4ª Logroño, Feria de San Mateo. 21/09/11.
Toros:
Plaza de La Ribera. Cuarta corrida. Media entrada. Toros de J. P. DOMECQ, bravo y noble pero blando . LA QUINTA, bravo en varas pero apagado en la muleta. JUAN LUIS FRAILE, un becerrote impresentable y aborregado. ORTIGAO COSTA, un buey manso. ALCURRUCÉN, bravísimo y de gran clase. FUENTE YMBRO, sin fuerza y apagado.
Toreros:
DIEGO URDIALES: de turquesa y oro. Estocada (oreja). Pinchazo y bajonazo (silencio).
IVÁN FANDIÑO: de lila y oro. Bajonazo (silencio). Pinhazo y estocada (oreja).
RUBÉN PINAR: de marfil y oro. estocada caída (silencio). Estocada corta (silencio).
Exagerado premio a 'Cachorrero'Cuarta de la feria de San Mateo. Festejo extraordinario. Por no habitual. Y por tratarse de un concurso de ganaderías. Toros de seis hierros y cuatro encastes. Generoso muestrario del toro de lidia. Es por ello que emprendo el análisis de cada uno de los astados. Rompió plaza un toro de Juan Pedro Domecq, bien colocado de pitones, corto de manos, de recogido esqueleto, apretado de carnes y armoniosas hechuras. Justito de raza, fuerzas y fondo, proclive a escarbar y manejable, 'Sortilegio' terminó diluyéndose y protestando. Diego Urdiales le construyó una faena técnica y milimétricamente calibrada.
Ovacionado de salida por su irreprochable presentación, el ejemplar de La Quinta que hizo segundo en el orden de lidia fue una pintura: estrecho de sienes, de seria y astifina encornadura, bajo de agujas, fino de cabos, musculado y rematado por los cuatro costados. Aunque espectacular en sus arrancadas y batallador bajo los petos del caballo de picar, 'Frascuelo' hizo gala de un comportamiento reservón y peligroso. Por fortuna, Fandiño no quiso participar de un estúpido juego de ruleta rusa.
Abrochado de pitones, alto de agujas, estrecho, de extensa viga y carnes sueltas fueron las señas morfológicas del morlaco de Juan Luis Fraile, primero de Pinar. Rilado en varas -incompresiblemente le llevaron al caballo en tres ocasiones-, 'Cardillero', justito de raza, dócil y de ralentizadas y sosas embestidas, permitió estar y dejó hacer. Lástima que su diestro optara por el camino más corto, y ventajista, para llegar al tendido de forma superficial.
Traspasado el ecuador del festejo, se corrió un astado de Ortigao Costa: ancho de sienes, agresivo por delante, de ofensivas puntas, basto y atacado de kilos -así cuidó la empresa al torero local-. Empujado desde mucho antes del festejo al fracaso, Urdiales logró cuajar muletazos de templada y expresiva ejecución. Incluso arrancó los olés del respetable. Qué mérito el del torero, en sazón, de Arnedo.
El quinto fue un buen toro marcado con el hierro de Alcurrucén. Prontas y emotivas fueron sus embestidas a la cabalgadura montada por Pepe Aguado. No lo castigó el piquero, ni el astado se empleó. El generoso planteamiento de faena de Fandiño permitió lucir las principales virtudes de un toro encastado, fijo, alegre y pronto. Ahora bien, reconozcamos que siempre fue conducido a su altura y sin la más mínima exigencia. Fue premiado con una exagerada vuelta al ruedo. Los hermanos Lozano, propietarios del buen 'Cachorrero', quedaron en deuda con el torero&hellip y la presidencia.
Completó festejo un toro de Fuente Ymbro de modestos pitones, alto de agujas, pelín agalgado y vareado de carnes. De irregular comportamiento en varas, tardeó, escarbó y apretó por oleadas, 'Histérico' descolgó la cara y persiguió con buen son los vuelos de los capotes de brega. Básicamente por el pitón derecho. Una pena fue que Pinar no esperara a enganchar las embestidas para ahondar y recrearse en el toreo fundamental.
Fuente:elcorreo.com/Alfredo Casas.
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