lunes, 8 de agosto de 2011

VITORIA-GASTEIZ. Reseña y crónica de la 3ª de Feria, domingo 7 de agosto 2011,CUVILLO / URDIALES, FANDIÑO Y VITORIANO



Plaza de Vitoria. 7 de agosto de 2011. Menos de media entrada. Tercera de la Feria de La Virgen Blanca.



Seis toros de Núñez del Cuvillo. Diego Urdiales, pinchazo y estocada delantera (silencio tras aviso) y cuatro pinchazos, estacada trasera y cuatro descabellos (silencio tras dos avisos).
Iván Fandiño: pinchazo y estocada desprendida (saludos) y tres pinchazos y tres descabellos (silencio).
José Miguel Berbetoros 'El Vitoriano': pinchazo y estocada contraria (silencio) y estocada tendida (oreja).
Reproducimos la crónica que realiza D. Andrés Ganuza, para elpais.com:


Los paisanos dan la cara

Los cuvillos no eran los de las figuras. Desde un principio, llamó la atención que los toreros de la tierra estuvieran anunciados con los astados de Núñez del Cuvillo, pero los de ayer no eran por los que se pegan las figuras. Pastan en la misma finca, pero no tenían la misma agradable estampa de los que estoquea Manzanares. Como era de sospechar, se trataba de otros cuvillos con mucha menos calidad y lo sufrieron los espectadores en una tarde que nunca acabó de despertar.
La feria carece por el momento de instantes para el recuerdo
El experimento dio la oportunidad a tres toreros de la tierra que dieron la cara. En realidad, nada tiene que ver la situación de cada uno de los tres espadas, pero se les puso en el mismo cartel como si tuvieron el mismo sello. Nada que ver el momento dulce que atraviesa Fandiño con la madurez que atesora Urdiales o con la inactividad de Berbetoros. En el ruedo, también quedó patente esa situación de partida.
La extensión que se aplicó al concepto de torero local permitió que Diego Urdiales, natural de Arnedo, abriese el cartel. Estuvo bien con sus dos toros, pero volvió a mostrarse desacertado con los aceros. Incluso, en el cuarto escuchó dos avisos que llevaron cierto nerviosismo a los tendidos. Con ello, malogró su buen hacer con la muleta; siempre tranquilo, estuvo por encima de su enemigo y hubo momentos de hondura que merecieron haber tenido un mejor final. Nada pudo hacer el riojano en el que abrió plaza, un ejemplar muy manso.
La representación vizcaína la puso Iván Fandiño, uno de los espadas más interesantes del panorama taurino actual, pero el de Orduña tiene gafe en Vitoria. Después de varios desengaños por verse en los carteles de La Blanca, cuando hace el paseíllo acompañado por la expectación de muchos seguidores el quinto toro se lesiona en una mano al inicio de la faena y Fandiño se despide sin brillo. Tampoco había tenido suerte en su primero, en el que su actitud y entrega estuvo muy por encima de la mansedumbre y falta de casta de su enemigo. Falló a espadas, suerte en la que se encuentra inseguro debido a una lesión que arrastra en su mano derecha, donde varios puntos de sutura están privando al torero de Orduña de la destreza que siempre ha manifestado a la hora de matar.
Así que fue el local al cien por cien, El Vitoriano, quien se llevó el único trofeo de la tarde. Benévola oreja que servirá de motivación para un matador que apenas se viste de luces, pero que tampoco llegó a sentirse a gusto durante su actuación.
Sin más contratos en su agenda, de la tarde de ayer debían salir nuevas ofertas y eso es mucho pedir para quien sólo el entrenamiento es su actividad taurina.
Berbetoros dio la cara y, aunque sin mucho brillo, capeó la situación. Se le vio decidido y dejó la particularidad de que mata con la izquierda, algo que no acostumbran a hacer los toreros zurdos. En las últimas décadas, sólo se recuerda al vallisoletano Jorge Manrique, a pesar de que otros muchos justifiquen su poco acierto con los aceros en su lateralidad.
Le tocó el único ejemplar que permitió el lucimiento y se notó su inatcividad. Pero el deseo y la ilusión le llevaron a ligar algunas tandas que gustaron a sus paisanos. Como acertó matando en esta ocasión, la oreja fue una muestra de ánimo de los vitorianos para el torero, que se ha propuesto llevar el nombre de la ciudad por el mundo del toreo. Un final con premio que sirvió para animar una desagenlada tarde en una feria en la que de momento se carece de instantes para el recuerdo.

No hay comentarios: