martes, 26 de julio de 2011

Vitoria. Corrida del Blusa.Hermoso y Morante abren la puerta grande

Plaza de Vitoria. 25 de julio de 2011. Algo más de media entrada.

BOHÓRQUEZ, SORANDO / HERMOSO, MORANTE Y TALAVANTE
Dos toros para rejones de Fermín Bohórquez, mansos y poco colaboradores, y cuatro de Román Sorando, nobles y con poca fuerza. El segundo fue devuelto a los corrales por inválido y fue sustituido por un sobrero también de Sorando. Hermoso de Mendoza: pinchazo y rejonazo trasero (silencio) y rejonazo trasero (dos orejas). Morante de la Puebla: pinchazo y media atravesada (silencio) y estocada (dos orejas). Alejandro Talavante: estocada desprendida (oreja) y estocada casi entera (oreja).

Reproducimos la crónica que sobre este festejo realiza para 'elpais.es' D. Álvaro Suso:



Triunfo al servicio de las figuras
Cuando salió al ruedo el quinto de la tarde, Productor de nombre y con el hierro de Román Sorando, Morante de la Puebla mandó a su subalterno que lo recibiese. Algunos pitaron su actitud, pero el sevillano quería verlo en sus primeras embestidas. Al estilo de los toreros antiguos, cuando las reses se paraban por el peón de confianza y el matador estudiaba los primeros instintos del astado. Fueron tres lances, suficientes para que el de La Puebla del Río saliese al ruedo pisando distinto, con decisión; tres lances del peón de brega y un gesto de Morante que hizo presumir faena grande.
El éxito se basó en la exigencia de los toreros y la pobreza del ganado
A pesar de sufrir un resbalón que deslució sus primeras verónicas, el sevillano acarició al de Sorando antes de la media de remate que arrancó un olé unánime en los tendidos. Se mascaba el triunfo. La suerte de varas tampoco existió en este toro. Al igual que sus tres hermanos las fuerzas brillaban por su ausencia y se trataba de no quebrantar en nada al morlaco. Así que los picadores vivieron un día festivo en su paso por Vitoria.
A Morante le había gustado la forma de meter la cara de aquel zapatito de Sorando, bonito de estampa y cortado a la medida de los toreros artistas. Tocaba disfrutar y lo hizo tanto el torero como los cinco mil aficionados que se dieron cita en el coso vitoriano. No pudo exprimir a su enemigo por la falta de fuerza y ni siquiera llegó a bajarle la mano como deseó en varias series, pero el sevillano disfrutó con los suaves derechazos en los que basó la faena. Unos ayudados por alto rematados con un remate despacioso por el pitón izquierdo firmaron una faena llena de destellos artísticos, que mantuvieron la atención de los espectadores. La estocada certera selló el premio de dos orejas que le llevó a abandonar el coso en hombros.
Pero Morante no se fue solo. Hermoso de Mendoza cortó otros dos apéndices a su segundo enemigo, un soso ejemplar de Bohórquez que apenas colaboró con el navarro. El caballero de Estella tiró de recursos para animar su labor y el público se dejó llevar por esa alegría hasta pedir con fuerza dos benévolas orejas. Es cierto que Hermoso lo puso todo en el esfuerzo, pero no tuvo enemigos con los que lucirse y sus faenas tuvieron más envoltorio que profundidad.
También se llevó dos orejas Alejandro Talavante, que sustituyó al anunciado Cayetano. El extremeño sumó una en cada toro y por eso debió despedirse de los aficionados a pie. Talavante tiró de quietud y de distancias cortas para imponerse a un toro con muy poca fuerza en su primer acto. Una estocada rápida le permitió ser el primero en tocar pelo. En el que cerraba plaza, con el éxito de Morante como anticipo, tuvo que poner todo de su parte, pero al animal le faltó emoción y acabó por dejar en otra oreja una faena amplia en muletazos. El debut del empresario Tomás Entero al frente de la plaza de Vitoria se cerró con triunfo, seis orejas y dos toreros en hombros. Un éxito basado en la exigencia de los toreros y en la pobreza del ganado, ya que los toros fueron muy justitos y carecieron de fuerzas, como los dos primeros inválidos que sólo permitieron toreo de artificio. Suficiente para divertir al personal, pero demasiado cortado a medida de los toreros, que sólo buscan este tipo de astados, en lugar de basarlo en la emoción que debe reinar en los tendidos.

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