El ganadero advierte del riesgo de confundir kilos con trapío. «En las grandes ferias se está lidiando un toro demasiado grande y alto»
23.08.09 -
ALFREDO CASAS
«En Bilbao, se espera mucho de nosotros». / E. C.
En la temporada de 2008 los toros de la ganadería de Victorino Martín volvieron por sus fueros, marcaron las diferencias en los ruedos de España y Francia. En Bilbao obtuvo el premio que la Junta Administrativa otorga anualmente al encierro más completo de las Corridas Generales. Veterinario de profesión, hombre de su tiempo, alquimista de la bravura, ganadero intuitivo, Victorino Martín García, Victorino hijo, habla de sus toros cárdenos y de los problemas que acechan a la Fiesta.
-¿El notable comportamiento de la camada de 2008 le sirvió para tapar muchas bocas?
-Simplemente nos sirvió para demostrar lo difícil que es ser ganadero de bravo. La gente tiene que comprender que en las ganaderías de toros de lidia, como en las bodegas, hay unas añadas mejores que otras. Lo que está claro es que a los ganaderos, como a los toreros, como a las personas, hay que medirlos por trayectorias, no por hechos puntuales. El comportamiento de la camada de la pasada temporada refrendó la trayectoria de Victorino.
-El toro de Victorino ha sido capaz de evolucionar a lo largo de casi cinco décadas del toreo.
-Nosotros nos hicimos cargo de un encaste prácticamente desaparecido. Desde el principio apostamos por un toro 'a contracorriente', por un toro bravo, un animal que, además de transmitir miedo, despierta la admiración del público para quien se pone frente a él. Si el toro no infunde respeto a quienes se sientan en los tendidos, mal asunto. Tanto mi padre en sus inicios, como después yo, hemos tratado de crear un toro que infunda respeto y admiración.
-¿Con el paso del tiempo se ha reducido el muestrario de 'victorinos'?
-Yo creo que no. En nuestra ganadería continúa saliendo el mismo toro que salía hace décadas. En todo caso, acudimos a un mayor número de plazas de toros. El 70% de nuestra camada -formada por 16 corridas de toros- se lidia en plazas de la máxima categoría de España y Francia. Digo yo que para eso tendremos que disponer de un amplio muestrario.
-¿16 corridas de toros no son muchas?
-No. Más bien pienso lo contrario. A las ganaderías hay que medirlas por el número de madres, de vacas nodrizas. Para una ganadería como la de Victorino Martín, cerrada y en pureza, con la dificultad que supone mantener unos niveles razonables de consanguinidad y de variabilidad genética, teníamos que estar por encima de las 600 madres ¡y tenemos 350! Es un número más bien escaso. Es decir, en realidad debiéramos disponer del doble de vacas, lo que quiere decir que tendríamos que lidiar el doble de festejos.
La consanguinidad
-¿La mayoría de sus problemas provienen de ser una ganadería cerrada, sin posibilidad alguna de refresco?
-Claro. Todos los ganaderos que tienen reses de encaste Parladé, la gran mayoría, pueden intercambiarse toros, refrescar sus ganaderías. Conste que no nos quejamos, es nuestra apuesta y aceptamos sus consecuencias. La ganadería no es ciencia matemática... Es como una caja en la que vas metiendo cosas y luego ella lo recombina como quiere, te da lo que le apetece. A veces, lo que no te ha dado en un año, te lo da en un día. No se pueden llevar las cosas muy atadas. Lo que está claro es que, en nuestro caso, hay que trabajar mucho para controlar el tema de la consanguinidad. Cuantas más familias tengamos, mejor.
-¿Es cierto que en Victorino hay muy pocos sementales en plantilla?
-Es verdad. Precisamente por el problema de la consanguinidad tenemos que variar constantemente los sementales. Alguno tenemos en plantilla fija, pero no abusamos de ellos porque al final se pueden volver contra la propia ganadería. De alguna manera, si abusas de un buen toro te metes en un callejón sin salida, envejeces la ganadería, inicias un viaje sin retorno.
-¿Las ganaderías de bravo han alcanzado un nivel de trapío tan depurado que no se puede ir a más?
-A menudo confundimos kilos con trapío. En las grandes ferias se está lidiando un toro demasiado grande y demasiado alto. Es que hoy en día como un toro no pese 540 kilos en la báscula ni te lo miran. Y eso que hoy en día los toros están más vareados que nunca porque los movemos mucho en el campo. Si el toro de nuestros días es el de más peso de la historia y, a su vez, el más vareado, es que hemos sobredimensionado el tamaño del toro. Un dato, un alto porcentaje de las cogidas vistas en San Isidro fueron por encima de la cintura. Da que pensar.
-¿Una posible solución sería hacer desaparecer la báscula?
-Tanto como eso... La báscula tiene que ser indicativa. Superado el peso mínimo exigido por el Reglamento Taurino, los kilos debieran de ser pura anécdota. Hay que asumir que los kilos nada tienen que ver con el trapío. El peso vale para bien poco, sólo debe preocupar a las mulillas.
-¿Victorino Martín también siente la crisis?
-Como a todo el mundo, a excepción del Real Madrid (risas). Creo que no nos salvamos ni uno. Incluso hay algunos empresarios que se han querido aprovechar de la crisis. Se abusa mucho de esta palabra.
-Los toros son el segundo espectáculo de masas en España. Sin embargo, los sectores taurinos continúan sin unir criterios.
-Estoy cansado de decirlo. Lo que está sucediendo en el mundo del toro es increíble y los únicos responsables somos nosotros mismos. No sabemos defender nuestra imagen, ni hacer valer nuestra importante aportación al PIB, hemos permitido que los toros en Cataluña se conviertan en un hecho anecdótico, la Fiesta es utilizada como contraprestación de pactos políticos. Por no hablar de que nunca hemos tenido menos incidencia y penetración en la sociedad española que ahora y, sin embargo, seguimos sin unir esfuerzos. Ni en tiempos de crisis.
«Los políticos no ayudan»
-¿Y cual es la postura de nuestros gobernantes con respecto a la Fiesta?
-La del cinismo. Salvo casos muy concretos, en general la clase política española no se atreve a dar la cara, a mojarse, por la Fiesta. Nuestros problemas les importan más bien poco, no nos ayudan lo más mínimo. Por ejemplo, ¿por qué somos el único espectáculo que continúa pagando un 16% de IVA?, ¿por qué la Fiesta de los toros no aparece en los informativos de TVE? Existe un importante agravio comparativo para con los aficionados taurinos.
-Por aquello de que en Sevilla y Madrid las corridas de Victorino no terminaron de romper, ¿la de Bilbao es una cita clave en su temporada?
-Esto no es cuestión de un día, ni de un encierro concreto. Ahí están las plazas de Madrid y Sevilla... Volveremos cuando sea preciso, a Las Ventas por la feria de otoño, e intentaremos reivindicar nuestro estatus. En cuanto a Bilbao, somos conscientes de que se espera mucho de nosotros ¡Como siempre! Como dice mi padre, iremos con seis toros (risas), una corrida muy seria y pareja en la que tenemos mucha fe. Esperemos que los toros embistan, que la terna tenga su día y todo salga bien.
-¿Contento con la terna?
-Los tres son grandes especialistas en 'victorinos'. Tanto El Fundi, como Padilla y Urdiales han vivido importantes triunfos con nuestros toros en plazas de máxima categoría. Los tres son toreros hechos a sí mismos, nadie les ha regalado nada. Están donde están por méritos propios. Hombre, a lo mejor echo de menos a El Cid. Desde aquella histórica tarde de toros del año 2007 no ha vuelto a matar 'victorinos' en Bilbao. Respeto sus decisiones y las de sus apoderados, pero no dejo de reconocer que me hubiera gustado verlo anunciado con nuestros toros.
En la temporada de 2008 los toros de la ganadería de Victorino Martín volvieron por sus fueros, marcaron las diferencias en los ruedos de España y Francia. En Bilbao obtuvo el premio que la Junta Administrativa otorga anualmente al encierro más completo de las Corridas Generales. Veterinario de profesión, hombre de su tiempo, alquimista de la bravura, ganadero intuitivo, Victorino Martín García, Victorino hijo, habla de sus toros cárdenos y de los problemas que acechan a la Fiesta.
-¿El notable comportamiento de la camada de 2008 le sirvió para tapar muchas bocas?
-Simplemente nos sirvió para demostrar lo difícil que es ser ganadero de bravo. La gente tiene que comprender que en las ganaderías de toros de lidia, como en las bodegas, hay unas añadas mejores que otras. Lo que está claro es que a los ganaderos, como a los toreros, como a las personas, hay que medirlos por trayectorias, no por hechos puntuales. El comportamiento de la camada de la pasada temporada refrendó la trayectoria de Victorino.
-El toro de Victorino ha sido capaz de evolucionar a lo largo de casi cinco décadas del toreo.
-Nosotros nos hicimos cargo de un encaste prácticamente desaparecido. Desde el principio apostamos por un toro 'a contracorriente', por un toro bravo, un animal que, además de transmitir miedo, despierta la admiración del público para quien se pone frente a él. Si el toro no infunde respeto a quienes se sientan en los tendidos, mal asunto. Tanto mi padre en sus inicios, como después yo, hemos tratado de crear un toro que infunda respeto y admiración.
-¿Con el paso del tiempo se ha reducido el muestrario de 'victorinos'?
-Yo creo que no. En nuestra ganadería continúa saliendo el mismo toro que salía hace décadas. En todo caso, acudimos a un mayor número de plazas de toros. El 70% de nuestra camada -formada por 16 corridas de toros- se lidia en plazas de la máxima categoría de España y Francia. Digo yo que para eso tendremos que disponer de un amplio muestrario.
-¿16 corridas de toros no son muchas?
-No. Más bien pienso lo contrario. A las ganaderías hay que medirlas por el número de madres, de vacas nodrizas. Para una ganadería como la de Victorino Martín, cerrada y en pureza, con la dificultad que supone mantener unos niveles razonables de consanguinidad y de variabilidad genética, teníamos que estar por encima de las 600 madres ¡y tenemos 350! Es un número más bien escaso. Es decir, en realidad debiéramos disponer del doble de vacas, lo que quiere decir que tendríamos que lidiar el doble de festejos.
La consanguinidad
-¿La mayoría de sus problemas provienen de ser una ganadería cerrada, sin posibilidad alguna de refresco?
-Claro. Todos los ganaderos que tienen reses de encaste Parladé, la gran mayoría, pueden intercambiarse toros, refrescar sus ganaderías. Conste que no nos quejamos, es nuestra apuesta y aceptamos sus consecuencias. La ganadería no es ciencia matemática... Es como una caja en la que vas metiendo cosas y luego ella lo recombina como quiere, te da lo que le apetece. A veces, lo que no te ha dado en un año, te lo da en un día. No se pueden llevar las cosas muy atadas. Lo que está claro es que, en nuestro caso, hay que trabajar mucho para controlar el tema de la consanguinidad. Cuantas más familias tengamos, mejor.
-¿Es cierto que en Victorino hay muy pocos sementales en plantilla?
-Es verdad. Precisamente por el problema de la consanguinidad tenemos que variar constantemente los sementales. Alguno tenemos en plantilla fija, pero no abusamos de ellos porque al final se pueden volver contra la propia ganadería. De alguna manera, si abusas de un buen toro te metes en un callejón sin salida, envejeces la ganadería, inicias un viaje sin retorno.
-¿Las ganaderías de bravo han alcanzado un nivel de trapío tan depurado que no se puede ir a más?
-A menudo confundimos kilos con trapío. En las grandes ferias se está lidiando un toro demasiado grande y demasiado alto. Es que hoy en día como un toro no pese 540 kilos en la báscula ni te lo miran. Y eso que hoy en día los toros están más vareados que nunca porque los movemos mucho en el campo. Si el toro de nuestros días es el de más peso de la historia y, a su vez, el más vareado, es que hemos sobredimensionado el tamaño del toro. Un dato, un alto porcentaje de las cogidas vistas en San Isidro fueron por encima de la cintura. Da que pensar.
-¿Una posible solución sería hacer desaparecer la báscula?
-Tanto como eso... La báscula tiene que ser indicativa. Superado el peso mínimo exigido por el Reglamento Taurino, los kilos debieran de ser pura anécdota. Hay que asumir que los kilos nada tienen que ver con el trapío. El peso vale para bien poco, sólo debe preocupar a las mulillas.
-¿Victorino Martín también siente la crisis?
-Como a todo el mundo, a excepción del Real Madrid (risas). Creo que no nos salvamos ni uno. Incluso hay algunos empresarios que se han querido aprovechar de la crisis. Se abusa mucho de esta palabra.
-Los toros son el segundo espectáculo de masas en España. Sin embargo, los sectores taurinos continúan sin unir criterios.
-Estoy cansado de decirlo. Lo que está sucediendo en el mundo del toro es increíble y los únicos responsables somos nosotros mismos. No sabemos defender nuestra imagen, ni hacer valer nuestra importante aportación al PIB, hemos permitido que los toros en Cataluña se conviertan en un hecho anecdótico, la Fiesta es utilizada como contraprestación de pactos políticos. Por no hablar de que nunca hemos tenido menos incidencia y penetración en la sociedad española que ahora y, sin embargo, seguimos sin unir esfuerzos. Ni en tiempos de crisis.
«Los políticos no ayudan»
-¿Y cual es la postura de nuestros gobernantes con respecto a la Fiesta?
-La del cinismo. Salvo casos muy concretos, en general la clase política española no se atreve a dar la cara, a mojarse, por la Fiesta. Nuestros problemas les importan más bien poco, no nos ayudan lo más mínimo. Por ejemplo, ¿por qué somos el único espectáculo que continúa pagando un 16% de IVA?, ¿por qué la Fiesta de los toros no aparece en los informativos de TVE? Existe un importante agravio comparativo para con los aficionados taurinos.
-Por aquello de que en Sevilla y Madrid las corridas de Victorino no terminaron de romper, ¿la de Bilbao es una cita clave en su temporada?
-Esto no es cuestión de un día, ni de un encierro concreto. Ahí están las plazas de Madrid y Sevilla... Volveremos cuando sea preciso, a Las Ventas por la feria de otoño, e intentaremos reivindicar nuestro estatus. En cuanto a Bilbao, somos conscientes de que se espera mucho de nosotros ¡Como siempre! Como dice mi padre, iremos con seis toros (risas), una corrida muy seria y pareja en la que tenemos mucha fe. Esperemos que los toros embistan, que la terna tenga su día y todo salga bien.
-¿Contento con la terna?
-Los tres son grandes especialistas en 'victorinos'. Tanto El Fundi, como Padilla y Urdiales han vivido importantes triunfos con nuestros toros en plazas de máxima categoría. Los tres son toreros hechos a sí mismos, nadie les ha regalado nada. Están donde están por méritos propios. Hombre, a lo mejor echo de menos a El Cid. Desde aquella histórica tarde de toros del año 2007 no ha vuelto a matar 'victorinos' en Bilbao. Respeto sus decisiones y las de sus apoderados, pero no dejo de reconocer que me hubiera gustado verlo anunciado con nuestros toros.
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