sábado, 4 de junio de 2011

«Mejor olvidarse de puertas grandes y no defraudar al que paga su entrada»



Reproducimos, por su interés, la entrevista que le realiza a Iván Fandiño Alfredo Casas para elcorreo.com



Tras cortar una oreja en cada una de sus tres tardes en Las Ventas, el diestro de Orduña ha sido nombrado 'torero revelación' de San Isidro
«No sé si la gente se asustó cuando entré a matar, pero es que yo soy matador de toros»
«A toro pasado, me hubiera gustado sacar algo más de esta feria»
«La Junta de Bilbao siempre se ha portado bien conmigo y este año sabrán darme un trato justo»
Iván Fandiño (Orduña, 1980) vive su mejor momento como matador de toros. Sus tres tardes en la recién finalizada feria de San Isidro se han saldado con otras tantas orejas; la última, el pasado jueves en una magnífica faena al segundo de su lote. A punto estuvo de abrir la puerta grande el único vasco actualmente en el escalafón. Así lo atestigua toda la crítica y el premio de 'torero revelación' concedido por la empresa gestora de la Monumental madrileña.
- ¿Siente que su vida ha cambiado en pocas horas?
- Imagino, quiero pensar, que en el aspecto profesional las cosas cambiarán. ¡Ya veremos! Por lo demás, todo sigue igual. Sigo siendo el mismo que el jueves a mediodía.
- Vuelta al ruedo tras petición de oreja en el primero y oreja en el segundo. ¿Llegó a verse saliendo por la puerta grande de Madrid?
- Todos los toreros vamos a Madrid con ese objetivo, pero ahora ya no quiero ir a las plazas con tanta presión. En pasadas temporadas puede que saliera excesivamente atacado al ruedo. Ahora, mi objetivo prioritario es acabar cada tarde satisfecho conmigo mismo. Mejor olvidarse de las puertas grandes y concienciarse en no dejarme nada en el tintero, en entregarme y no defraudar al público que paga su entrada.
- ¿Qué faltó para lograr la anhelada salida a hombros?
- Creo que si el primer toro se hubiera echado antes, el público habría pedido la oreja con más fuerza. Analizando mi segunda actuación, el comienzo de faena con la mano derecha fue muy redondo, pero al cambiar la muleta de mano, las rachas de aire provocaron que el toro me tropezara el paño. Y cuando lo cerré en tablas para evitar el viento, se desfondó.
- ¿El fuerte viento condicionó sus actuaciones?
- Y las de mis compañeros&hellip y la de la corrida. Estoy convencido de que, en una tarde sin viento, el encierro de Cuadri hubiera lucido de otra manera. Igual de poderoso, exigente, correoso y complicado, pero de otra forma.
- ¿Cómo valora el comportamiento de sus dos toros?
- El primero tuvo transmisión y quiso romper hacia adelante, pasar del segundo muslo, pero le faltó fondo. Y el segundo fue un toro muy importante al que intentamos lucir en todos los tercios de la lidia y que, después de las tres primeras tandas y de coger la muleta por abajo y con clase, se vino abajo.
- ¡Pedazo de toro el segundo!
- Al regresar del sorteo, los miembros de mi cuadrilla empezaron a decirme que era un pedazo de tío, que pesaba más de 600 kilos, que no sabían cómo había entrado en el camión&hellip ¡Tan grande me lo imaginé que cuando salió por la puerta de toriles me pareció hasta pequeño! (risas).
- Su convicción y rectitud al entrar a matarlo asustó al público.
- No sé si se asustaron, pero es que soy matador de toros. Y me gusta hacerlo con verdad, por derecho. La estocada, como todas, era definitiva. El trofeo no se me podía escapar por aliviarme en el último momento. No después de las dos tardes anteriores, había que rubricar la feria y demostrar que mi paso por Madrid no es fruto de la casualidad.
Festejos en el norte
- ¿Pudo conciliar el sueño tras el festejo?
- La verdad es que me volví para casa (vive en Tórtola de Henares, Guadalajara) y estuve muy tranquilo, pero me costó trabajo dormir. Empecé a darle vueltas a la cabeza, a repasar mentalmente las faenas y se me echó encima la madrugada.
- ¿Qué ha hecho nada más levantarse de la cama?
- Pues he desayunado y me he ido a correr por el pueblo cerca de una hora. Han sido quince kilómetros a buen ritmo. Después he toreado de salón, me he hecho una tabla de estiramientos y me he dado un paseo a caballo. Lo normal. Y esta tarde tengo un tentadero.
- ¿Por qué corre tanto un torero?
- En mis principios fue por necesidad de afinar el cuerpo y ahora es el cuerpo el que me lo pide (risas).
- Tres tardes en Madrid con un extraordinario balance. ¿Lo hubiera firmado el 1 de mayo?
- Por supuesto, pero ahora, a toro pasado, me hubiera gustado sacar algo más.
- ¿Le veremos mucho por el norte?
- Lamentablemente a Santander no voy, pero todo llegará. Por el contrario estoy anunciado en Pamplona con la de Fuente Ymbro, en Azpeitia con la de Adolfo Martín y el resto está por ver, está en manos de mis apoderados. Yo prefiero no meterme en esos líos.
- ¿A Bilbao vendrá dos tardes?
- Me encantaría, pero es algo que no me preocupa. La Junta Administrativa siempre se ha portado bien conmigo y estoy convencido de que este año también sabrán darme un trato justo. Además, tengo una espinita con mi plaza, siento la necesidad de responder a mi afición como se merece.

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