El diestro luso escenificó una conferencia llena de matices y sentimiento torero en el ciclo organizado por ‘El Espontáneo’
La tercera conferencia-coloquio del XXV Ciclo Taurino-Cultural de la peña "El Espontáneo", contó con un conferenciante muy sutil y especial: el matador de toros lusitano Victor Mendes, quién ya lo fuera en las ediciones de los años 98-99. Es tan expresivo y elocuente, que para explicar algunos matices del toreo, se pone en pie y escenifica clarividentemente la muestra de lo que quiere hacer saber. Fácil de palabra y lejos de eufemismos, comenta los diferentes aspectos del tema elegido, en este caso "el sentido de la lidia", de forma contundente. "Lidia viene del latín y significa "luchar", en nuestro caso pelear con el toro. No tiene mucho que ver con el valor y el arte. Interviene la inteligencia y la capacidad del torero. Lidiar es poder. Es más difícil ser un torero lidiador que un torero de arte. No hay que confundir el ver pasar un toro una y otra vez que ver lidiar realmente. También es cierto que un lidiador puede esconder algunas deficiencias de valor", aseguró el matador. Más adelante y en otras cuestiones diferenció al torero amanerado, al que fuerza la figura y a quién torea con sensibilidad desmayando el trazado del lance o muletazo. "Mi modelo fue Francisco Rivera "Paquirri". "Llevo 18 años de matador de toros, tomé la alternativa en Barcelona de manos de Luis Francisco Esplá con Morenito de Maracay de testigo. Hubo años en que ocupé los primeros puestos del escalafón con setenta-ochenta corridas de toros y aunque hace años manifesté que me retiraba, la verdad es que no ha sido así, ya que mantengo la ilusión y capacidad para vestirme de luces una o dos veces al año y torear catorce festivales. En todo caso, yo soy fiel a mi propio toreo". Para Mendes el toreo se asienta en tres conceptos básicos, que son, "los terrenos, las querencias y la geografía con sentido y cruzarse el torero. El toro en las décadas de los años sesenta-setenta era más terciado pero con más raza y temperamento. Ahora, el toro es más voluminoso pero hay que tratarle de forma diferente como todos saben. Yo fui ganadero de bravo y lo dejé por ciertas circunstancias". "¿ Qué es torear?. Torear es un todo, un compendio de valores, desde el capote, la muleta hasta la espada, porque matar bien es saber torear. Yo he vivido y paso la vida haciendo lo que más que querido, ser torero. En mano formaré parte del cartel del cincuenta aniversario del Club Cocherito de Bilbao, algo que se motiva y seduce. Será con una corrida de Palha.
Ahora comenzaré a hacer varios tentaderos, a bajar siete u ocho kilos de peso, a ponerme en forma y a torear otro par de corridas y algunos festivales. Algunas de estas manifestaciones fueron vertidas durante el animado coloquio que se alargó hasta pasadas las once de la noche, porque Victor Mendes llegó a las diez a la sala de conferencias de Palacio Mansilla, lugar de los encuentros y que justificó y pidió disculpas, por haberse demorado en la salida de su finca portuguesa tras un tentadero con dos chavales novilleros que le acompañaron a Segovia, el salmantino Angel Blanco y el lusitano Gonzalo Montoya con quienes tras la cena en restaurante La Taurina y recibir el correspondiente óleo de Lope Tablada reemprendieron el regreso a Portugal. Un palizón conduciendo con un recorrido entre ida y vuelta de mil doscientos kilómetros.
Victor Mendes es hombre sumamente cordial, inteligente y gran conocedor del toreo, algo tangible y que se detecta al escucharle. Es un placer poder comprender fluidamente lo que dice y manifiesta. Fueron varias interrupciones del público para aplaudir al torero. La oratoria, los gestos y ademanes, la coherencia y el saber estar y decir del lusitano, cautivan y motivan de forma notable. Lleva tres comparecencias en el ciclo taurino, las de los años 98, 99 y la presente y, gustaría y complacería como se comentaba al final, que volviera para deleitarnos una vez en 2010, por supuesto con nuestra agradecida presencia.
Fuente: eladelantado.com/foto: Ruben Pascua
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