domingo, 11 de septiembre de 2011

ALBACETE. FERIA TAURINA 2011. Video y crónica de la novillada del sábado 10 de septiembre 2011


10/09/11 Alberto Pozo en Albacete

10/09/11 Albacete: Sergio Felipe debuta con caballos
Novillos
Se lidiaron cuatro novillos de El Cotillo (primero, segundo, cuarto y sexto) y dos de Hermanos Collado Ruiz, bien presentados. Los de Collado Ruiz, descastado y sin clase, de El Cotillo, noble y con clse el primero, con casta, nobleza y entrega el segundo -el mejor del encierro, con palmas en el arrastre-, encastado el cuarto y noble, aunque soso y sin clase el sexto

Novilleros
David Galván, estocada caída (ovación) y pinchazo y estocada trasera y caída (silencio).
Alberto Pozo, bajonazo (ovación) y estocada (vuelta al ruedo tras petición, con bronca al presidente).
Sergio Felipe, pinchazo y estocada perpendicular y atravesada (silencio), pinchazo, estocada que hizo guardia y estocada casi entera (silencio).


Incidencias
La plaza registró algo más de media entrada en tarde soleada.
Serio Felipe debutó con picadores y David Galván hizo su primer paseíllo en Albacete.


Reproducimos la crónica que realiza D. Pedro J. García para latribunadealbacete.es, sobre este festejo.

     Sergio Felipe puso algo de clase en una tarde de mediocridad

Los novillos de Hermanos Collado Ruiz y de El Cotillo, de la misma casa, no llevaban lo mismo dentro. Los dos de Collado Ruiz fueron lo peor de la tarde ganadera, mientras que de los cuatro de El Cotillo, tres fueron propicios para el triunfo, sobre todo el corrido en segundo lugar, un novillo extraordinario. Curiosamente, uno de los malos de Collado Ruiz y el menos bueno de los de El Cotillo fueron a parar a las manos de Sergio Felipe, alumno de la Escuela Taurina que ayer debutó con los del castoreño, quien, con el peor lote dejó los mejores pasajes y los detalles de más clase de toda la tarde.


Sergio Felipe, con los defectos del principiante y una excesiva frialdad en el ruedo que hace que su buen toreo no cale en los tendidos, realizó dos faenas, ante dos novillos de distinta condición, marcadas por un corte clásico, con un toreo pausado y templado. Con el tercero de la tarde enganchó delante y corrió la mano con gusto en los momentos que se lo permitió el descastado y sin clase astado de Collado Ruiz. Ante el sexto, noble, pero soso y que se apagó pronto, también tuvo pasajes de toreo con clase, buen gusto y temple, aunque toreo sin inmutarse y no llega al tendido. La principal cruz para el debutante, como la de otros tantos salidos de nuestra fértil Escuela Taurina, es la espada, aunque en su favor hay que decir que eso es rectificable.


El mejor novillo. El segundo de la tarde, de El Cotillo, fue el mejor y Alberto Pozo realizó una faena en la que ligó los muletazos, pero faltó temple y reposo, sobre todo en el toreo al natural, aunque en su descargo hay que destacar que, acostumbrados a series de tres muletazos y el de pecho, Pozo, las dio de cinco y seis. Faltó mayor pausa al novillero albaceteño, con el que también hay que tener en cuenta las pocas veces que se viste de luces y al que hay que valorar la entrega que puso en una faena breve, pero intensa. Lo peor fue el bajonazo con el que remató a un novillo que escuchó palmas en el arrastre, mientras que el novillero fue ovacionado.


El segundo de su lote, de Collado Ruiz, fue un novillo con el que había que tragar mucho, con peligro, aunque Pozo salió igual de decidido y porfió, hasta que llegó un espectacular revolcón en el que el novillero tuvo el quite providencial del subalterno Juanjo Martínez. Se levantó aturdido, pero pronto volvió a la cara del novillo y, todo raza, se fajó con un astado al que despachó con una estocada. Los tendidos, con el calor de la cogida y valorando la actitud del novillero, se llenaron de pañuelos pidiendo la oreja, que no fue concedida por el presidente, con la consiguiente bronca para el palco.


Abrió plaza David Galván uno de los novilleros punteros del escalafón y el más placeado de los tres que ayer se vistieron de luces. Fue el que mejor anduvo por la plaza, pero en sentido literal, ya que no paró quieto delante de ninguno de sus enemigos, a los que siempre perdía pasos y con los que logró dos faenas frías y con poco contenido, amén de estar desbordado en distintos pasajes por ambos novillos, dos de los buenos de El Cotillo.


Galván, quien realizó dos vistosos quites como mayor aportación a su labor, una por tafalleras y otro por caleserinas, debió sacar más partido del lote del que dispuso, ya que en ninguna de sus faenas consiguió la ligazón necesaria ni el mando sobre unos novillos que, por momentos -sobre todo el cuarto- le desbordaron con sus embestidas

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