lunes, 27 de agosto de 2012

BILBAO. 26/08 Video y crónica de la de victorinos. Aste Nagusia 2012. Urdiales,Castaño y Bolivar.

Urdiales y Bolívar cortan una oreja, y fuerte voltereta a Castaño en Bilbao


Urdiales y Bolívar cortan una oreja, y fuerte voltereta a Castaño en Bilbao

26 Agosto 2012
Bilbao. Última de la Semana Grande. Media plaza. Toros de Victorino Martín, bien presentados pero mansos y violentos en distintos grados, alguno particularmente peligroso como el tercero. El quinto, la gran excepción, tuvo temple y calidad; y sirvió también mucho el sexto por el pitón izquierdo.
Diego Urdiales: casi entera algo tendida y tres descabellos (ovación tras aviso); estocada (vuelta tras petición minoritaria); y casi entera (oreja) en el que mató por Castaño.
Javier Castaño: pinchazo y casi entera (ovación al pasar a la enfermería) en el único que mató.
Luis Bolívar: pinchazo, estocada y dos descabellos (silencio); y estocada (oreja).
 
En cuadrillas, David Adalid y Francisco Javier Rodríguez saludaron en el segundo.
 
En la enfermería fue atendido Javier Castaño de "aplastamiento de cosillas con posible fractura, pendiente de estudio radiológico. Pronóstico reservado. Trasladado al hospital de Basurto".

Bilbao, Corridas Generales, 26 de agosto de 2012. Toros de Victorino Martín para Diego Urdiales, Javier Castaño y Luis Bolívar

Fotos: Arjona/aplausos.es
























Bilbao, Corridas Generales, 26 de agosto de 2012. Toros de Victorino Martín para Diego Urdiales, Javier Castaño y Luis Bolívar. Volteretas

Fotos: Arjona/aplausos.es

Diego Urdiales




Bilbao, Corridas Generales, 26 de agosto de 2012. Toros de Victorino Martín para Diego Urdiales, Javier Castaño y Luis Bolívar. Volteretas

Fotos: Arjona/plausos.es

Javier Castaño

















Bilbao, Corridas Generales, 26 de agosto de 2012. Toros de Victorino Martín para Diego Urdiales, Javier Castaño y Luis Bolívar. Volteretas

Fotos: Arjona

Diego Urdiales











Lo que opina D. Álvaro Suso, para El País:

La reacción del aficionado

La fiesta de los toros camina en la actualidad sin rumbo, con los entendidos despreciados y solo empeñada en satisfacer a sus protagonistas


Luis Bolívar, en un momento de la corrida en Vista Alegre. / F. D.-ALDAMA

La fiesta de los toros es un espectáculo singular. Es el único que no se preocupa por mantener satisfecha a su clientela y se basa en una endogámica estrategia para satisfacer los intereses de sus protagonistas, que marcan las pautas y se reparten un pastel cada vez más pequeño.
El aficionado es despreciado sistemáticamente porque debilita el sistema económico establecido para que los festejos sean rentables. La tesis de que si solamente acudiesen a los toros los denominados entendidos las entradas serían tan pobres que no se sostendría el espectáculo provoca que el aficionado quede arrinconado, y la importancia la cobre el público desconocedor de los valores de la fiesta.
Los protagonistas, toreros, empresarios y ganaderos, se encuentran inmersos en un sistema que funciona para recoger frutos de los festejos, pero lo cierto es que no hay ninguna estrategia para generar entre el público nuevos aficionados.
El aficionado es necesario. Es el que siempre está, quien se preocupa por la actualidad, por los detalles y por los valores que cada estamento representa. Pero es incómodo, porque conoce y tiene criterio, y si las cosas no se hacen bien, protesta.
Los aficionados solo lograrán hacerse fuertes si forman un bloque común
Por contra, el público es ocasional, carece de interés y solo busca divertirse sin capacidad crítica, pero se desmarcará cuando halle otro espectáculo que cuadre en su agenda o cartera.
Además, se trata al aficionado como un ser extraño, caprichoso y que no desea disfrutar en la plaza. Recibe ese estigma cuando la realidad es totalmente diferente, pues lo único que el aficionado hace es pelear contra el entramado instaurado por los profesionales que se aleja de los heroicos valores en los que se basa la fiesta.
Así, resulta cada vez más habitual que los aficionados se ausenten de los tendidos de Vista Alegre, por ejemplo. Algunos han optado por seleccionar sus entradas y no comprar todo el abono, con lo que evitaron los absurdos días de las figuras, en los que el espectáculo carecía de toros. Otros han optado por la televisión, como medio de respuesta a los excesos de unas ferias similares y carentes de novedades.
Esos que han sacrificado su tradicional peregrinación a Vista Alegre son los mismos capaces de recorrer 200 kilómetros para ver una novillada en un pueblo o reunirse en torno a un torero durante el invierno.
Ese aficionado es el que los protagonistas deberían cuidar, porque esa persona es fiel, mientras que atender al público supone lo que se ha empezado a ver este verano en las plazas vascas, donde la crisis y la variada oferta de espectáculos lleva a otras elecciones y el número de espectadores baja.
La fiesta se sostiene más en la tradición de cada pueblo o ciudad que en el interés que levantan sus protagonistas.
El aficionado a los toros es un ser independiente, que gusta de militar en sociedades con rango de peña o club, pero que se guarda sus gustos para elegir sus acciones, tanto sea para asistir a un festejo o para difundir entre sus amistades la afición que profesa.
Ahora, sin embargo, no es momento de posturas individuales, sino de que la afición se organice para defender la fiesta en bloque, igual que la atacan ciertos políticos y los antitaurinos.
Los aficionados son quienes deben hacerse fuertes y eso solo lo lograrán si forman un bloque común. Además, defenderán los valores de la fiesta, que son los verdaderos intereses que les unen y no el actual negocio endogámico que tienen tejido los protagonistas, con empresarios que son apoderados y ganaderos, en una triada que lesiona la verdad de la fiesta de los toros.
Donde los aficionados llevan las riendas, como sucede en Azpeitia, las cosas funcionan tanto artística como económicamente. Incluso en Bilbao, a pesar de que se necesita una actualización de su gestión, la fiesta tiene fuerza.
Lo malo es que el mundo de los toros siempre va con retraso y le cuesta innovar. Francia, con una afición más nueva, se mueve y busca nuevas formas que chocan con la tradicional forma de funcionar en la Península.
Los aficionados siempre han ido por libre, nunca han tomado la iniciativa y ahora es el momento de dar el paso antes de que los antitaurinos lo hagan en las instituciones, antes de que los protagonistas sigan engordando su endogámico sistema. Bizkaia tiene asociaciones importantes de aficionados y el futuro está en su mano, antes de que alguien se adelante para mal de la fiesta.
La opinión de Zabala de la Serna en El Mundo:

BILBAO | Corridas Generales

Triunfan Diego Urdiales y Luis Bolívar

Diego Urdiales y Luis Bolívar cortaron una oreja cada uno en la última de las Corridas Generales de Bilbao. Y lo hicieron de los dos mejores toros de una corrida de Victorino Martín tan seria como dura y la que Javier Castaño terminó en la enfermería con una posible fractura de costillas tras ser volteado por el peligrosísimo y orientado tercero.
Por este motivo, Urdiales se las vio con tres victorino. Y el riojano cuajó una gran tarde. Poderoso y lidiador con el capote, Urdiales sudó la gota gorda con los dos primeros. En especial con el que hizo cuarto, con el que sufrió una voltereta dramática de la que salió milagrosamente 'sólo' con la paliza y un pitonazo en el rostro. Una vuelta al ruedo premió su verdad.
La oreja llegaría en el sexto, al que metió en la muleta a base de temple y buena colocación para torear a placer al natural en el último tramo de la obra.
Otra más cortó Bolívar. Lo hizo del quinto, un noble victorino al que toreó templado el colombiano. El sitio, la colocación y el trazo de Luis Bolívar con la muleta acaparó los oles de la tarde, haste entonces gritos de angustia. En redondo el desarrollo ligado y espléndido que se convertiría en la primera oreja de las duras horas.

Ficha:

Plaza de toros de Vista Alegre. Domingo, 26 de agosto de 2012. Última de feria. Media entrada. Toros de Victorino Martín, serios, muy duros y peligrosos; terroríficos 2º y 3º; complicados 1º y 4º; muy bueno y noble el 5º; manejable con sus matices y sin terminar de humillar el 6º.
Diego Urdiales, de azul turquesa y oro. Estocada contraria, atravesada y tendida y tres descabellos. Aviso (saludos). En el cuarto, estocada (petición y vuelta al ruedo). En el sexto, estocada casi entera (oreja).
Javier Castaño, de azul turquesa y oro. Pinchazo y estocada casi entera (ovación). Entró en la enfermería.
Luis Bolívar, de rosa y oro. Pinchazo, estocada y dos descabellos (silencio). En el quinto, estocada delantera (oreja).







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