sábado, 11 de junio de 2011

MADRID-LAS VENTAS. Reseña y crónica de la corrida de Feria del Aniversario de ayer viernes 10 de junio.




Rubén Pinar cortó una oreja a una buena corrida de Javier Pérez Tabernero. Pinar consiguió el trofeo por una faena muy completa al tercero en la que cuajó tandas por los dos pitones para culminar con una magnífica estocada. La poca fuerza del sexto, sobrero de Valdefresno, le impidió rematar su buena tarde y salir por la Puerta Grande. Sergio Aguilar construyó con su primero una faena de menos a más que terminó con mucha fuerza y un muy buen volapié.
Cuadrillas:
Aplaudido en varas Agustín Moreno (Pinar), aplaudidos en banderillas Pablo Saugar “Pirri” (Aguilar) y Juan Rivera (Pinar)

Cinco toros de Javier Pérez Tabernero (uno devuelto) y un sobrero de Valdefresno.


Nº 38, Cantinillo, negro corrido, 589, 3/07 Silencio

Nº 31, Curioso, negro, 569, 10/06Palmas

Nº 10, Yegüesero, negro corrido, 558, 11/06 Ovación

Nº 49, Cigarrero, carbonero, 528, 4/07Silencio

Nº 24, Pitito, negro burraco, 605, 11/05 Palmas

Sobrero de ValdefresnoNº 22, Langostito, negro, 530, 9/05Silencio
Así lo ha visto D. Antonio Lorca para El País:

Plaza de Las Ventas, 10 de junio. Cuarta corrida de feria. Más de media entrada

Toros de Javier Pérez Tabernero -el sexto, devuelto-, desigualmente presentados, mansos y descastados; noble el tercero. Sobrero de Valdefresno, noble e inválido.
Antonio Ferrera: media estocada y un descabello (silencio); dos pinchazos y estocada (silencio).
Sergio Aguilar: estocada (ovación); pinchazo -aviso- y estocada baja (silencio).
Rubén Pinar: estocada (oreja); pinchazo, estocada -aviso- (ovación)
Pitos
- Una tarde más, la falta de casta y clase de los toros dieron al traste con las ilusiones de los toreros.
Ovación
- Pinar y Aguilar rivalizaron en el tercio de quites al quinto de la tarde; el primero, por verónicas, y Aguilar con unas apretadas chicuelinas.

El arte de los currantes

La inmensa mayoría de los toreros son como cualquier mortal: unos honestos currantes que tratan de hacer bien su trabajo, y unos días les sale mejor, y otros, peor. Bueno, no es exactamente así: los toreros se juegan la vida, son héroes y buscan la gloria, mientras el resto de la humanidad pretende vivir lo más tranquilamente que pueda.
Todos no son artistas en un momento en el que se valora, por encima de todo, el sentimiento, la gracia, el donaire, el aroma, la magia, la inspiración... Y con el toro ocurre igual: se busca el animal bien hecho, recogido de pitones, bravo y noble hasta la santidad, y que embista con fijeza, largura, compás, ritmo... Un mirlo blanco.
Y los currantes honestos dan lo que tienen: vergüenza, entrega, ilusión y valor. Casi nada. Ese es su arte, y gracias también a ellos esta fiesta ha llegado hasta nuestros días.
Rubén Pinar, por ejemplo, no es un exquisito que desparrame aroma, pero hay que quitarse el sombrero ante la entrega que demostró ayer, el ardor infinito, el compromiso con el triunfo... Había arrancado una oreja a su noble y blando primero con un pundonor encomiable; y con buen gusto también en un par de tandas de naturales, con el toro largo y humillado, que tuvieron sabor del bueno. No fue la suya una faena maciza, pero quedó patente que un torero había creado emoción. Y salió a por todas en el sexto, que recibió con cuatro estatuarios con las plantas muy firmes. El animal acudía largo y con son, aunque las fuerzas no le acompañaban, pero ahí tenía delante a un chaval con unos deseos enormes de romper la tarde y abrir la puerta grande. Lo intentó de todas las maneras posibles, se dejó llegar los pitones a la taleguilla, terminó con unas ceñidas manoletinas y solo le faltó un triple salto mortal para expresar sus ganas. No pudo ser; incluso salió trompicado al entrar a matar, pero toreros como Pinar se ganan por derecho propio el respeto y la admiración de todos.
Menos fortuna tuvieron otros dos currantes, Antonio Ferrera y Sergio Aguilar, que salieron airosos del trance, tras darse de bruces con lotes infames de toros inservibles. Ferrera, por ejemplo, lo da todo y se vacía en el tercio de banderillas, aunque ayer solo pudo brillar en un par al quiebro por los adentros. No siempre se tiene un buen día ni siquiera en aquello en lo que uno es especialista. Estuvo un poco pesado con la muleta, ésa es la verdad; quizá, por su desmedido interés en buscar algún lucimiento con los dos marmolillos que le tocaron en suerte. Pero él, que sabe mejor que nadie que aquello no tenía solución, debe tener en cuenta que los pesados aburren, y eso no está bien.
Y a la zaga anduvo Sergio Aguilar, con largas faenas, también, y sin sal su labor, y sin calidad sus toros. Bueno, una tanda de naturales admitió su primero, y otra con la derecha el segundo. Pero el torero insistió e insistió, y no sacó nada, como era previsible.
En fin, honor y gloria a los currantes; lo que se ven obligados a bailar con la más fea -los toros de ayer, feos y muy deslucidos-, y a los que el jurado exigente de la plaza examina con la misma exigencia que a las figuras. Ellos son héroes, porque hay que serlo para buscar la gloria delante de un toro y no pasar la vida en una aburrida oficina.

Para ver videoresumen de la corrida de toros pinche aquí: http://asp.las-ventas.com/noticias/video.asp?fecha=20110610&tipo=festejo

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