domingo, 15 de noviembre de 2009

Cuatro mil personas asisten al toro jubilo, el último toro de fuego de Castilla y León.

Varios mozos persiguen al Toro Júbilo durante
el declarado "festejo taurino popular" EFE
Cerca de cuatro mil personas, según fuentes municipales, han participado un año más en el toro jubilo de Medinaceli (Soria), el único toro de fuego que pervive en Castilla y León y que está reconocido desde el año 2002 como "festejo taurino tradicional" por el Gobierno regional. En esta nueva edición, el protagonista ha sido "Felipe", un toro de 400 kilogramos, de color rojo, procedente de la ganadería de Manolo Relancio, de Gallur (Zaragoza). A las once y media de la noche se ha repetido esta tradición milenaria que, según antropólogos reconocidos como Julio Caro Baroja, hunde sus raíces en ritos celtibéricos.
El alcalde de Medinaceli, Felipe Utrilla, en declaraciones a la Agencia EFE, ha eludido hoy entrar en polémicas con los defensores de los animales reiterando que "es una tradición muy querida por los vecinos" y por ello se sigue realizando, a pesar de las protestas. La Junta de Castilla y León declaró el toro jubilo, en el año 2002, "espectáculo taurino tradicional", tras documentar el Ayuntamiento medinense que esta fiesta tenía más de doscientos años de historia, como exige el decreto del Gobierno regional.
Una veintena de mozos medinenses han cumplido esta noche un año más, sin ningún contratiempo, con la tradición heredada de sus mayores, sacando ensogado al astado desde los toriles y amarrándole en un poste colocado en la plaza Mayor. En el poste, los jóvenes han colocado un armazón de hierro en la testuz del toro inmovilizado, en la que han sujetado las bolas de pez, elaboradas previamente con estopa, aguarrás y azufre. Para evitar que sufra quemaduras, "Felipe" ha sido embadurnado con barro y ha sido protegido con una gamella encima de los cuernos, segundos antes que los mozos prendiesen las bolas con una antorcha y liberasen al animal de sus ataduras, cortando la cuerda a la voz de "a la de tres".
El festejo ha completado su tradición con las carreras del toro de fuego en la plaza, acudiendo a la cita de los mozos y visitantes y sorteando las cinco luminarias encendidas que representan a los cinco mártires de los Cuerpos Santos (Arcadio, Provo, Pascual, Eutiquiano y Pablito), patrones de Medinaceli. Las correrías de los mozos y las carreras del astado se prolongan lo que dura 'encendida' la cornamenta de fuego del toro, en torno a media hora.
Para la elección del toro, el Ayuntamiento medinense elige un mes antes un comisionado que busca y encuentra la res más apropiada al festejo: uno de media casta, con fortaleza y alegría. Como acto previo al festejo, se ha celebrado una charla sobre el toro jubilo en la Alhondiga, en la que ha participado un embolador profesional, y se ha presentado la agenda taurina 2010, que dedica una parte al toro jubilo de Medinaceli.
La tradición del toro jubilo en Medinaceli es milenaria aunque la constancia documental en el Archivo de los Duques de Medinaceli se remonta tan sólo al siglo XVI, cuando se afirma que en la noche del 29 de diciembre de 1559 el rey Felipe III y su esposa, tras su luna de miel, presenciaron esta fiesta desde el balcón del Palacio Ducal.
Igualmente existen documentos en este archivo que hablan de otras dos celebraciones el 3 de agosto de 1568 y el 29 de mayo de 1598. En aquella época, el toro jubilo se festejaba varias veces al año para gozo y disfrute de personajes ilustres y, según los estudiosos, fue a finales del siglo XVIII o comienzos del XIX, cuando se trasladó definitivamente su celebración ritual a la noche del 13 de noviembre o la más próxima a la festividad de los Cuerpos Santos, patrones de Medinaceli.
El toro jubilo (de sacrificio jubilar y jubileo, nunca de júbilo) está encuadrado etnográficamente en el grupo de armazones que simulan toros de fuego y los toros embolados de las cuencas del Jiloca y Turia, así como los de la cuenca aragonesa del Jalón y de algunas poblaciones de Teruel.

Fuente: ABC.es

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