domingo, 22 de marzo de 2009

Perera en Castellón corta cuatro orejas y un rabo, última de feria, domingo 22 de marzo 2009


Castellón. Domingo 22 de Marzo. 8ª Feria. Casi lleno.

Toros de Vegahermosa, terciados y justos de presencia. Manejables aunque justos de raza los tres primeros. 4º de buen juego. 5º complicado.

Rivera Ordóñez, silencio y división. Miguel Ángel Perera, dos orejas tras aviso y dos orejas y rabo tras aviso. Cayetano, silencio
Por su interés y para que ustedes conozcan lño sucedido en el ruedo de la plaza de toros de Castellón, reproducimos la crónica de D.Juan Migel Núñez que realiza para EFE.
LA TEMPORADA EMPIEZA EN PERERA
Perera está mejor que nunca. Por encima incluso de su propia contundencia en la anterior campaña de su irresistible ascensión. De aquella regularidad en el triunfo nace sin duda la garantía de que lo va a seguir siendo, todavía corregido y aumentado.
El aldabonazo de hoy es buena muestra. Después de quedarse fuera de las Fallas en Valencia y sin estar anunciado tampoco en Sevilla, ha venido Perera a su primera cita importante del año, ésta de Castellón, dispuesto a cobrarse las afrentas empresariales.
No pasó tampoco desapercibida otra circunstancia en la tarde para motivarle de una forma especial, cuando al echar a andar el paseíllo una nube de fotógrafos se arremolinaba frente a los hermanos Rivera, objetivos únicos de una determinada prensa, la llamada "del corazón", que tantos parroquianos lleva a la taquilla.
Ni una foto para Perera, que después iba a dejar bien claro quién es quién en el ruedo. No se trata de hacer de menos a los otros dos espadas, pero la tarde de hoy no tuvo más protagonista que el propio Perera.
En una corrida de toros de comportamiento muy variado, el extremeño sorteó un primero demasiado terciado, fácil de torear, pero que precisamente por esta circunstancia podía restar méritos a lo que se le hacía.
La faena tuvo quietud y temple. Toreo de mano baja y muy ajustado, llevando y trayendo al toro en un espacio mínimo. No le inquietó en absoluto estar tan cerca y tanto tiempo en los pitones. La importancia de la faena la puso Perera, que tras meter la espada paseó las dos primeras orejas de la tarde.
Mucho más hubo en el quinto, el toro más difícil con diferencia del envío. Distraído desde que saltó al ruedo, estuvo tirando "cornaítas" al peto y salió arrollando a la salida del caballo. Toro violento y con peligro sordo: mirón, "midiendo" constantemente al torero y pegando tornillazos al final de cada pase.
Y sin embargo, qué valiente y qué seguro estuvo Perera con él. Enorme capacidad de mando y mucha suficiencia, de no arrugarse otra vez metido entre las astas. Tremendo "el arrimón" por ambicioso y temerario. El resultado, el toro totalmente dominado.
Ni una concesión, ni gestos ni afectaciones para "vender el barato", que dicen los cabales. Sinceridad total, pureza absoluta. Así fue como Perera acabó con el cuadro. Otra estocada, y ahora también el rabo.
Lo de Rivera Ordóñez se redujo a la foto inicial para los fotógrafos del ambiente "rosa". Dos trasteos simples y ramplones, con el agravante de que el cuarto fue un gran toro por fijeza, prontitud y largura en las embestidas. Un toro, como se dice en la jerga, que "hacía el avión". Toro de mucha clase, de lío gordo. Pero lo único que hizo Rivera fue maltratarle con la vulgaridad de su estilo e incapacidad.
Cayetano, su hermano menor, en cambio anduvo con otra voluntad y mejores formas. Sin tener una técnica muy depurada, lo que no deja de ser inconveniente grave no sólo para resolver una situación de apuro sino incluso para rematar en lo artístico, Cayetano fue mucho más allá de los destellos y las pinceladas.
Aún habiendo estado en ocasiones a merced de su primero, que por suerte no llegó a echarle mano, nunca dio el paso atrás. Y con el sexto, que aparentemente tuvo más poder que ninguno, Cayetano se centró más, haciendo el toreo con cierta donosura. La oreja que cortó fue de ley, no vayan a confundir lo de los piropos y pasiones de las féminas con el verdadero reconocimiento que despierta en la buena afición.
Perera se fue a hombros, entre vítores, cuyos ecos retumban en las plazas donde no actúa. Tomen nota los empresarios de las ferias de categoría. La temporada 2009 empieza donde acabó la anterior, es decir, en Miguel Ángel Perera. EFE

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