Fiestas de San Agustín en Fermoselle. La tradición se resiste

La plaza de madera continuará siendo el epicentro festivo, pese a la nueva normativa taurina, que obliga el traslado de la novillada a la portátil

O. C. ¿Qué sería de las fiestas de Fermoselle si la Plaza Mayor de la villa no albergara el tradicional coso de madera? A buen seguro, ni un solo fermosellano querrá pensar un segundo en esta posibilidad. Bien es cierto que la nueva normativa taurina de la Junta de Castilla y León, puesta en marcha desde marzo de este año, está obligando la cancelación de muchos festejos taurinos en la provincia. Aquí, en Fermoselle, la original plaza de madera seguirá siendo el epicentro festivo, la sede de verbenas, encierros y vaquillas, con la excepción de la novillada, que mudará el próximo lunes su sede hasta la plaza de toros portátil situada en la entrada a la localidad.

En realidad, éste es el único cambio que afecta a unas celebraciones con solera y con nombre, siempre en honor a San Agustín, porque el santo acompaña a Fermoselle haciendo de la villa de Los Arribes un auténtico imán para la gente de fuera. Más de 10.000 personas llegarán a concentrarse este fin de semana en sus calles en los días más intenso de todo el calendario.

Y vendrán, cómo no, los hijos de Fermoselle. Así, esta misma tarde (19.00 horas) tendrá lugar la romería del «Emigrante», que contará con la tradicional misa campera y el reparto de chochos, cacahuetes y limonada, como ya es tradición. La original actividad recordará a los muchos vecinos que tuvieron que dejar su tierra para buscar un futuro mejor, y que ahora vuelven para celebrar un mejor presente junto a los suyos, que están de fiesta.Y mañana ya dan comienzo los festejos taurinos con los tradicionales encierros. Mucho se ha escrito y hablado de su popularidad. El propio alcalde, Manuel Luelmo, ha dicho cosas como: «Son mejores que los de Pamplona», o «A nuestros encierros les falta un Hemingway que los difunda». Lo cierto es que gran parte de la concentración de gente de este fin de semana se debe a los encierros. A la plaza de madera, a las calles empedradas y a ese ambiente que ya se vive y que sube de temperatura a cada momento que se consume ante la llegada del fin de semana.

Y hasta el martes, el grueso del programa. La novillada, la corrida de rejones y el resto de festejos taurinos, sin olvidar las verbenas de la Plaza Mayor y, sobre todo, el ambien que se respira ya en Fermoselle y que, quien no ha experimentado las fiestas, no conoce. La localidad es ya protagonista de todo el sur de la provincia.

Fuente: laopiniondezamora.es