Vitoria, miércoles 8 de agosto de 2012. Novillos de Peñajara, serios y bien presentados, variados de hechuras y pelajes. Faltos de clase en líneas generales. 1º) Con Movilidad, exigente; 2º) Movilidad pero sin emplearse; 3º y 5º) Deslucidos; 4º) Complicado;6º) Manejable, bajo de raza; GÓMEZ DEL PILAR: Oreja y oreja tras aviso; JAVIER JIMÉNEZ: Oreja y silencio; JUAN MILLÁN: Silencio tras aviso y silencio tras leve petición; Entrada: Un cuarto.
oria, Feria de la Blanca, 8 de agosto de 2011. Novillos de Peñajara para Gómez del Pilar, Javier Jiménez y Juan Millán
Fotos: Javier Arroyo
Última de La Blanca
Reproducimos la crónica de D. Álvaro Suso sobre este festejo, realizada para El País.
Final desangelado
ÁLVARO SUSO Vitoria 9 AGO 2012 - 00:19 CET
El cierre de la feria de La Blanca fue muy frío. Se preveía una pobre entrada en los tendidos para ver a tres jóvenes promesas y se confirmó que la escasa respuesta del público dejó mucho cemento a la vista. No parece un acierto dejar como broche de los días de toros un festejo que no parta de base como un posible éxito.
Y eso que el cartel era muy interesante para el aficionado, porque reunía a dos de los novilleros más cuajados del escalafón con una ganadería que suele resultar atractiva por su juego. Ayer, sin embargo, el ganado de Peñajara no permitió el lucimiento de los novilleros y arruinó las expectativas de Gómez del Pilar y Javi Jiménez, dos jóvenes que están de sobra preparados para tomar la alternativa.
Ficha
PEÑAJARA / GÓMEZ, JIMÉNEZ Y MILLÁN
Seis novillos de Peñajara, desiguales de presentación y deslucidos de juego, aunque el sexto fue bueno. Gómez del Pilar, estocada(oreja) y estocada (oreja tras aviso). Javi Jiménez, estocada y descabello (oreja) y pinchazo, estocada atravesada y descabello(silencio). Juan Millán, estocada suelta y seis descabellos (silencio tras un aviso) y estocada(petición).
Plaza de Vitoria. 8 de agosto de 2012. Un cuarto de entrada. Cuarta de la Feria de La Virgen Blanca.
Tan sólo sirvió un toro, el sexto; un ensabanado que se movió con cierta calidad y debió recibir mejor trato por parte de Juan Millán, el menos experimentado de la terna, que lo intentó pero no acabó de encontrar el sitio para ligar las series. A pesar de las dudas, mató relativamente rápido y hubo una petición de oreja que rayó la mayoría e hizo dudar a la presidencia de entregarle un trofeo.
Ya lo habían cortado sus dos compañeros en los dos primeros astados de la tarde. Una oreja para cada uno de ellos en los otros dos novillos que se movieron, aunque en esta ocasión sin posibilidades de lucimiento.
Noé Gómez del Pilar aprovechó a ese toro que abrió la tarde. Se fue a portagayolas para recibir a sus dos novillos. Sin dudarlo, con una decisión a prueba de bombas. En el primero, ligó algunas series a pesar de que el toro cabeceaba de forma constante, con peligrosidad y sin ninguna clase; una estocada le bastó para tocar pelo. El torero madrileño está preparado para cotas mayores y lo volvió a demostrar en el cuarto, un novillo complicado, con el que Gómez del Pilar estuvo muy firme con la mano derecha; a los apuros los despreció con la sobriedad de quien se siente seguro. Tras una aparatosa voltereta volvió a estar certero con los aceros y repitió oreja.
Tampoco tuvo suerte el sevillano Javi Jiménez, que bien podría tomar la alternativa en Zaragoza esta misma temporada. Segurísimo ante su deslucido primero, supo mandar hasta ligar algunas series y acabar en un alarde de toreo de cercanías con voltereta incluida. Una oreja que no pudo volver a pasear en su segundo, porque tuvo que bregar con un animal muy parado, que nunca quiso pelea.
El de Espartinas pudo y demostró que a nada que se le den bien las cosas en las próximas tardes llegará preparado para doctorarse como matador de toros. Valor, entendimiento y hasta un mayor relajo que en ocasiones anteriores fueron sus cartas de presentación en el coso de Vitoria.
Juan Millán estuvo más entonado en el tercero, cuando mostró decisión ante un utrero deslucido, que se paró muy pronto y que levantó al novillero por los aires en la primera serie con la muleta. Con el animal malo se tapó, pero le faltó algo para lucir con el que se dejaba.
Si los novileros se entregaron, tuvieron que pechar, además de con la corrida, con unas cuadrillas poco colaboradoras. Las actuaciones de los subalternos de Jiménez y Millán se convirtieron en unas deslucidas lidias que ningún bien hicieron a los animales antes de tomar la muleta.
Los novillos de Peñajara, desiguales de presentación, ya que los tres primeros fueron más chicos que los que cerraron el festejo, ofreció toros de buena lámina, variada en el tipo, pero le faltó movilidad y clase como para que los novilleros pudieran triunfar. Aún así, cortaron tres orejas, los tres novilleros fueron volteados y pusieron la carne en el asador, con la sabiduría que su escasa carrera artística les permite.
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