MURCIA 17 DE SEPTIEMBRE.El diestro Alejandro Talavante, que cortó dos orejas a un mismo toro, abrió hoy la puerta grande de la plaza de toros de Murcia en la tradicional Corrida de la Prensa, en la que la nota negativa fue el deslucido encierro de Santiago Domecq.
Se lidiaron toros de Santiago Domecq, desiguales de presentación, flojos y desrazados, de muy poco juego. Primero, quinto y sexto, pitados en el arrastre.
José Antonio "Morante de la Puebla", silencio y ovación.
Alejandro Talavante, dos orejas y ovación.
Daniel Luque, ovación tras petición y silencio.
La plaza tuvo dos tercios de entrada en tarde ventosa y soleada.
--------------------------- LA ANTÍTESIS DEL TORO BRAVO
"Morante" se mostró un tanto abúlico frente a su primer toro, que además de su falta de fuerza, acusó también un excesivo castigo en varas que lo dejó muy aplomado en la muleta, y cuya lidia, sin poso alguno, transcurrió entre las protestas del público.
Otro tanto ocurrió en el cuarto, en el que "Morante" se contagió de las nulas condiciones, y no se dio ninguna coba, por lo que su paso por la Feria de Murcia transcurrió con más pena que gloria.
Lo mejor de la corrida lo protagonizó Talavante en su primero, con un toreo parsimonioso, ajustado y de apabullante quietud. La faena, a cámara lenta, de gran plasticidad y aguante, de mucha emoción. Cortó las dos orejas sin discusión.
Con el que hizo quinto volvió a mostrar la misma actitud, pero esta vez se estrelló contra un marmolillo de nulas opciones.
Daniel Luque fue todo entrega a lo largo de la tarde aunque tuvo un lote infumable. Su primero, se "rajó" a las primeras de cambio, renunciando a la pelea. Y el que cerró plaza, antítesis de lo que se debe exigir a un toro de lidia, tampoco permitió el más mínimo lucimiento.
Otro tanto ocurrió en el cuarto, en el que "Morante" se contagió de las nulas condiciones, y no se dio ninguna coba, por lo que su paso por la Feria de Murcia transcurrió con más pena que gloria.
Lo mejor de la corrida lo protagonizó Talavante en su primero, con un toreo parsimonioso, ajustado y de apabullante quietud. La faena, a cámara lenta, de gran plasticidad y aguante, de mucha emoción. Cortó las dos orejas sin discusión.
Con el que hizo quinto volvió a mostrar la misma actitud, pero esta vez se estrelló contra un marmolillo de nulas opciones.
Daniel Luque fue todo entrega a lo largo de la tarde aunque tuvo un lote infumable. Su primero, se "rajó" a las primeras de cambio, renunciando a la pelea. Y el que cerró plaza, antítesis de lo que se debe exigir a un toro de lidia, tampoco permitió el más mínimo lucimiento.
Fuente: ABC.
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