Reproducimos la crónica de D. Mario Juárez que publica Tribuna de Salamanca sobre la corrida de ayer, sábado 8 de agosto, en Vitoria/Gasteiz. Feria de la Blanca 2009. Por cierto que el locutor de Radio Vitoria, al que apodan 'el licenciado' (siento no recordar ahora su nombre, pero hombre cabal y equipo que habla con mucha claridad sobre lo que pasa en el ruedo) insistió en varias ocasiones en que no le mencionaran sus colaboradores los pitones porque no quería hablar del tema, lo hizo en un tono que ya dejaba claro lo que pasaba.
La crónica:
De nuevo, gran toro del Puerto al que Enrique Ponce corta el rabo
MARIO JUÁREZ
Enrique Ponce salió en hombros en la cuarta de Vitoria después de cortar un rabo a un bravo y gran toro, de nombre Santo y con la divisa de Puerto de San Lorenzo que aunó temple, acometividad, son, fijeza, codicia y recorrido en su embestida.
El astado apretó de bravo en el peto y Ponce lo templó ya de capote. Antes de brindar, se le arrancó el toro sorprendiéndole y se dobló torero con él poniendo la plaza boca abajo. Luego, el de Chiva cuajó una faena de menos a más, más encajado el torero y ligando series al final. Toreo en redondo de nota alta con el toro repitiendo incansable. Al natural hubo apuntes sueltos aunque el toro le enganchó cuando Ponce vaciaba las embestidas por arriba mientras el animal lo pedía por abajo. Le sonó un aviso antes de entrar a matar y cobró una gran estocada. De forma incomprensible, nadie pidió la vuelta al ruedo al toro.Antes, había cortado Ponce otra oreja un primero noble y ‘suavón’. El torero levantino firmó una faena larga y técnica, pero sin profundidad.
Castella se había estrellado con un manso rajado en su primer turno con el que nada pudo hacer. El quinto fue el toro de más clase, aunque se lesionó la mano izquierda en banderillas y ello condicionó la labor del francés, que le tuvo que dar aire al principio para después firmar dos series realmente buenas a derechas. Tranquilo, paciente, pero sin poder apretar al toro, saludó una ovación.
El extremeño Miguel Ángel Perera, sin opción con el manso tercero, tuvo en frente a un sexto manejable aunque flojo y falto de raza. No pudo apretarle.
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