sábado, 19 de septiembre de 2009

Espartaco: "El que quiera ser figura del toreo tiene que estar dispuesto a sacrificar su infancia y su juventud; así de duro es esto"

19 Septiembre 2009 -


El X Encuentro Andaluz de Escuelas de Tauromaquia que se está desarrollando en Algeciras durante todo el fin de semana ha celebrado dos interesantes charlas-coloquios con la participación de destacadas personalidades del mundo del toro.


Ponentes del segundo coloquio
Bajo el título de "El toreo de ayer y de hoy, y la influencia de las escuelas taurinas", el periodista Enrique Romero (Canal Sur TV) realizó una encendida defensa del trabajo de las escuelas, señalando a estos centros docentes taurinos "como el cauce natural para el progreso entre la sociedad y el mundo de la tauromaquia; son el nexo de unión entre lo que demanda la sociedad actual y lo que es capaz de ofrecer la Fiesta de los toros". Demandó que los toros "no sea un espectáculo anquilosado en el pasado, al margen de la evolución natural de la sociedad.
La Fiesta debe saber adaptarse a los cambios permanentes que se producen en la sociedad, porque si no vamos acompasados al ritmo de la sociedad corremos el peligro de quedarnos al margen y generar una opinión contraria. En ese sentido, las escuelas taurinas, al trabajar con la base y los futuros toreros, son una pieza clave y fundamental para introducir esas medidas de cambio y adaptación". Por último, el responsable de la programación taurina de Canal Sur Televisión denunció la prácticamente nula implicación del sector taurino con las escuelas de tauromaquia, muy por debajo del papel protector de administraciones como la Junta de Andalucía y ayuntamientos andaluces, "pero en cambio no se hace un esfuerzo entre los grandes toreros -con alguna excepción- ni mucho menos entre los grandes empresarios. A las escuelas la ven como algo circunstacial y de menor calado cuando, creo, es una pieza indispensable para el futuro y la vigencia de la Fiesta de los toros".

Paco Ruiz Miguel recordó cómo fueron sus comienzos para enfrentarlo a cómo son los comienzos de los chavales de hoy día a través de su aprendizaje en las escuelas taurinas. Ruiz Miguel dijo que "ahora los chavales llevan el oficio aprendido a la plaza; nosotros aprendíamos sobre la marcha y a base de volteretas y porrazos. La preparación que llevan los aspirantes de hoy a una plaza es tremendamente superior a la que llevábamos nosotros. También es destacable la posibilidad de torear en el campo. Nosotros teníamos que 'buscarnos la vida', sin un orden, sin una protección, sin unos horarios,... hoy día las escuelas tienen sus jornadas, sus horarios, se cuidan de que sus estudios reglados estén correctos, los llevan al campo y tienen la posibilidad de torear sin estar en la tapia esperando turno,... Yo, personalmente, tuve la suerte de tener en aquella época lo que podría considerarse como un 'profesor particular', que fue el maestro de La Isla, Rafael Ortega. Con él lo aprendí todo y me enseñó sobre todo el respeto a la profesión".

Ruiz Miguel incidió en que "los chavales deben aprender a valorar todo lo que tienen ahora mismo, las grandes facilidades que les ofrecen las escuelas, y valorar el esfuerzo que hacemos por ellos". Para concluir su intervención quiso contar una anécdota: "Una de mis últimas temporadas como novillero hice 47 paseíllos; el último era en la Feria de Zaragoza. Yo estaba ya pensando más en el final que en la novillada en sí, y no le di valor a la novillada y me la dejé pasar estando por allí pero sin hacer el esfuerzo mínimo. A la salida, cuando me iba de la plaza, estaba la cuadrilla montada en el coche con Baldomero Ortega, que me estaba ayudando, y montado en el coche -un coche que era mío porque lo había pagado yo- me echó una bronca monumental porque no había hecho el esfuerzo, y le ordenó al chófer que pusiera el coche en marcha y me dejaron en la puerta de la plaza de Zaragoza mientras todos se iban. Yo creía que no iba en serio y que volverían a por mí, pero no fue así y allí, vestido de torero y con un capote de paseo en la mano, tuve que parar un taxi para regresar al hotel, con toda la vergüenza del mundo. Pero aprendí una lección más de mis mayores, y esas son las cosas que deben entender los chavales cuando les decimos ciertas cosas. Sin embargo, hoy día le hace un profesor eso a un alumno y le forman los padres del chico al profesor la de San Quintín..."


Ponentes del primer coloquio
Juan Antonio Ruiz 'Espartaco' tuvo palabras de aliento para los profesores y directores de escuelas.


"Hacen un trabajo fenomenal. Hoy día es una estructura indispensable para sacar toreros. Yo cada vez admiro más el aprendizaje de los chavales, porque llegan a las becerradas sabiendo muchísimo. He visto a chavales dar 20 muletazos perfectos que ninguno de nuestra generación seríamos capaces de dar con esa edad. Antes se llegaba a las plazas con grandes carencias y lagunas, pero hoy en día los públicos te exigen más y mejor. Nunca se ha toreado tan perfecto como hoy día. He de reconocer que he cortado dos orejas en plazas importantes, como puede ser la de Sevilla, que hoy día, con la perfección que se torea, no hubiera pasado de vuelta al ruedo. Y es duro reconocerlo, pero es así. En aquella época nosotros seríamos los mejores, pero en la de hoy no lo seríamos, porque el toreo está llegando a una perfección tremenda. Y los profesores de las escuelas lo saben y hacen una labor ejemplar. Yo, al igual que Ruiz Miguel, también tuve un profesor 'particular', que es mi padre. Mi padre es un 'loco' del toro, y para él no existe nada que no sea el toro. Sólo habla de toros. Es el taurino más exigente que he visto jamás; a mí me ha hecho sufrir mucho, y me ha hecho llorar de las exigencias que me imponía, pero después, cuando creces, entiendes el por qué te decía o te hacía tal o cual cosa, y se lo agradezco eternamente. Y junto a él, también destacaría unas vivencias con el maestro Paquirri, vivencias de cerca, de oir sus historias, sus miedos, sus sacrificios, y aprendes a tenerle respeto a los toreros, a los mayores,... Eso sí, cualquier chico que quiera ser figura del toreo; ojo: figura del toreo, no a torear bonito o simplemente ser torero, sino querer ser figura y mandar en esto, tiene que estar dispuesto a sacrificar su infancia y su juventud, porque el toro es muy celoso, y hoy día, renegar a esas vivencias en la juventud duele y cuesta mucho, pero tiene que ser así, así de duro".

Por último, Salvador Vega, que sí ha tenido oportunidad por su juventud de estar en una escuela de tauromaquia, puso en valor "las facilidades que ofrecen hoy las escuelas taurinas. Te ofrecen la posibilidad de torear en el campo, de aprender la técnica, te dan incluso capotes y muletas, te ponen en novilladas,... Es un avance importantísimo".

En el otro coloquio de estas jornadas, bajo el título de "Nueva forma de colaboración de los estamentos taurinos", con Macarena Bazán (directora general de Escuelas de Tauromaquia), Felipe Díaz Murillo (director Escuela de Madrid), Fernando Masedo (presidente de la confederación mundial de Escuelas), Curro Escarcena (empresario) y Carlos Núñez (ganadero), bajo la moderación de José Manuel Laza, se realizó un análisis más técnico de las carencias actuales de las Escuelas y las nuevas necesidades que surgen para poder asentar el trabajo de estos centros docentes taurinos, con especial indicación de avanzar en las novilladas con picadores, ya que los chavales, cuando salen de las escuelas y debutan con caballos sufren un parón tremendo y se encuentran perdidos y muchísimo de ellos sin torear.
TorosComunicacion

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