Reproducimos la interesantísima entrevista que realiza D.Ignacio Peláez a D.Carlos Zúñiga, empresario de El Bibio (Gijón), para el diario La Nueva España.
CARLOS ZÚÑIGA Empresario taurino de El Bibio
IGNACIO PELáEZ
Carlos Zúñiga, empresario taurino, afronta desde el domingo una nueva edición de la feria taurina de Begoña. El hombre que soporta el cartel de la feria habla de su relación con Gijón y la de esta ciudad con el toro.
-Carlos Zúñiga, una persona ligada desde siempre al mundo del toro.
-No recuerdo haber hecho otra cosa en mi vida que querer ser torero y jugar al toro desde pequeño. No viene de familia, pero siempre he querido estar ligado a esta fiesta.
-Empezó como novillero y pasó a la gestión empresarial. ¿Qué hizo que cambiara los trastos de torear por los despachos?
-Yo empecé, prácticamente con 12 años, como novillero, hasta los 25, cuando me retiré después de torear en la Real Maestranza de Sevilla. Decidí dejar de torear porque veía que las cosas no iban como yo creía que tenían que ir. Después me casé y comencé la tarea del apoderamiento. Empecé con un novillero, Pascual Mezquita, que fue triunfador de novilleros, y luego surgió hacer pinitos de empresario: hace treinta y cinco años que llevo en este mundo del empresariado taurino.
-Octavo año de Circuitos Taurinos al frente de El Bibio, ¿Con la misma ilusión del primer día?
-La misma ilusión, o quizás más. Cuando se comienza un negocio, se espera que florezca. Cuando pasa un tiempo y ves que la afición va para arriba, crecen la ilusión y las ganas de seguir. Creo que eso ha pasado en Gijón: antes iba poca gente a la plaza y ahora el público se preocupa por la feria, va a la plaza y en eso creo que hemos tenido algo que ver.
-Aumenta el número de abonados, las colas en las taquillas, ¿Qué siente al ver crecer la afición?
-La gente tiene claro lo que quiere ver y al público hay que darle lo que pide. Si el aficionado quiere unos calcetines de hilo, por qué dárselos da nailon... Es una feria con mucho relieve dentro del calendario taurino del Norte. Fueron difíciles los inicios, pero al ver esta respuesta de la afición te sientes a gusto y realizado. La plaza va cogiendo fuerza y los toreros vienen con más cariño. Son ferias en las que siempre hay alguna ausencia, pero las ferias, ferias son. Gijón cada vez cuenta más en el marco taurino español.
-¿Se podría traducir este aumento en una ampliación de festejos en unos años?
-Yo entré la primera vez con cinco corridas de toros y una novillada. Se incrementó en una corrida por la demanda de la afición. Yo veía que la gente se quedaba con ganas de un día más, se les hacía corto y, bueno, hablando con las peñas y demás, se decidió hacer ese aumento de la feria de Begoña. No estamos en tiempo, todavía, de otro aumento.
-¿Cómo se presenta la feria de 2009?
-La hemos presentado como una feria variopinta, bonita, para que todos los aficionados tengan su corrida o su torero. Una feria para todos los gustos. Es evidente que la gente habla de toros, y eso es importante: que en la ciudad se mueva el tema taurino.
-¿Se nota la crisis?
-Se nota un poco, las colas son grandes, pero no como las del año pasado. Pero creo que habrá un resultado favorable.
-Única comparecencia de José Tomás en el Norte. ¿Consolida esto a Gijón como plato fuerte en el mes de agosto?
-Costó mucho. En principio, tenía conversaciones con otras empresas: Vitoria, Bilbao... Al principio no fraguaron las conversaciones y, con la mentalidad de no venir al Norte, era difícil hacerle ver que tenía que estar en Gijón. Con la mala suerte del año pasado (hubiera sido bonito que toreara en la conmemoración de los 125 años de la plaza) queríamos contar con él y, bueno, al final accedió a venir.
-Perera llega a Gijón mediante una sustitución hace tres años. Repite con un mano a mano y este año torea en solitario. ¿Cómo surge el acuerdo con él para que mate seis toros?
-Perera se ha convertido en un torero de Gijón. Desde su primer triunfo aquí. Pensamos dónde acartelarlo y decidimos que viniera aquí como una cosa distinta, puesto que Perera no se ha encerrado más que en Madrid. El que sea en Gijón es algo que va a hacer historia.
-Cayetano hace doblete en la feria, un torero adoptado por Gijón. ¿Sienten ese cariño de la gente?
-Hay toreros a los que, según el carácter o el cariño hacia las ciudades, hay que ponerlos en los carteles. Vino de novillero y luego de matador de toros no pudo venir. Entonces pensamos que los dos años perdidos podría recuperarlos éste y, hablando con el apoderado, vimos más factible que viniera dos tardes por el cariño que Gijón le tiene. Son carteles muy de la gente que disfruta con la fiesta.
-No funcionaron las denominadas corridas «duras», ¿Cómo es El Bibio? ¿Torista o torerista?
-Hay un sector al que le gusta el toro más elevado. Pero desde que yo vengo a los toros aquí, hace muchos años, gusta el toro de las figuras. Vine como apoderado con una corrida de Miura que podía pasar por una de Juan Pedro Domecq por las hechuras. Luego nosotros organizamos una corrida de Palha y otra de Victorino y fueron las de menos taquilla. La gente quiere divertirse y no pasar mal rato.
-Tras la debacle ganadera en Sevilla, Madrid, Santander? Gijón tiene el aval de uno de los mejores veedores del panorama taurino, como es Carlos Zúñiga (hijo). ¿Cómo tranquilizaría a la afición? -Carlos ha aprendido en el campo desde muy pequeño. Nunca ha querido ser torero, pero siempre le ha encantado el toro bravo y él se encarga del aspecto ganadero. Y le están saliendo las cosas bien.
-¿Apuesta por alguna corrida en especial?
-Apuesto por más de una, como aficionado y como empresario. La gente tiene sus ideales y no hay nadie que pueda decir cuál es el cartel perfecto. A uno le puede gustar El Juli y a otro Cayetano. Al hacer los carteles pensamos que todos los festejos debían tener algo, y creo que es así. Hay carteles que tienen mucho tirón.
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