamente en mis capacidades.
Dichosa ambición
-Si hay una cualidad que haya distinguido a todas las figura de la historia de la tauromaquia es la ambición.
-Los toreros conformistas, de planteamientos conservadores, difícilmente pueden llegar a figura. Hay que tener ambición, amor propio, aspirar a más, ¡es digno de alabar¡
-¿Cuáles son sus actuales metas?
Mantener la línea ascendente que inicié en la temporada de 2007. Estar fresco y suelto en la cara del toro, ser regular, triunfar tarde tras tarde y puntuar en todas las ferias importantes sin renunciar a mi forma de concebir e interpretar el toreo.
-¿Costará mantener la frescura?
-Claro que cuesta. Los toreros no somos máquinas, somos de carne y hueso, no se nos puede programar. No te levantas todos los días con las mismas sensaciones, ni con el mismo tacto con los trastos. Toreando más de ochenta tardes por temporada y pisando los terrenos que piso a todos los toros, no es fácil mantener la frescura y la claridad de ideas.
-¿Se siente observado con lupa por la crítica especializada?
-Soy consciente de que el listón ha subido -silencio-... pero lo ha hecho en el nivel que yo he provocado. La exigencia se la marca uno mismo a partir de las metas que consigue. Intento mantenerme al margen de las críticas, no obsesionarme, yo no me visto de luces para cumplir, lo hago para disfrutar y seguir creciendo.
-Algún compañero de la prensa ha insinuado que existe una campaña contra Miguel Ángel Perera.
-No le falta razón. También lo he pensado. No me digas quién, ni cómo, pero es cierto que he notado una corriente poco favorable. Tampoco es nada extraordinario. Cada temporada le toca a un compañero. El problema del mundo del toro son los esteriotipos, los 'sambenitos'.
-¿Qué sello le han colgado que le moleste especialmente?
-Más que una determinada etiqueta, me mosquea la falta de reconocimiento... que no se nos mida a todos por el mismo rasero, que lo que vale para unos para otros no sirve. Por no hablar, de que, a veces, notas que se tapan, que se les resta importancia, que se minusvaloran determinadas actuaciones.
-Dicen de Vd. que es un torero de corto repertorio, de faenas preconcebidas, monocorde.
-Una acusación totalmente injusta. Volvemos a caer en los tópicos. Pero ya te digo que es el precio que debo de pagar por ocupar el sitio que ocupo en el toreo. Que no me cataloguen, que cuenten lo que hago en el ruedo. Es muy simple.
-A comienzos de temporada algunas empresas se resistieron a darle el trato que se ganó en los ruedos en 2008.
-Fueron las menos. Con la empresa de Valencia surgió un problema de fechas que, como se vio en la Feria de Julio y en el resto de plazas que gestiona la empresa Serolo, no provocó mayor problema. Con la de Sevilla sí que hubo un problema, de falta de respeto -no le ofrecieron un puesto en la terna que actuó el Domingo de Resurrección-. Así que, tanto mi apoderado como yo, decidimos no anunciarnos en la feria.
-Donde sí le han respetado ha sido en los cosos del norte de España.
-El año pasado se me dieron muy bien. En Santander corté cuatro orejas y fui declarado triunfador de la feria de Santiago, en Vitoria cuajé una gran faena a un toro de Sorando y gané el 'Capote de Oro', en San Sebastián corté una oreja a un toro de Victoriano del Río, en Bilbao corté una y una el día de Jandilla, aunque no pude redondear con el encierro de La Quinta, y lo de Logroño fue... la verdad es que no se me dio mal. Me siento valorado.
-A pesar de su regularidad, ¿todavía debe reivindicarse tarde tras tarde?
-Sí. Como todas las figuras del toreo. Es cierto que lo más difícil no es llegar, sino mantenerse en lo alto. Hay que defenderse con capa y espada. No basta con hacerlo bien en Sevilla, Madrid y Bilbao, y el resto a verlas venir... ¡Pues no pasan factura rápido las empresas y el público¡
-¿Las empresas le están haciendo pagar su declarada independencia?
-Digamos que he escogido el camino más difícil. Pero gracias a mi espada y mi muleta, las empresas me están respetando. Me siento libre... ¡cómo un águila real¡ Soy dueño de mis silencios, esclavo de mis palabras y responsable de todas mis acciones. Eso es lo más bonito.
-Con tantas figuras en tan buen momento, ¿la temporada termina extenuándoles física y psicológicamente?
-No lo creo... aunque nunca dejes de mirar a quien tienes a tu lado. Más que extenuar, me motiva.
-¿Superar el listón que se marcó en 2008 es prácticamente imposible?
-Es muy difícil. Fue todo muy redondo y también se dieron un cúmulo de circunstancias positivas que propiciaron una temporada tan importante. Ayudaron los toros, entró la espada... fueron muchas cosas. Pero mi obligación, es superarme.
-Y nuevamente Bilbao.
-Uffff. ¡Una gran feria¡ Con lo que pesa la campaña a mitad de agosto...
-Desde un principio lo tuvo muy claro: Fuente Ymbro y Jandilla.
-Son ganaderías en las que tengo depositada una gran confianza. El año pasado ya echaron toros muy importantes en Bilbao y sus ganaderos han preparado dos grandes corridas. Son encierros muy serios, que, sobre el papel, deben embestir.
-Este año, salvo dos encierros, va a matar la camada completa de Fuente Ymbro. ¿Es un gesto?
-Lo es... pero no lo están cantando. Es algo que se está ignorando premeditadamente.
-¿Encerrarse con El Juli en Vista Alegre es un arma de doble filo?
-Espero que no. También lo fue al principio torear mano a mano con Sebastián Castella en Nimes y no se acabó el mundo. Soy consciente de que Vista Alegre es la casa de 'El Juli' por méritos propios, pero ya le digo que me gusta asumir retos.
Fuente: elcorreodigital.com
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