BURGOS, 30 (EUROPA PRESS)
Efectivos de la Policía Nacional de Burgos detuvieron a J.C.J.U.V., de 62 años, encargado de la concesión de la enfermería de la Plaza de Toros y que al no serle permitido ver el festejo desde el callejón cerró con llave el dispensario y provocó la suspensión temporal del espectáculo durante cuarenta minutos. Se le imputan presuntos delitos de desórdenes públicos y amenazas graves, según informaron a Europa Press fuentes de la Subdelegación del Gobierno.
Los hechos se produjeron en la tarde de ayer al comienzo de la corrida en el coso de Burgos, que presentaba una gran afluencia de público. Nada más empezar se produjo un incidente protagonizado por el encargado de la enfermería con un empleado que controlaba el acceso al callejón, al parecer porque no le dejaba entrar por no estar habilitado. Se solicitó la intervención del delegado de la autoridad, quien informó personalmente al hombre que no podía ver los toros desde el callejón puesto que no figuraba en el listado oficial.
La negativa provocó que el hombre amenazara con irse de la plaza y llevarse la ambulancia, pese a ser informado en reiteradas ocasiones de las responsabilidades en que podía incurrir. Al finalizar la lidia del primer toro, el cirujano jefe, responsable del servicio médico de la Plaza, comunicó al delegado de la autoridad que la enfermería había sido cerrada con llave y que su responsable le había llamado para decirle que se iba a casa.
Puestos los hechos en conocimiento del presidente de la plaza y del director de lidia,, se decidió suspender la corrida, en cumplimiento del Reglamento Taurino, hasta la resolución del problema suscitado.
Requerida la policía, procedió por la fuerza a la apertura de la puerta de la enfermería, hallando en su interior al hombre, quien comenzó a increpar y amenazar gravemente a los agentes.
Pudo continuar el festejo cuarenta minutos después de la interrupción, siendo reseñable el hecho de que durante ese tiempo se produjo una necesidad de atención médica a un espectador de 79 años, que sufrió una insuficiencia cardio-respiratoria y que no pudo ser atendido en dicha enfermería por no estar operativa.
Efectivos de la Policía Nacional de Burgos detuvieron a J.C.J.U.V., de 62 años, encargado de la concesión de la enfermería de la Plaza de Toros y que al no serle permitido ver el festejo desde el callejón cerró con llave el dispensario y provocó la suspensión temporal del espectáculo durante cuarenta minutos. Se le imputan presuntos delitos de desórdenes públicos y amenazas graves, según informaron a Europa Press fuentes de la Subdelegación del Gobierno.
Los hechos se produjeron en la tarde de ayer al comienzo de la corrida en el coso de Burgos, que presentaba una gran afluencia de público. Nada más empezar se produjo un incidente protagonizado por el encargado de la enfermería con un empleado que controlaba el acceso al callejón, al parecer porque no le dejaba entrar por no estar habilitado. Se solicitó la intervención del delegado de la autoridad, quien informó personalmente al hombre que no podía ver los toros desde el callejón puesto que no figuraba en el listado oficial.
La negativa provocó que el hombre amenazara con irse de la plaza y llevarse la ambulancia, pese a ser informado en reiteradas ocasiones de las responsabilidades en que podía incurrir. Al finalizar la lidia del primer toro, el cirujano jefe, responsable del servicio médico de la Plaza, comunicó al delegado de la autoridad que la enfermería había sido cerrada con llave y que su responsable le había llamado para decirle que se iba a casa.
Puestos los hechos en conocimiento del presidente de la plaza y del director de lidia,, se decidió suspender la corrida, en cumplimiento del Reglamento Taurino, hasta la resolución del problema suscitado.
Requerida la policía, procedió por la fuerza a la apertura de la puerta de la enfermería, hallando en su interior al hombre, quien comenzó a increpar y amenazar gravemente a los agentes.
Pudo continuar el festejo cuarenta minutos después de la interrupción, siendo reseñable el hecho de que durante ese tiempo se produjo una necesidad de atención médica a un espectador de 79 años, que sufrió una insuficiencia cardio-respiratoria y que no pudo ser atendido en dicha enfermería por no estar operativa.
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