Toros de Torrestrella: manejables, febles, escasos de fuerza los más.
Matías Tejela: estocada defectuosa (ovación); estocada desprendida (silencio).
Daniel Luque: Estocada desprendida (ovación); dos pinchazos y estocada (silencio).
Rubén Pinar: un pinchazo y estocada (aplausos); -aviso-, media delantera, seis descabellos -aviso- y descabello (silencio).
Plaza de toros de Vista Alegre. Sábado 22 de agosto. Octava de feria. Más de media entrada.
Matías Tejela: estocada defectuosa (ovación); estocada desprendida (silencio).
Daniel Luque: Estocada desprendida (ovación); dos pinchazos y estocada (silencio).
Rubén Pinar: un pinchazo y estocada (aplausos); -aviso-, media delantera, seis descabellos -aviso- y descabello (silencio).
Plaza de toros de Vista Alegre. Sábado 22 de agosto. Octava de feria. Más de media entrada.
Reproducimos la crónica que realiza para El País D. Jose Luis Merino, sobre la corrida celebrada ayer, sábado 22 de agosto, en Biñbao. Aste Nagusia 2009.
Una más de adocenamiento
Aunque dos de los toreros de ayer son de la ultimísima hornada, parecía que llevaban diez temporadas toreando igual de adocenados como algunas de las falsas figuras del escalafón. Todo principió sabiendo de antemano que tenían como oponentes toros carentes de fuerza.
Daniel Luque desparramó pinturerías por doquier, pero del toreo profundo y del bueno, nada de nada. Realizó una faena a media altura a su primero muy despegado, donde el pico y la vulgaridad vagabundeaban juntos. La poquedad regentó en su segundo toro.
El joven Rubén Pinar mostró más disposición que sus compañeros de terna, sin embargo debió cortar las orejas a sus dos toros, los mejores de la corrida. En su primero toreó para afuera. Tan sólo abonó una serie de derechazos de cierto fuste. Mas no se acopló. O sea, sí pero no. Es su segundo toreó distanciado. Fabricó una faena larga con pases del montón. Alternaba algún pase aseado con otros pases astrosos. Toreo monótono e interminable.
De Matías Tejela, con más años de alternativa, poco que reseñar. Practicó en sus dos toros una labor muleteril estéril, destemplada, abusando del pico, distanciado. Faenas insulsas como dos patatas de madera.
Visto lo visto en lo que va de feria, ¿todavía habrá quien nos quiera hacer creer que Bilbao es una de las plazas más enjundiosas y refulgentes del planeta Tierra? No le hagan reír a Humphrey Bogart, que tiene el labio partido.
Más en serio. La plaza de toros de Bilbao tiene un equivalente dentro del rico lenguaje del español que se le puede llamar "puerto de arrebatacapas", lo cual se anuncia como lugar o casa donde corre el desorden y se dan los riesgos de fraudes y robos. No otra cosa puede entenderse, si tenemos en cuenta que se han corrido unos toros de poca fuerza, que se caían una tarde sí y otra también. El público ha pasado por taquilla pagando para ver toros en condiciones normales. Eso se acerca bastante a un robo de cartera. Se han practicado unas sustituciones de toreros heridos por toreros que no tenían la categoría de aquellos a quienes sustituían.
En eso ha habido fraude. El mano a mano programado para Perera y El Juli podía haberse traducido en un mano a mano entre Morante y El Juli, lo cual estaba en el pensamiento de muchos aficionados. No obstante, no se sabe por qué razones, de manera urgente, con nocturnidad y no sabemos si alevosía, la corrida quedó en un encierro de El Juli matando seis toros. La empresa de la plaza de toros de Bilbao se ha dejado manejar por el criterio de las figuras programando toros del encaste Domecq. Sigue obviando a la ganadera Dolores Aguirre, cuyos toros han triunfado en la última feria de San Fermín llevándose todos los premios. Al no contratar su ganadería se está privando a los aficionados de un encaste que da espectáculo.
El joven Rubén Pinar mostró más disposición que sus compañeros de terna, sin embargo debió cortar las orejas a sus dos toros, los mejores de la corrida. En su primero toreó para afuera. Tan sólo abonó una serie de derechazos de cierto fuste. Mas no se acopló. O sea, sí pero no. Es su segundo toreó distanciado. Fabricó una faena larga con pases del montón. Alternaba algún pase aseado con otros pases astrosos. Toreo monótono e interminable.
De Matías Tejela, con más años de alternativa, poco que reseñar. Practicó en sus dos toros una labor muleteril estéril, destemplada, abusando del pico, distanciado. Faenas insulsas como dos patatas de madera.
Visto lo visto en lo que va de feria, ¿todavía habrá quien nos quiera hacer creer que Bilbao es una de las plazas más enjundiosas y refulgentes del planeta Tierra? No le hagan reír a Humphrey Bogart, que tiene el labio partido.
Más en serio. La plaza de toros de Bilbao tiene un equivalente dentro del rico lenguaje del español que se le puede llamar "puerto de arrebatacapas", lo cual se anuncia como lugar o casa donde corre el desorden y se dan los riesgos de fraudes y robos. No otra cosa puede entenderse, si tenemos en cuenta que se han corrido unos toros de poca fuerza, que se caían una tarde sí y otra también. El público ha pasado por taquilla pagando para ver toros en condiciones normales. Eso se acerca bastante a un robo de cartera. Se han practicado unas sustituciones de toreros heridos por toreros que no tenían la categoría de aquellos a quienes sustituían.
En eso ha habido fraude. El mano a mano programado para Perera y El Juli podía haberse traducido en un mano a mano entre Morante y El Juli, lo cual estaba en el pensamiento de muchos aficionados. No obstante, no se sabe por qué razones, de manera urgente, con nocturnidad y no sabemos si alevosía, la corrida quedó en un encierro de El Juli matando seis toros. La empresa de la plaza de toros de Bilbao se ha dejado manejar por el criterio de las figuras programando toros del encaste Domecq. Sigue obviando a la ganadera Dolores Aguirre, cuyos toros han triunfado en la última feria de San Fermín llevándose todos los premios. Al no contratar su ganadería se está privando a los aficionados de un encaste que da espectáculo.
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