"En cuanto los catalanes agitan el capote de su identidad, España baja los cuernos y ataca"
LVL
lunes, 11 de enero de 2010, Madrid.-
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lunes, 11 de enero de 2010, Madrid.-
El semanario británico 'The Economist' publicó un artículo el pasado jueves titulado ‘De toros y votaciones’ en el que afirma que las “gloriosas y sangrientas” corridas de toros pronto pueden desaparecer de Cataluña. El rotativo añade que bajo este proceso se esconde no sólo una discusión sobre los derechos de los animales, sino también sobre la propia identidad catalana. Asimismo, explica el proceso electoral que tuvo lugar el pasado diciembre en 167 ciudades y pueblos catalanes y el conflicto a propósito de la próxima sentencia del Tribunal Constitucional a propósito del Estatuto de Cataluña.
Según la publicación británica, la prohibición de las corridas es mucho más que una simple enemistad a dicha tradición. “Aunque el juego político español se parezca mucho a una corrida de toros”. “En cuanto los catalanes agitan el capote de una identidad diferente, el centro de España baja los cuernos y ataca”, explica ‘The Economist’ de forma metafórica. “Algunos catalanes ven en la prohibición de las corridas un modo de burlarse del resto de españoles, un pasatiempo muy popular en un año electoral. No importa que las propias tradiciones catalanas impliquen tormentos similares para los desgraciados animales”, denuncia 'The Economist'.
“El fervor catalán puede ser engañoso”, afirma el rotativo. “El mes pasado 167 ciudades y pueblos organizaron referendums informales en los cuales la “libertad para Cataluña” triunfó con un 95% de los votos. Sin embargo, sólo el 27 % de los votantes potenciales acudieron a las urnas” explica ‘The Economist’ en su artículo. “Si tantos catalanes en semilleros supuestamente nacionalistas son así de apáticos, en el caso de que se realizara una verdadera consulta que incluyera a la cosmopolita Barcelona y al resto de Cataluña, los datos reflejarían seguramente un gran ‘no’”.
‘The Economist’ no deja de lado la polémica que acapara los periódicos españoles en torno al Estatuto de Cataluña. “Los límites de autonomía catalana todavía causan el debate acalorado”, manifiesta. “El tribunal constitucional de España decidirá próximamente qué partes de la carta de autonomía hay que recortar […] El tribunal ha empleado tres años y medio en estudiar el Estatuto en punto muerto; ahora, se dice que la decisión es inminente”, explica el articulista. “Algunos creen que esto puede ser definitivo para España”.
“El Estatuto habla de Cataluña como una nación y define una serie de aspectos que deben ser tratados de forma bilateral con el Estado Español. Da autonomía extra al sistema catalán de justicia pero aunque principalmente, solo da pequeños empujones por el largo camino de la descentralización, éste debe finalizar en algún sitio”.
Afirma que se pide que el TC haga algo que la Constitución española de 1978 esquivó: establecer los límites a las competencias que pueden ser entregadas a los 17 gobiernos regionales de un ya “descentralizado país”. “Los padres de la constitución eludieron la definición de las tres regiones españolas con mayor sentimiento independentista llamándolas nacionalidades (esto es, ni naciones de pura sangre, ni meras regiones). Desde entonces, los españoles han discutido largamente lo que esto significa”, explica ‘The Economist’.
'The Economist' afirma que el tribunal puede eliminar partes de la carta o, menos polémicamente, poner límites sobre cómo es interpretada, pero que pase lo que pase “la atmósfera se calentará”. “En otoño los catalanes votarán en sus elecciones autonómicas, lo que tendrá un profundo impacto sobre España”. El semanario afirma que CIU, “un partido nacionalista moderado al que le gusta ejercer el poder en Madrid”, podría salir victorioso sin por ello obtener mayoría absoluta, y añade que podría llegar a un acuerdo con el Gobierno de Zapatero para dar estabilidad a cambio de gobernar en Cataluña. Según ‘The Economist’, esto “marginaría a la extrema izquierda y a los separatistas extremistas, en Cataluña y en España, tal vez posibilitando unas reformas liberalizadoras mientras el Gobierno gestiona un desempleo del 20%”. “Muchos fuera de Cataluña esperan una victoria de CiU‘”, concluye el semanario.
Según la publicación británica, la prohibición de las corridas es mucho más que una simple enemistad a dicha tradición. “Aunque el juego político español se parezca mucho a una corrida de toros”. “En cuanto los catalanes agitan el capote de una identidad diferente, el centro de España baja los cuernos y ataca”, explica ‘The Economist’ de forma metafórica. “Algunos catalanes ven en la prohibición de las corridas un modo de burlarse del resto de españoles, un pasatiempo muy popular en un año electoral. No importa que las propias tradiciones catalanas impliquen tormentos similares para los desgraciados animales”, denuncia 'The Economist'.
“El fervor catalán puede ser engañoso”, afirma el rotativo. “El mes pasado 167 ciudades y pueblos organizaron referendums informales en los cuales la “libertad para Cataluña” triunfó con un 95% de los votos. Sin embargo, sólo el 27 % de los votantes potenciales acudieron a las urnas” explica ‘The Economist’ en su artículo. “Si tantos catalanes en semilleros supuestamente nacionalistas son así de apáticos, en el caso de que se realizara una verdadera consulta que incluyera a la cosmopolita Barcelona y al resto de Cataluña, los datos reflejarían seguramente un gran ‘no’”.
‘The Economist’ no deja de lado la polémica que acapara los periódicos españoles en torno al Estatuto de Cataluña. “Los límites de autonomía catalana todavía causan el debate acalorado”, manifiesta. “El tribunal constitucional de España decidirá próximamente qué partes de la carta de autonomía hay que recortar […] El tribunal ha empleado tres años y medio en estudiar el Estatuto en punto muerto; ahora, se dice que la decisión es inminente”, explica el articulista. “Algunos creen que esto puede ser definitivo para España”.
“El Estatuto habla de Cataluña como una nación y define una serie de aspectos que deben ser tratados de forma bilateral con el Estado Español. Da autonomía extra al sistema catalán de justicia pero aunque principalmente, solo da pequeños empujones por el largo camino de la descentralización, éste debe finalizar en algún sitio”.
Afirma que se pide que el TC haga algo que la Constitución española de 1978 esquivó: establecer los límites a las competencias que pueden ser entregadas a los 17 gobiernos regionales de un ya “descentralizado país”. “Los padres de la constitución eludieron la definición de las tres regiones españolas con mayor sentimiento independentista llamándolas nacionalidades (esto es, ni naciones de pura sangre, ni meras regiones). Desde entonces, los españoles han discutido largamente lo que esto significa”, explica ‘The Economist’.
'The Economist' afirma que el tribunal puede eliminar partes de la carta o, menos polémicamente, poner límites sobre cómo es interpretada, pero que pase lo que pase “la atmósfera se calentará”. “En otoño los catalanes votarán en sus elecciones autonómicas, lo que tendrá un profundo impacto sobre España”. El semanario afirma que CIU, “un partido nacionalista moderado al que le gusta ejercer el poder en Madrid”, podría salir victorioso sin por ello obtener mayoría absoluta, y añade que podría llegar a un acuerdo con el Gobierno de Zapatero para dar estabilidad a cambio de gobernar en Cataluña. Según ‘The Economist’, esto “marginaría a la extrema izquierda y a los separatistas extremistas, en Cataluña y en España, tal vez posibilitando unas reformas liberalizadoras mientras el Gobierno gestiona un desempleo del 20%”. “Muchos fuera de Cataluña esperan una victoria de CiU‘”, concluye el semanario.
Fuente: lavozlibre.com
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