Reproducimos por su interés la crónica que realiza Paco Cerezo para Toros.com ya que en cierta manera viene a refrendar lo que nosotros argumentabamos con respecto a la Feria de Santander y como no a lo que está pasando en Sevilla.
Tras nueve años sin pisar el moreno ruedo de Vista Alegre, todo parece indicar que José Tomas echara el paseíllo durante las fiestas de agosto, pese a que la feria será televisada.
Muy sencillamente, como tan sencillas son las soluciones.
Lo haría con una corrida de Núñez del Cuvillo el 14 de agosto.
Corrida extraordinaria que precede a las Corridas Generales que comienzan al día siguiente, el 15, Nuestra Señora de Begoña, que, particularmente, me gusta mas que Amatxu, que considero un abuso de confianza.
Todo el mundo tenemos manías. ¡Que le vamos a hacer!
La junta administrativa ha descendido a la tierra y roto el absurdo pulso que sostenía con el taciturno espada de Galapagar.
Inteligente postura. Torero carísimo en tiempos de crisis.
Y, sin embargo, rentable.
Aunque Bilbao siempre tiene excelentes entradas, nadie sabe lo que podía ocurrir en esta edición, y de este modo, los llenos están asegurados, porque, pese a ser extraordinaria, la corrida entra dentro del abono, del que va a tirar José Tomas.
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Las actuales gerencias imponen su ley tocante a las cartelerías. A la hora de confeccionar, siempre sobre el ahorro, se cargan a Maria Santísima, sin tener en cuenta los meritos del torero y los gustos del público. Les da de lado.
Empresas que ingresan torrenteras de euros y entran en una racanería de lo más ruin, con carteles impropios de plazas de categoría, con corridas de pan y melón, indignas de Villamanta.
De vez en cuando no vendrían mal intervenciones, injerencias, por decirlo finamente, fuera del mundo empresarial, pero con poder inusitado, que aun estando ya confeccionadas las corridas, ha metido en los festejos al torero que el pueblo quería ver.
El democrático procedimiento de “por güevos” surte efecto.-
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Bilbao, uno de los sostenes del trébede taurino, tampoco se libra.
Feria breve e importantísima, no es inmune a esta “jodía” manía.
Año tras año aparecen media docena de toreros que nadie se explica que pintan en una cartelería de lujo.
Más cuando los destinos del coliseo vistalegrero los rige una junta administrativa netamente local, que no tiene que ceder a ningún tipo de presión ni intercambio de favores, ni compadreo o tráfico de influencias, que se solía decir.
El mundo de los toros sigue siendo un misterio.
Muy sencillamente, como tan sencillas son las soluciones.
Lo haría con una corrida de Núñez del Cuvillo el 14 de agosto.
Corrida extraordinaria que precede a las Corridas Generales que comienzan al día siguiente, el 15, Nuestra Señora de Begoña, que, particularmente, me gusta mas que Amatxu, que considero un abuso de confianza.
Todo el mundo tenemos manías. ¡Que le vamos a hacer!
La junta administrativa ha descendido a la tierra y roto el absurdo pulso que sostenía con el taciturno espada de Galapagar.
Inteligente postura. Torero carísimo en tiempos de crisis.
Y, sin embargo, rentable.
Aunque Bilbao siempre tiene excelentes entradas, nadie sabe lo que podía ocurrir en esta edición, y de este modo, los llenos están asegurados, porque, pese a ser extraordinaria, la corrida entra dentro del abono, del que va a tirar José Tomas.
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Las actuales gerencias imponen su ley tocante a las cartelerías. A la hora de confeccionar, siempre sobre el ahorro, se cargan a Maria Santísima, sin tener en cuenta los meritos del torero y los gustos del público. Les da de lado.
Empresas que ingresan torrenteras de euros y entran en una racanería de lo más ruin, con carteles impropios de plazas de categoría, con corridas de pan y melón, indignas de Villamanta.
De vez en cuando no vendrían mal intervenciones, injerencias, por decirlo finamente, fuera del mundo empresarial, pero con poder inusitado, que aun estando ya confeccionadas las corridas, ha metido en los festejos al torero que el pueblo quería ver.
El democrático procedimiento de “por güevos” surte efecto.-
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Bilbao, uno de los sostenes del trébede taurino, tampoco se libra.
Feria breve e importantísima, no es inmune a esta “jodía” manía.
Año tras año aparecen media docena de toreros que nadie se explica que pintan en una cartelería de lujo.
Más cuando los destinos del coliseo vistalegrero los rige una junta administrativa netamente local, que no tiene que ceder a ningún tipo de presión ni intercambio de favores, ni compadreo o tráfico de influencias, que se solía decir.
El mundo de los toros sigue siendo un misterio.
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