Los corneados han recibido sendas cogidas limpias en la rodilla y el muslo, el tercer herido se ha fracturado la muñeca en una caída
Tres personas han resultado heridas, dos de ellas por asta de toro, en la mañana de hoy en el cuarto encierro celebrado en Cuéllar. La localidad ha vivido hoy uno de los encierros más peligrosos de sus fiestas por la lentitud en completar el recorrido y la disgregación de la manada, un hecho que ha causado momentos de mucha tensión.
Los tres heridos han sido trasladados al Hospital General de Segovia. Los hombres corneados, uno de ellos vecino de Cuéllar y otro de Bernardos, han sido empitonados en la rodilla y el muslo respectivamente. La tercera persona ingresada ha sufrido la fractura de la muñeca tras una caída en el recorrido.
Desde la apertura de los corrales un astado se quedó rezagado, en la parte campera del encierro, y el resto de la manada fue, pese a las complicaciones, bien conducida hacia la entrada en la villa. El recorrido urbano se convirtió en muy peligroso por la disgregación de los toros, de los que tan sólo dos se mantuvieron junto a los mansos y los cuatro restantes se rezagaron derrotando a los mozos que intentaban reconducir la carrera de los animales.
Finalmente, todos los animales llegaron a los toriles gracias al buen trabajo de los corredores que consiguieron terminar el encierro con pequeñas carreras que acercaban a los cabestros al final del recorrido. El último de los animales completó el recorrido cerca de las 10:00 horas, después de media hora de carrera.
Los tres heridos han sido trasladados al Hospital General de Segovia. Los hombres corneados, uno de ellos vecino de Cuéllar y otro de Bernardos, han sido empitonados en la rodilla y el muslo respectivamente. La tercera persona ingresada ha sufrido la fractura de la muñeca tras una caída en el recorrido.
Desde la apertura de los corrales un astado se quedó rezagado, en la parte campera del encierro, y el resto de la manada fue, pese a las complicaciones, bien conducida hacia la entrada en la villa. El recorrido urbano se convirtió en muy peligroso por la disgregación de los toros, de los que tan sólo dos se mantuvieron junto a los mansos y los cuatro restantes se rezagaron derrotando a los mozos que intentaban reconducir la carrera de los animales.
Finalmente, todos los animales llegaron a los toriles gracias al buen trabajo de los corredores que consiguieron terminar el encierro con pequeñas carreras que acercaban a los cabestros al final del recorrido. El último de los animales completó el recorrido cerca de las 10:00 horas, después de media hora de carrera.
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