Reproducimos, por su indudable interés, la crónica 'resumen artístico' que realiza D. Carlos Crivell sobre Las Colombinas 2009.
"Tomás y Perera, por encima de un empacho de orejas"
El balance apresurado de las Colombinas lleva a la conclusión de que ha sido un ciclo triunfal para los toreros y altamente beneficioso para la empresa. Si hay éxitos en el ruedo y en las taquillas, ¿hay felicidad completa?
Todo tiene sus matices. Poco hay que objetar al triunfo empresarial con buenísimas entradas en los cuatro festejos celebrados. También es verdad que buena parte se debe al aumento del número de abonados ante la inclusión de José Tomás en la feria. Sólo cabe preguntar si cuando el torero de Galapagar no actúe en Huelva se mantendrá el tirón taquillero.
A la empresa hay que felicitarla porque ha logrado excelente entradas y todos los días se ha abierto la Puerta Grande de La Merced.
Otro análisis merece la cuestión taurina. Todas las corridas de toros han sido chicas, algunos toros han rozado la presencia del becerro y los pitones han mostrado en ocasiones un aspecto lamentable que inducía a pensar que no estaban íntegros. Este aspecto debe mejorarse, aunque probablemente la empresa no puede cambiar nada ante las exigencias de los toreros.
En cuanto a la presentación, en seguida se hace presente la autoridad, que en el caso de Huelva es la ausencia absoluta de autoridad. Ese detalle de reses de presencia mínima, que además saltaban al ruedo con los pitones destrozados es la primera prueba de la incompetencia de la autoridad.
Pero si en los corrales pintaba poco, en la plaza aún pintaba menos. Es una verdadera pena que los trofeos en Huelva hayan bajado a la altura de una plaza de tercera. Si la autoridad no mantiene un criterio de razonables exigencias, nunca se podrá acostumbrar al público, que seguirá solicitando trofeos por labores carente de la menos calidad. El veterano Domingo Prieto concedió orejas sin apenas petición (la primera de Talavante, la de Ponce, algunas segundas como la de El Fandi), pero llegó a la cumbre absurda con el rabo a Diego Ventura. Miren no quiero ni mencionar las orejas de Emilio Silvera, concedidas después de matar de forma horripilante, porque es un espada que está fuera del circuito, al que Huelva le profesa un gran cariño y que toreaba una corrida puntual.
Pero hay detalles de la presidencia onubense que no deben pasarse por alto. El ritmo de los festejos, lento y cansino, tiene como responsable al presidente, que entre otras cosas no suele dar avisos a su debido tiempo. Hay una anécdota genial. En una corrida, un periodista llamó al asesor veterinario por teléfono para indicarle que el torero llevaba más de doce minutos con el toro y no se le había avisado. El señor Prieto fue advertido por su asesor y sacó su pañuelo. Está claro que pasaba del palco y del cumplimiento de sus funciones elementales.
En los aspectos taurinos, ha habido un excelente toro de Martelilla, dos buenos de La Dehesilla y varios de una corrida chica pero de buen juego de Núñez del Cuvillo. En el tema ganadero, Las Colombinas han estado más que aceptables en cuanto a juego, porque ya queda indicado que la presentación ha sido deficiente.
En el cuadro de honor de la feria varios nombres. En primer lugar Miguel Ángel Perera y José Tomás. En segunda línea, El Fandi y El Cid. Tanto Perera como José Tomás cortaron cuatro orejas. Hubiera sido una maravilla verlos juntos en el ruedo. El extremeño, pletórico y en su mejor momento de la temporada. José Tomás fue nuevamente profeta en Andalucía - ha estado cumbre en Jerez, Granada y Huelva -, demostrando su personalidad, capacidad y su estilo de torero de calidad suprema.
Muy bien El Cid en la corrida del lunes con una gran faena a un toro de Cuvillo premiado con la vuelta al ruedo de forma precipitada. El de Salteras está recuperado y dio un curso de toro al natural. Y también muy bien El Fandi, aunque el toro de Martelilla fue sensacional, pero el de Granada no desmereció en su estilo habitual, ahora más sereno y reposado.
Del resto de los matadores, muy poco. Talavante cortó dos orejas sin que muchos aún lo entiendan. Ponce se llevó una porque en Huelva se le quiere mucho. Silvera cumplió su papel. El Cordobés, bastante mal. Y Morante dio un mitin escandaloso. No está bien de forma física y le queda por delante un verano largo de festejos.
Cumplieron las cuadrillas con mención para El Chano, Alcalareño, Carvajal, Pepe Chacón y Juan Sierra. A caballo, Juan Bernal fue el mejor pero no ha sido premiado.
La corrida de rejones acusó el pésimo juego de los toros de Terrón, que no fueron los adecuados para un cartel de tanto fuste. En lo artístico, no fue un festejo de alto contenido, a pesar de las orejas a mansalva y el rabo de Ventura, que lo cortó después de matar martilleando al toro con el rejón en una acción deplorable y que en lugar de castigo tuvo premio.
También hay detalles accesorios que deberían ser considerados, como la música, a la que los mismos espectadores mandaron callar en alguna ocasión. Y puestos a mejorar, las ocho de la noche no es la mejor hora para comenzar las corridas, al menos los medios de comunicación han sufrido para poder remitir las crónicas antes del cierre. Puede que a la empresa no le importe, pero debería tenerlo en cuenta en el futuro. Comenzaron muy tarde y las corridas se alargaban sin aparente motivo, aunque el palco premioso y con demasiados tiempos muertos, fue clave para que casi todos los días se saliera de La Merced a la diez y media de la noche.
Si tras veinticuatro orejas y un rabo en cuatro festejos se ponen reparos, no faltará quien diga que tales objetores están equivocados. Han sido 24 orejas y sólo once verdaderas. Fueron justas, una para El Fandi, tres para Perera y Tomás, una para El Cid, una para Hermoso y dos para Ventura. Un festín de apéndices auriculares que es una cortina de humo. Habría que recordar que no ha salido toro de plaza de segunda, que no se han picado los astados, que se han llegado a cortar orejas después de estocadas que asomaban por el costillar. ¿Es así el futuro de la fiesta? ¿Vale todo porque hay que callar porque estamos en momentos delicados y hay que remar en un sentido y dejar de ver las tropelías que se cometen? Mientras podamos, seguiremos contando lo bueno y lo malo.
El balance apresurado de las Colombinas lleva a la conclusión de que ha sido un ciclo triunfal para los toreros y altamente beneficioso para la empresa. Si hay éxitos en el ruedo y en las taquillas, ¿hay felicidad completa?
Todo tiene sus matices. Poco hay que objetar al triunfo empresarial con buenísimas entradas en los cuatro festejos celebrados. También es verdad que buena parte se debe al aumento del número de abonados ante la inclusión de José Tomás en la feria. Sólo cabe preguntar si cuando el torero de Galapagar no actúe en Huelva se mantendrá el tirón taquillero.
A la empresa hay que felicitarla porque ha logrado excelente entradas y todos los días se ha abierto la Puerta Grande de La Merced.
Otro análisis merece la cuestión taurina. Todas las corridas de toros han sido chicas, algunos toros han rozado la presencia del becerro y los pitones han mostrado en ocasiones un aspecto lamentable que inducía a pensar que no estaban íntegros. Este aspecto debe mejorarse, aunque probablemente la empresa no puede cambiar nada ante las exigencias de los toreros.
En cuanto a la presentación, en seguida se hace presente la autoridad, que en el caso de Huelva es la ausencia absoluta de autoridad. Ese detalle de reses de presencia mínima, que además saltaban al ruedo con los pitones destrozados es la primera prueba de la incompetencia de la autoridad.
Pero si en los corrales pintaba poco, en la plaza aún pintaba menos. Es una verdadera pena que los trofeos en Huelva hayan bajado a la altura de una plaza de tercera. Si la autoridad no mantiene un criterio de razonables exigencias, nunca se podrá acostumbrar al público, que seguirá solicitando trofeos por labores carente de la menos calidad. El veterano Domingo Prieto concedió orejas sin apenas petición (la primera de Talavante, la de Ponce, algunas segundas como la de El Fandi), pero llegó a la cumbre absurda con el rabo a Diego Ventura. Miren no quiero ni mencionar las orejas de Emilio Silvera, concedidas después de matar de forma horripilante, porque es un espada que está fuera del circuito, al que Huelva le profesa un gran cariño y que toreaba una corrida puntual.
Pero hay detalles de la presidencia onubense que no deben pasarse por alto. El ritmo de los festejos, lento y cansino, tiene como responsable al presidente, que entre otras cosas no suele dar avisos a su debido tiempo. Hay una anécdota genial. En una corrida, un periodista llamó al asesor veterinario por teléfono para indicarle que el torero llevaba más de doce minutos con el toro y no se le había avisado. El señor Prieto fue advertido por su asesor y sacó su pañuelo. Está claro que pasaba del palco y del cumplimiento de sus funciones elementales.
En los aspectos taurinos, ha habido un excelente toro de Martelilla, dos buenos de La Dehesilla y varios de una corrida chica pero de buen juego de Núñez del Cuvillo. En el tema ganadero, Las Colombinas han estado más que aceptables en cuanto a juego, porque ya queda indicado que la presentación ha sido deficiente.
En el cuadro de honor de la feria varios nombres. En primer lugar Miguel Ángel Perera y José Tomás. En segunda línea, El Fandi y El Cid. Tanto Perera como José Tomás cortaron cuatro orejas. Hubiera sido una maravilla verlos juntos en el ruedo. El extremeño, pletórico y en su mejor momento de la temporada. José Tomás fue nuevamente profeta en Andalucía - ha estado cumbre en Jerez, Granada y Huelva -, demostrando su personalidad, capacidad y su estilo de torero de calidad suprema.
Muy bien El Cid en la corrida del lunes con una gran faena a un toro de Cuvillo premiado con la vuelta al ruedo de forma precipitada. El de Salteras está recuperado y dio un curso de toro al natural. Y también muy bien El Fandi, aunque el toro de Martelilla fue sensacional, pero el de Granada no desmereció en su estilo habitual, ahora más sereno y reposado.
Del resto de los matadores, muy poco. Talavante cortó dos orejas sin que muchos aún lo entiendan. Ponce se llevó una porque en Huelva se le quiere mucho. Silvera cumplió su papel. El Cordobés, bastante mal. Y Morante dio un mitin escandaloso. No está bien de forma física y le queda por delante un verano largo de festejos.
Cumplieron las cuadrillas con mención para El Chano, Alcalareño, Carvajal, Pepe Chacón y Juan Sierra. A caballo, Juan Bernal fue el mejor pero no ha sido premiado.
La corrida de rejones acusó el pésimo juego de los toros de Terrón, que no fueron los adecuados para un cartel de tanto fuste. En lo artístico, no fue un festejo de alto contenido, a pesar de las orejas a mansalva y el rabo de Ventura, que lo cortó después de matar martilleando al toro con el rejón en una acción deplorable y que en lugar de castigo tuvo premio.
También hay detalles accesorios que deberían ser considerados, como la música, a la que los mismos espectadores mandaron callar en alguna ocasión. Y puestos a mejorar, las ocho de la noche no es la mejor hora para comenzar las corridas, al menos los medios de comunicación han sufrido para poder remitir las crónicas antes del cierre. Puede que a la empresa no le importe, pero debería tenerlo en cuenta en el futuro. Comenzaron muy tarde y las corridas se alargaban sin aparente motivo, aunque el palco premioso y con demasiados tiempos muertos, fue clave para que casi todos los días se saliera de La Merced a la diez y media de la noche.
Si tras veinticuatro orejas y un rabo en cuatro festejos se ponen reparos, no faltará quien diga que tales objetores están equivocados. Han sido 24 orejas y sólo once verdaderas. Fueron justas, una para El Fandi, tres para Perera y Tomás, una para El Cid, una para Hermoso y dos para Ventura. Un festín de apéndices auriculares que es una cortina de humo. Habría que recordar que no ha salido toro de plaza de segunda, que no se han picado los astados, que se han llegado a cortar orejas después de estocadas que asomaban por el costillar. ¿Es así el futuro de la fiesta? ¿Vale todo porque hay que callar porque estamos en momentos delicados y hay que remar en un sentido y dejar de ver las tropelías que se cometen? Mientras podamos, seguiremos contando lo bueno y lo malo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario