Se lidiaron seis toros de El Cortijillo, bien presentados y hechurados. Manso y desclasado el primero; noble y con desliz el descastado segundo; bueno el noble, enclasado y repetidor tercero; bueno y con templada calidad el cuarto; informal y vulgar el quinto; noble, humillador y obediente el sexto.
Iván Fandiño (rosa y oro): palmas y ovación tras aviso.
David Mora (celeste y oro): palmas tras aviso y oreja tras aviso.
Sergio Cerezos (grana y oro): oreja y dos orejas.
El turolense Sergio Cerezos vivió una tarde de éxito ante sus paisanos. El chaval, con una feliz alternativa en esta plaza hace dos temporadas, se enfrenta al muro del olvido con el que se topan tantos toreros tras el doctorado.
No es diestro de exquisiteces, que suple con afán de triunfo. Le midió, y mucho, su primero ante el que cuajó estimables muletazos. La verdad que puso con el excelente sexto solo agranda las dudas de una lucha descarnada contra el futuro. Oreja y dos orejas.
A la corrida de El Cortijillo, bien presentada, le faltó entrega, e Iván Fandiño no se acopló con ninguno de sus enemigos. Ni con el manso y falto de fijeza primero ni con el buen cuarto. Se resintió de un golpe en la rodilla izquierda -un esguince le apreciaron los médicos- y solo dejó algún retazo de calidad en una labor muy desigual. Silencio y ovación.
David Mora tampoco tuvo una tarde inspirada. Esforzado, sí, pero poco más. Le cortó una oreja al quinto, un toro chico, al que no dominó en una faena más vistosa que profunda, en la que al final el núñez de El Cortijillo se vino arriba.
Fuente: abc.es/ Ángel G. Abad.
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