Reproducimos la siguiente crónica del festejo taurino celebrado en Teruel.
ÁNGEL GONZÁLEZ ABAD TERUEL
Miguel Ángel Perrera abrió la puerta grande y el público puso mucho de su parte. Tras la suspensión de la novillada de jueves ayer, se notaba en las buenas gentes de Teruel ganas de disfrutar en la plaza que no se llenó en más allá de sus dos terceras partes.. Al final tuvieron en Perera al salvador de la tarde. Lo intentó una y otra vez el público que fue al coso con la sana intención de divertirse. Sin embargo las cosas que sucedían en el ruedo no iban por ese camino precisamente. A la corrida de Montalvo le falto empuje. También un punto de trapío. Y con ese material los toreros, cuadrillas incluidas, anduvieron a veces hasta aperreados. Incomprensible.
Así, Miguel Abellán estuvo esforzado y valentón, y por el contrario sin apenas ajuste, siempre en las afueras, y aguerrido cuando se trataba del toreo más superficial. Sin mucho acierto con la espada fue ovacionado en el primero y dio una vuelta al ruedo en el cuarto.
Perera toreó a placer al buen segundo. Más que torear jugó con él en una faena de cercanías que levantó pasiones. Con la espada acertó de pleno tanto en éste al que desorejó como en el quinto, que se plegó ayuno de casta sin querer saber nada de la muleta que le ofrecía el extremeño. Dos orejas y ovación.
Cayetano tuvo todo a favor, apoyo incondicional que se desinfló con el tercero. Poco fuste en el de Montalvo y poco temple en el torero. Con más ganas recibió de rodillas al sexto y comenzó así también la faena de muleta. Ahí quedo todo junto a la impresión de un torero poco hecho, nada sobrado de recursos ni oficio. Ovación y ovación tras aviso.
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