Plaza de toros de Illumbe. Primera de la Semana Grande. Un tercio de entrada. Un toro de Hermanos Sampedro para rejones, nobles pero bajos de raza y cuatro de Alcurrucén nobles y manejables segundo y quinto y tercero y sexto carentes de clase y más deslucidos. Hermoso, ovación tras petición y dos orejas; Castella oreja tras aviso y ovación con saludos tras petición y Jiménez Fortes, ovación tras aviso y silencio.
Semana Grande. San Sebastián, domingo 12 de agosto de 2012
Fotos: www.pablohermoso.net
Reproducimos la crónica de D. Álvaro Suso sobre este festejo, realizada para El País.
Aires de reivindicación
La mejor forma de defender la fiesta es que haya calidad en el ruedo
ÁLVARO SUSO San Sebastián 13 AGO 2012 - 00:22 CET
Las Corridas Generales de San Sebastián están marcadas este año por la reivindicación de la continuidad de los festejos taurinos en la capital guipuzcoana. Ese era el ambiente que ayer se respiraba en el coso de Illumbe ante el peligro de que fuera el último domingo de toros en la polivalente arena donostiarra.
Y la mejor forma de reivindicar es que haya calidad en los festejos y que se vean buenas tardes de toros, porque si el público sale contento se reflejará en las ganas de la gente para empujar este espectáculo hacia la permanencia. Ayer la hubo, calidad en varios frentes, con toros que permitieron el lucimiento y toreros que supieron aprovecharlo en mayo o menor medida.
La salida en hombros de Hermoso de Mendoza no pasa de ser una benévola decisión de la presidencia, que negó una oreja en el primero porque no había mayoría de pañuelos y, sin embargo, fue excesivamente dadivoso en el cuarto.
El rejoneador navarro paseó las dos orejas de un buen toro de Hermanos Sampedro, bravo y con condiciones para que los caballos luciesen en los primeros compases de la faena. Dos carreras templadísimas a lomos de Villa fueron lo mejor del caballero estellés, quien llevó embebido en la cola al astado y arrancó dos fuertes ovaciones. Sin embargo, bajó su labor en banderillas, cuando el toro se acobardó ante tanta cercanía de Manolete y Viriato, que acabó enganchado por el toro. El par a dos manos final, ya sobre Pirata, tuvo mucho temple y emoción.
La espectacularidad de la muerte del morlaco de Hermanos Sampedro,Matador I de nombre, levantó al público para pedir las dos orejas.
ALCURRUCÉN / HERMOSO, CASTELLA Y FORTES
Dos toros de Hermanos Sampedro para rejones, en los que destacó el segundo por su bravura, y cuatro deAlcurrucén, serios y desiguales de juego.
Hermoso de Mendoza, rejón (saludos con petición) y rejón trasero (dos orejas).
Sebastián Castella, estocada (oreja tras aviso) y estocada trasera y caída (saludos).
Jiménez Fortes, estocada contraria y cuatro descabellos (saludos) y pinchazo y estocada (silencio). Actuó como sobresaliente David Saleri.
Plaza de Illumbe. 12 de agosto de 2012. Menos de media entrada. Primera de laSemana Grande.
Con un rejón entero un tanto trasero, el toro aguantó en los medios la muerte sacando a relucir toda su bravura. Fue emotivo cuando Hermoso de Mendoza, acariciando su lomo, provocó las palmas del público y se entendió en los tendidos la importancia de la muerte del toro bravo.
En su primero, también le pidieron la oreja, pero Hermoso estuvo irregular ante un animal inválido que nunca pudo luchar ante las cabalgaduras.
Quien tuvo la posibilidad de triunfar y la dejó escapar fue Sebastián Castella, a quien le tocó en suerte un buen lote. Sobre todo su primero, un toro de Alcurrucén con mucha transmisión y movilidad, ante el que el francés no estuvo seguro y nunca se puso de verdad. Siempre al hilo del pitón, el toro protestó en muchas ocasiones, pero embistió largo cuando lo citó cruzado. Castella no supo cuajar una faena de dos orejas y se conformó con una, basada en un toreo ventajista que engatusó a parte de los tendidos.
Tampoco entendió al quinto. Le importó muy poco lo que pedía el de Alcurrucén y optó por su especialidad de toreo de cercanías hasta acabar ahogando al toro.
Toda la suerte que tuvo el francés en el lote le faltó a Jiménez Fortés, que nunca dio un paso atrás ante dos deslucidos toros.
El malagueño estuvo firme y seguro, demostrando que tiene muchas ganas de funcionar, pero se estrelló contra la falta de acometida de sus oponentes y tuvo que finalizar sus faenas con dos arrimones para llamar la atención del público. En el primero habría podido tocar pelo de no haber fallado con los aceros.
Un inicio esperanzador para una feria que tiene un ambiente especial. Se nota en el ambiente el deseo de prolongar la presencia de toros en Donostia.
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