martes, 28 de julio de 2009

TUDELA-NAVARRA. El público despidió con una pitada a Juan José Padilla. Los Victorinos en Tudela, lunes 27 de julio 2009

Juan José Padilla abandona cabizbajo la plaza con sólo dos subalternos. ALBERTO GALDONA
- Victorino Martín: "Tudela es una plaza donde se nos espera y se nos respeta"
- El subalterno Vicente Yestera fue trasladado al Hospital Reina Sofía por una cornada que le atravesó el escroto
MARIANO PASCAL . TUDELA . Martes, 28 de julio de 2009
"Una de las fechas del calendario que me ilusiona cada año es Tudela. Me considero torero del norte y de Navarra". Con ése ánimo hacía Juan José Padilla el paseíllo en la Chata de Griseras. El Ciclón de Jerez quizá no hubiese repetido esas declaraciones al salir de la Plaza. Tras saludar sonriente al presidente del Gobierno de Navarra Miguel Sanz, que presenciaba la corrida desde la barrera de capotes, Juan José Padilla escuchó una sonora bronca en su salida de la plaza.
Los matadores veteranos saben que algunas tardes los públicos son tan temibles como los toros. O como el viento, que ayer hizo sufrir mucho a los actuantes.
No debían sentirlo así en la presidencia, pues pese a las fuertes ráfagas de viento que soplaban en la plaza, mantuvieron encendido un ventilador durante los cuatro primeros toros.
También las vidas de los subalternos queda expuestas ante los toros cada tarde. Cualquier lance de la lidia lleva aparejado el peligro para los actuantes. Y Vicente Yestera lo vivió en primera persona.
Tras recibir la cornada y ser llevado a la enfermería por sus compañeros, las escenas de preocupación se repitieron en el patio de caballos. Mientras los curiosos se interesaban por su estado, sus compañeros de luces iban desfilando por el patio de caballos con el oficio que les da el convivir día a día con estos gajes. El parte médico oficioso, que no distó mucho del oficial, se propaló rápidamente por los tendidos: el victorino le había atravesado al subalterno el escroto.
Pero la tarde había comenzado mucho más amigable. A los habituales cada tarde en el patio de caballos, se unieron ayer los medios de comunicación llegados desde la Rioja: Pablo García Mancha o Pepe Herráiz se habían desplazado para seguir a Diego Urdiales. El matador arnedano deseaba repetir su triunfo tudelano del año anterior.
Sergio Aguilar mientras tanto se mostraba tranquilo ante su debut en Tudela. "Mis triunfos de esta temporada me han dado mucha confianza".
La saga ganadera de los Martín acudió ayer a Tudela representada por tres de sus generaciones: el padre Victorino Martín Andrés, el hijo Victorino Martín García y la nieta Pilar Martín. Pilar, estudiante de veterinaria como su padre, finalizó su estancia como alumna erasmus en Italia el sábado. Para el domingo ya estaba siguiendo la lidia de los toros de su familia en Beaucaire y ayer repetía con la corrida de Tudela.
Diego Urdiales , al terminar la corrida, afirmaba que en la tarde "se habían visto toros y cosas importantes, pero el viento nos lo ha hecho pasar muy mal".
Mientras que Sergio Aguilar se lamentaba de su fallo a espadas al matar al tercer toro, "ahora estaría saliendo por la puerta grande". No obstante el torero de Vallecas consideraba que la oreja cortada "sabe muy bien, los dos toros no han sido fáciles, y al final, aunque ha costado, he podido obtener un triunfo".

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