Reproducimos la crónica que sobre la corrida de ayer, miércoles 1 de julio, realiza D. J.L.Hernaz para ABC, Fera de Burgos 2009.
"El Cid firma el triunfo con el mejor toro de una mansa corrida"
"El Cid firma el triunfo con el mejor toro de una mansa corrida"
Diario ABC.
El Cid realizó lo más destacado de lo que va de feria con el mejor toro de la deslucida corrida de Gerardo Ortega, muy baja de casta. El torero de Salteras aprovechó al buen cuarto y lo desorejó. El toro se desplazó con largura, con el defecto de echar la cara arriba al final del muletazo y la virtud de la transmisión. Manuel Jesús ligó varias series a derechas, aunque firmó los mejores muletazos con su zurda de oro. Buena actuación del sevillano, aun sin ser redonda, que remachó de un estoconazo. Había cortado otra oreja del primero por una faena de nula emoción, compuesta de muletazos aislados y sin continuidad, debido al escaso motor de su oponente.
Sebastián Castella nada pudo hacer frente a su manso y huidizo segundo, que se desentendía de la muleta y carecía de todo celo. Un buey de pobre presencia al que el francés pasaportó con dignidad. Con el rajado quinto, que rehuía la pelea, lo intentó en tablas una y otra vez. Pero el toro siempre se iba suelto y, pese a su entrega, resultaba imposible hacer faena. Como mató con prontitud, le regalaron una oreja.
Miguel Ángel Perera se mostró por encima de la sardina que salió en tercer lugar, tan parado y falto de casta como sus hermanos. Logró un trofeo muy generoso, y es que el rasero de la plaza de Burgos está cada vez más bajo. Lo más vibrante de su actuación fueron las bernadinas. Con eso se dice todo. En el también descastado sexto, de embestida mortecina, se puso reiterativo y monótono. Su afán de triunfo hizo que se pegara un arrimón innecesario y acabó aburriendo al personal.
El Cid realizó lo más destacado de lo que va de feria con el mejor toro de la deslucida corrida de Gerardo Ortega, muy baja de casta. El torero de Salteras aprovechó al buen cuarto y lo desorejó. El toro se desplazó con largura, con el defecto de echar la cara arriba al final del muletazo y la virtud de la transmisión. Manuel Jesús ligó varias series a derechas, aunque firmó los mejores muletazos con su zurda de oro. Buena actuación del sevillano, aun sin ser redonda, que remachó de un estoconazo. Había cortado otra oreja del primero por una faena de nula emoción, compuesta de muletazos aislados y sin continuidad, debido al escaso motor de su oponente.
Sebastián Castella nada pudo hacer frente a su manso y huidizo segundo, que se desentendía de la muleta y carecía de todo celo. Un buey de pobre presencia al que el francés pasaportó con dignidad. Con el rajado quinto, que rehuía la pelea, lo intentó en tablas una y otra vez. Pero el toro siempre se iba suelto y, pese a su entrega, resultaba imposible hacer faena. Como mató con prontitud, le regalaron una oreja.
Miguel Ángel Perera se mostró por encima de la sardina que salió en tercer lugar, tan parado y falto de casta como sus hermanos. Logró un trofeo muy generoso, y es que el rasero de la plaza de Burgos está cada vez más bajo. Lo más vibrante de su actuación fueron las bernadinas. Con eso se dice todo. En el también descastado sexto, de embestida mortecina, se puso reiterativo y monótono. Su afán de triunfo hizo que se pegara un arrimón innecesario y acabó aburriendo al personal.
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