Plaza de toros de Zamora. Festival benéfico. Menos de media plaza en tarde fría con agua y granizo al inicio. Novillos y toros de Miranda de Pericalvo, desiguales de presencia y juego, manejables y reglamentariamene despuntados. El Fundi, oreja. David Luguillano, ovación. Juan Bautista, dos orejas. César Jiménez, saludos desde el tercio. Sergio Marín, oreja. El novillero Román Pérez, dos orejas con petición de rabo.28/03/2009
La tarde no presagiaba nada bueno por el ambiente gélido de la meteorología que, al inicio, mientras Fundi se las veía con su cuatreño, cayó una buena tromba de agua y granizo que, a la mayoría de los presentes, nos pilló en 'bragas' como se suele decir. Taurinamente la tarde tuvo sus más y sus menos. Novillos, cuatreños y un cinqueño que le tocó en suerte a Jiménez, que se dejaron en conjunto. Pero claro, como ocurre en esta profesión, la disposición, la técnica y el arte de cada uno pone el resto en el albero, ante un público generoso pero que sí que entiende de toros, como lo demostró en el sexto novillo.Y hablemos del sexto de la tarde, un novillo feo, desigual, con escasas fuerzas y por el que nadie 'daba un duro', que se cayó varias veces, sobre todo al salir del caballo, al clavar banderillas y cuando el novillero francés afincado en Salamanca y formado por Juan José y José Ignacio, Román Pérez, lo forzaba con el capote.Pero luego todo resultó de al revés. Aún sin fuerzas, Pérez supo dar al novillo el temple necesario, la distancia justa, los terrenos precisos para que el novillo embistiera con nobleza por ambos pitones. Román Pérez está muy curtido, parece que le funciona muy bien la cabeza delante del novillo y ofreció al respetable, que pensaba abandonar la plaza, lo mejor, pero con diferencia de toda la tarde.Román Pérez toreó con gusto, con decisión, repito que su temple fue básico para arrancar largas series de muletazos por ambos pitones rematados con torería. Al final, acortó distancias y con un par de redondos y una quietud pasmosa cerró una faena de 'lío' para un chaval que se fajaba con veteranos y, ¡vaya veteranos! Pinchó y luego dio una estocada certera, hubo petición de rabo, pero Zamora, sabemos como es en estas cuestiones. Esperemos que esa disposición y ese toreo demostrado hoy en Zamora lo haga mañana en Las Ventas de Madrid.Fundi, un veterano y profesional como la 'copa de un pino', arrancó una oreja a un toro que no le puso fácil su paseo por Zamora. Pero Fundi está sobrado para matar este tipo de animales. Dio un estoconazo fulminante.David Luguillano pasó lo peor de la tarde, salió muy dispuesto, con el capote lanceó como lo hacen los artistas. Ya con la muleta, los errores se pagan, y cuando se descubrió recibió una fuerte voltereta que le puco costar un serio disgusto, porque el novillo había 'aprendido'. Antes había puesto ganas y firmado muletazos hondos y largos.Juan Bautista cortó dos apéndices por motivos distintos. Uno por la estocada que dio al tercero y, otra, por la voluntad y disposición ante un cuatreño que no era nada fácil y al que costaba mucho someter, pero el empeño del torero francés pudo con esos inconvenientes.César Jiménez, ante un cinqueño, estuvo muy dispuesto, con muchas ganas, recibiendo a la distancia desde los medios, tanto con capote como con muleta. Intentó hilvanar las series, pero siempre sale su toreo, porque César, al final, siempre termina siendo Jiménez. Pinchó y el público le obligó a salir al tercio a saludar, no era para menos.Y, finalmente, Sergio Marín, un novillero que en su día apuntaba alto, pero una desgraciada voltereta en Las Ventas le causo la temida 'triada'. Tenía ganas de ver a este chaval de Coslada ya de matador, aún sin ser el que era, se le ve con ganas, con ilusión renovada, intentó fajarse ante un novillo que quedó casi maltrecho en una caída al salir del caballo. Marín se merece más oportunidades y, a buen seguro, que las tendrá. Cortó una merecida oreja.
La tarde no presagiaba nada bueno por el ambiente gélido de la meteorología que, al inicio, mientras Fundi se las veía con su cuatreño, cayó una buena tromba de agua y granizo que, a la mayoría de los presentes, nos pilló en 'bragas' como se suele decir. Taurinamente la tarde tuvo sus más y sus menos. Novillos, cuatreños y un cinqueño que le tocó en suerte a Jiménez, que se dejaron en conjunto. Pero claro, como ocurre en esta profesión, la disposición, la técnica y el arte de cada uno pone el resto en el albero, ante un público generoso pero que sí que entiende de toros, como lo demostró en el sexto novillo.Y hablemos del sexto de la tarde, un novillo feo, desigual, con escasas fuerzas y por el que nadie 'daba un duro', que se cayó varias veces, sobre todo al salir del caballo, al clavar banderillas y cuando el novillero francés afincado en Salamanca y formado por Juan José y José Ignacio, Román Pérez, lo forzaba con el capote.Pero luego todo resultó de al revés. Aún sin fuerzas, Pérez supo dar al novillo el temple necesario, la distancia justa, los terrenos precisos para que el novillo embistiera con nobleza por ambos pitones. Román Pérez está muy curtido, parece que le funciona muy bien la cabeza delante del novillo y ofreció al respetable, que pensaba abandonar la plaza, lo mejor, pero con diferencia de toda la tarde.Román Pérez toreó con gusto, con decisión, repito que su temple fue básico para arrancar largas series de muletazos por ambos pitones rematados con torería. Al final, acortó distancias y con un par de redondos y una quietud pasmosa cerró una faena de 'lío' para un chaval que se fajaba con veteranos y, ¡vaya veteranos! Pinchó y luego dio una estocada certera, hubo petición de rabo, pero Zamora, sabemos como es en estas cuestiones. Esperemos que esa disposición y ese toreo demostrado hoy en Zamora lo haga mañana en Las Ventas de Madrid.Fundi, un veterano y profesional como la 'copa de un pino', arrancó una oreja a un toro que no le puso fácil su paseo por Zamora. Pero Fundi está sobrado para matar este tipo de animales. Dio un estoconazo fulminante.David Luguillano pasó lo peor de la tarde, salió muy dispuesto, con el capote lanceó como lo hacen los artistas. Ya con la muleta, los errores se pagan, y cuando se descubrió recibió una fuerte voltereta que le puco costar un serio disgusto, porque el novillo había 'aprendido'. Antes había puesto ganas y firmado muletazos hondos y largos.Juan Bautista cortó dos apéndices por motivos distintos. Uno por la estocada que dio al tercero y, otra, por la voluntad y disposición ante un cuatreño que no era nada fácil y al que costaba mucho someter, pero el empeño del torero francés pudo con esos inconvenientes.César Jiménez, ante un cinqueño, estuvo muy dispuesto, con muchas ganas, recibiendo a la distancia desde los medios, tanto con capote como con muleta. Intentó hilvanar las series, pero siempre sale su toreo, porque César, al final, siempre termina siendo Jiménez. Pinchó y el público le obligó a salir al tercio a saludar, no era para menos.Y, finalmente, Sergio Marín, un novillero que en su día apuntaba alto, pero una desgraciada voltereta en Las Ventas le causo la temida 'triada'. Tenía ganas de ver a este chaval de Coslada ya de matador, aún sin ser el que era, se le ve con ganas, con ilusión renovada, intentó fajarse ante un novillo que quedó casi maltrecho en una caída al salir del caballo. Marín se merece más oportunidades y, a buen seguro, que las tendrá. Cortó una merecida oreja.
Fuente: Salamanca24horas.com,Fecha: 28 de marzo de 2009Autor: Luis Falcón.
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