jueves, 24 de mayo de 2012

MADRID-LAS VENTAS. Video y crónica de la morantada de ayer, 23 de mayo, Feria de San isidro 2012. Anovillados de Domecq, Morante,Talavante y Juan Pablo Sánchez


Reproducimos la crónica de D. Antonio Lorca, sobre este festejo, realizada para El País. Lamentamos no poder ofrecerles las reseñas de la corrida porque la web de Las Ventas no está funcionando correctamente. Eso no pasaba con la anterior empresa.


SAN ISIDRO 2012 | DECIMOCUARTA CORRIDA DE FERIA

¡Bastante que le importará a él…!

El festejo fue un pestiño, pero no por la ausencia de triunfos, que no los hubo, sino por esa sensación malsana de lo que carece de ilusión, de alma, de ángel, de aroma y de torería

ANTONIO LORCA Madrid 24 MAY 2012 - www.elpais.com

Mientras se desarrollaba el tercio del piquero del quinto de la tarde, Morante de la Puebla, con el capote plegado entre las manos, se recostó sobre las tablas, junto al burladero de cuadrillas, con la mirada perdida y el gesto disciplente. Alguien del tendido, cansado ya de una tarde plúmbea y pesada, anotó: ¡Bastante que le importará a él…! Seguro que sí, hombre; seguro que no era más que una pose o un descanso entre tanta tensión, pero la imagen del torero sevillano era la foto de la desgana, de la desesperanza, de la abulia…
Al final, el festejo fue un pestiño, pero no por la ausencia de triunfos, que no los hubo, sino por esa sensación malsana de lo que carece de ilusión, de alma, de ángel, de aroma y de torería, en una palabra.

Ficha

DOMECQ / MORANTE, TALAVANTE, SÁNCHEZ
Toros de Juan Pedro Domecq, novillados, a excepción del sexto, mansones, inválidos y muy sosos.
Morante de la Puebla: siete pinchazos y casi entera (pitos); pinchazo —aviso— pinchazo y un descabello (palmas).
Alejandro Talavante: pinchazo y estocada (palmas); cinco pinchazos y estocada (silencio).
Juan Pablo Sánchez, que confirmó la alternativa: estocada (silencio); estocada (palmas).
Plaza de las Ventas. 23 de mayo. Decimocuarta corrida de feria. Lleno.
Claro que a falta de toros bravos y toreros heroicos, la fiesta se ha refugiado necesariamente en el arte. El Arte con mayúsculas es, hoy por hoy, lo que abarata las taquillas con la esperanza de un destello deslumbrante. Añoramos el toro y el torero artistas, y, después, pasa lo que pasa…
El toro artista es el de ayer, el que crió y potenció Juan Pedro Domecq, bajo de hechuras, con cuerpo de novillo, ayuno de fuerzas, muy escasito de casta y rebosante de bondad. Es decir, el toro que no emociona. (Que no se olvide un detalle importante: Curro Vázquez es el apoderado de Morante, y donde meta la mano el señor Vázquez, no hay toro). Y el torero de arte, ya se sabe, se llama Morante de la Puebla, que es como es, y nadie sabe como es. Un artista, dicen, raro, extraño, y genial, al fin y al cabo. Si tiene su día… ¿Y si no lo tiene?

OVACIÓN: La plaza se llenó hasta la bandera al reclamo del artista más deseado.
PITOS: Fracaso ganadero en el día que se descubrió una placa en las Ventas por el éxito de Juan Pedro en 2011.
Pero el arte se ha convertido en la única esperanza blanca de la fiesta de los toros. El resto no existe. Es lo que viste entre los espectadores. Hoy, ser morantista es como hace años era ser currista moderno; un sello que está de moda y que no siempre es sinónimo de buen aficionado.
Y, ya se sabe, con un toro como el de ayer y un artista desganado, prepárense para el aburrimiento. Y eso es lo que ayer hubo en demasía en las Ventas, a pesar de que el morantismo militante, que es legión, se empeña en ver en su imaginación lo que la realidad le niega.
No era ayer el día del genial torero sevillano. O no le gustó el toro. O vio en el tendido a Rafael de Paula, su antiguo apoderado, y el recuerdo le dio mal bajío, que todo puede ser en el mundo de los artistas. (Por cierto, es verdad que estuvo el torero de Jerez en el tendido, con algunos años y kilos de más, una melena blanquecina, y torpe de movimientos, con la ayuda de una muleta -no la de torear- y el apoyo de un amigo).
Inválido y chiquitín era el primero de José Antonio, y lo recibió con el capote arriba para que no se cayera el pobre mío. Mansito y sin fuerzas, llegó a la muleta casi sin vida, y el torero, con cara de pocos amigos, y siempre precavido, le quitó las moscas de la cara, y se dispuso a matar. Bueno, a pinchar y lo hizo hasta siete veces antes de cobrar una estocada casi entera. Estaba claro que la sensación de desgana primaba en el ánimo del torero.
El quinto, otro novillo, salió con paso quedo, se detuvo en la puerta de chiqueros y, con la parsimonia de los artistas, bajó lentamente el hocico y olió el piso. Por la cara que puso, no le gustó. Unos mantazos de Morante, tampoco. Es verdad, no obstante, que, muleta en mano se le vio con otro porte, como quien pretende justificarse. Y quedan en la retina dos derechazos hondos, de categoría, y un largo pase de pecho. Pero no hubo más. La plaza entera empujaba al toro, pero a sus movimientos les faltaba la codicia necesaria.
Quedaba la sorpresa, ese quite en el sexto, con el que los tendidos soñaron antes de que Morante se perfilara. Una, dos verónicas con las manos bajas y el mentón hundido, gracia perfumada del artista; otra más, pero el animal renquea y desluce, y la media sin toro, porque hunde los pitones en la arena. Pero esa es la señal para el morantismo militante de que hay que volver. Y habrá que hacerlo, quién lo duda, y habrá que aguantar el poco espíritu de un artista que no está inspirado a las siete y media de la tarde del 23 de mayo en Madrid, sino cuando las musas, caprichosas ellas, revolotean en esa cabeza llena de misterios y en esas muñecas lánguidas que, a veces, se llenan de vida esplendorosa. Pero, ayer, no hubo milagro. Ni los toros fueron artistas, ni el artista fue ese torero ilusionado que todos necesitábamos. Adiós con el corazón, artista mío, y hasta el 6 de junio, que otra vez las espadas de la ilusión estarán prestas en todo lo alto.
Un solo quite, el de Morante en el sexto, es un corto bagaje para un cartel de postín. Entró Talavante en sustitución de Cayetano y no justificó su contrato. Nada reseñable con el capote, y mucha superficialidad, mucho pico, y mucho toreo insulso con la muleta. Su primero no fue un toro, y, ya se sabe, si no hay toro, no hay emoción; y el segundo era un carretón sin vida.
Y el tercero en discordia era un joven mexicano, Juan Pablo Sánchez, con gusto y maneras artistas. Su primero, una birria; y el último, un descastado bondadoso, al que muleteó con limpieza y sin emoción hasta que el animal se echó por dos veces antes de entrar a matar. Inédito el torero, aunque puso lo mejor de su parte.

Bronca entre Morante y Fernando Lozano en Las Ventas


Una vez Morante de la Puebla realizó el quite por verónicas al toro que cerraba plaza esta tarde en Madrid, el de La Puebla del Río mantuvo una fuerte discusión en el callejón con el apoderado del matador de turno, Juan Pablo Sánchez. Después de lanzarse ambos distintos improperios, intervino el delegado gubernativo impidiendo que los protagonistas de tan lamentable episodio llegaran a las manos. Afortunadamente, por el bien de ellos y por el bien de la imagen de la Fiesta, todo quedó en la anécdota de un deslucido festejo. Fuente:Aplausos.

HABLAN LOS OTROS PROTAGONISTAS.
Alejandro Talavante: "He estado centrado y concentrado" / Juan Pablo Sánchez: "No me pesó la confirmación. Me voy con la cara bien alta"

Morante de la Puebla, al término de su actuación, señaló a los micrófonos de nuestros compañeros de Canal Plus Toros: "He estado a gusto en varias fases. El toro tenía una embestida bastante cambiante y era difícil centrarse con ella. Le he podido pegar muletazos a gusto, aunque no estoy contento porque a Madrid uno siempre viene con otras ilusiones. Él tenía cierto algo, pero solamente cierto, porque en la realidad no era muy boyante".


Juan Pablo Sánchez, tras despenar al toro que abrió plaza, con el que confirmó su alternativa, señaló: "Ha sido muy flojito, no tenía malas ideas porque iba de largo y obedecía al toque pero se caía y necesitamos que se mueva y tenga transmisión". Tras lidiar al sexto, expresó: "Ha sido una pena porque con el capote de inicio lo hacía muy bien y pensé que iba a ser muy bueno, pero se ha apagado mucho y le ha fallado la fuerza. A ver si el año que viene puedo volver a esta plaza. Lo bueno es que no me pesó la confirmación. Me voy con la cara bien alta".

Por su parte, Alejandro Talavante dijo tras acabar con el que hizo tercero: "El toro tenía condición buena porque embestía fuerte pero pegaba después un tornillazo y al embestir un poco recto costaba sacarle los muletazos. He estado centrado y concentrado con el toro y la verdad que a gusto dentro de lo que cabe. Al final ha terminado embistiendo bien y mucha gente lo ha valorado y ha estado conmigo".

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